David Bertagni ya cumplió las bodas de oro con ACDE. Pero todavía recuerda con gran cariño cuando fue uno de los que formó el Grupo Joven, que luego cada año fue renovando el compromiso que se mostró en la última Jornada, el Argenthink 2024.
Empresa: Hace unos años, integrabas este mismo Grupo Joven de ACDE. ¿Podrías contarnos cuáles eran aquellos ideales que los movilizaban?
Hace 52 años que soy socio activo de ACDE. En 1972 me incorporé mientras trabajaba en Witcel a instancias del entonces gerente general, Jorge Aceiro, que fue una especie de padre laboral para mí y que falleció hace muy poquito con casi con 100 años. Entonces me invitó al Congreso Mundial de UNIAPAC que se hacía en Buenos Aires en ese mismo año yo me asocio poco tiempo después. Recuerdo que me dijo: “David, mire, el gap generacional que hay entre usted y yo son, como digo (aproximadamente 25 años). La institución para tener continuidad necesita tener una generación más joven”. Entonces me pidió que lo analizara y allí, con otros egresados de la Universidad Católica. Así constituimos el Grupo Joven.
David Bertagni: ¿Qué recuerdos te vienen en mente?
Yo me acuerdo que tenía un Citroën 2CV y llegaba para la reunión cuando estábamos creando ese grupo, me apoyaba en el volante y me preguntaba “¿cuántos vendrán hoy?” y éramos 15, 20, imagínate hoy cuando los veo a ustedes es una gran alegría, como digo, y digo ¿cuántos vendrán hoy? pero tenía dos ayudas invalorables, la de Américo Monterroso que era el secretario ejecutivo de ACDE y el padre Moledo que era nuestro asesor doctrinal, un baluarte de la espiritualidad, así como después lo fue Raffi Braun en su continuidad. ¿Qué nos movilizaba? Nosotros veníamos de una formación de la Doctrina Social de la Iglesia, por ejemplo, con Populorum Progressio que resaltaba a la empresa como la célula básica del desarrollo económico y social. Entonces, valorizar a la empresa era uno de los objetivos que teníamos, llevando la parte activa en las empresas los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Un concepto clave y la prueba está a la vista, con la situación a que hemos arribado, con más del 50% de pobreza, algo totalmente inadmisible, un gran pecado de omisión en una Argentina que tiene los recursos para no surfrirlo. Para mí, es responsabilidad de toda la clase dirigente del país, no solamente la política y creo que ese es uno de los objetivos básicos que la juventud de ACDE tiene que priorizar.
E: Una interpelación muy fuerte…
DB: Si, y lo otro era la otra gran vertiente, la responsabilidad social empresaria, que implica detectar un cargo de empresario ante la sociedad, como también con una justa distribución de la riqueza entre aquellos que conforman las empresas, que como sabes, por ejemplo, las empresas PYME son la mayor fuente de mano de obra del país. Entonces yo era Presidente del Centro de Estudios de ACDE (CEDE) durante la gestión de Luis M. Bameule como Presidente del Consejo Directivo de ACDE, cuando creamos el Premio a la Responsabilidad Social Empresaria después llamado Premio Enrique Shaw. Estos fueron los dos grandes motores, movilizada por la formación espiritual que nos sostenía.
E: ¿Cómo ves la relevancia y valor del tema de este año, la construcción de redes, para poder lograr objetivos?
DB: El otro tema de la construcción que me parece fundamental y se recogió en la Jornada de este año es el del networking. Eso lo practico en mi vida profesional: soy chairman de un grupo Vistage y la construcción de redes son fundamentales para el desarrollo de estas ideas básicas. Así que el cultivo de dichas redes, que amplíen, como presencié el otro día en la Argenthink, que han invitado a gente que no está todavía incorporada a la institución, creo que es fundamental. Favorecida, obviamente, por todos los medios tecnológicos que hoy tenemos a disposición que lo potencian como un elemento de comunicación fundamental.
E: ¿Qué podrías trasmitir sobre la base de tu camino recorrido a los jóvenes que quieren recorrerlo?
DB: Creo que el mensaje principal es el rol fundamental de la autenticidad, o sea de practicar en la vida real empresaria aquellos principios que aún no acabamos de procesar. Ser auténtico con eso es tal vez el camino más difícil en una sociedad que, como sabemos, perdió muchos de los valores que perseguíamos. Es muy difícil transformar una empresa o trabajar en la vida empresaria si uno no es auténtico con estos principios, más cuando están muy alejados de la dirección que fue tomando la sociedad. Aquí radica el tema más importante y el compromiso más fuerte que creo hay que asumir, porque lo que se practica. Es el gran desafío de los jóvenes hoy.
E: ¡Muchas gracias, David!