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La tóxica positividad de cierto discurso sobre liderazgo

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Recuerdo un alumno muy simpático -llamado ficticiamente Juan- que en una clase donde conversábamos sobre buenos y malos líderes, se quejaba de su jefa y del “micromanagement” que ella ejercía sobre él. -: “Me controla todo el día ¿llamaste a fulano?, ¿terminaste tal cosa?”. Se me ocurrió entonces preguntarle, si él había hecho lo que su jefa le había encomendado. Y me dice que no, que no la había hecho porque él siempre priorizaba lo que le pedía su jefe. Juan y su jefe, reportaban a la jefa. Juan, mientras lo contaba, tornó la queja en sonrisa, al darse cuenta de su actitud, que no se le había ocurrido cuestionar.

En las redes se suele hablar mucho sobre liderazgo y malos jefes poniendo todo el peso de la responsabilidad en la acción de liderar y en lo maravilloso que ha de ser quien lidera. Como todo posteo de autoayuda o de tóxica positividad, genera no solo culpa sino cierta angustia en aquellos que lo intentan y no lo logran. En la viña hay de todo y quizás no funciona tu liderazgo, porque la gente a tu cargo no se deja liderar, ya sea porque se cree mejor que vos o con más experiencia, ya sea porque no acepta a un recién llegado que viene de otra empresa, ya sea porque no acepta que quien era uno de ellos, ahora es jefe y te envidia.

 

Back to basics

Según el más grande y profundo estudio de liderazgo a través de diversas culturas y de todos los tiempos, el Project GLOBE liderar es “la habilidad de un individuo de influenciar, motivar y capacitar (en inglés, “enable”) a otros para contribuir a la efectividad y éxito de la organización de la que son miembros”.

Por otra parte, como dice Henry Mintzberg, separar el managing del leadership, no ayuda. Localmente, la análoga dicotomía entre ser jefe y ser líder tampoco ayuda. No solo, como dice Mintzberg, pone al liderazgo en “la nube de la teoría” sino que, como digo yo, aumenta el narcisismo de algunos que les da pereza ser jefes y los aleja de lo que Hipólito Yrigoyen llamaba “las efectividades conducentes”.

 

Ser líder no es sinónimo de ser ético

Partiendo de la definición de liderazgo de GLOBE, la ética no es esencial al rol del liderazgo. Los líderes de bandas criminales que logran sus objetivos son líderes también. Y, por otra parte, hay gente muy ética que no sabe liderar. Saber liderar, saber conducir personas es una habilidad específica que se puede realizar con o sin ética.

Lo que sí sucede es que hay un deseo natural de justicia de todos los seres humanos y las gentes de todas las culturas, tal como lo ha demostrado GLOBE en sus estudios en más de 100 países, desean un líder con integridad y no cualquier líder. Pero como distingue GLOBE, una cosa es describir cómo es el liderazgo en cada sociedad -y en cada empresa- y otra muy distinta es el cómo debería ser. Por tanto, aquello a lo que aspiramos influye en cómo describimos lo que vemos -y en nuestras quejas.

Ahora bien, puede ser que aspiremos “a mucho” porque tenemos altos valores, o porque carecemos de mucho. Puede ser que tengamos altas aspiraciones sobre los líderes, porque es más fácil criticar a los que se animan, que revisar lo propio, o porque nos gusta más la nube de la teoría y el bronce, que las efectividades conducentes.

Sobre el autor

María Marta Preziosa

Dra. en Filosofía por la Universidad de Navarra. Master in Business Administration por IDEA. Investigadora, Facultad de Ciencias Económicas, UCA. Docente en diversas universidades de la región. Consultora. Temas que suele tratar: management, ética, compliance, cultura organizacional entre otros.

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