Introducción y resumen, por Portal Empresa:
A diez años de la encíclica Laudato Si’, de Francisco, la discusión sobre minería y medio ambiente en Argentina cobra nueva relevancia. Con el auge del litio en el Noroeste, el cobre en Cuyo y el oro en la Patagonia, el país se posiciona en el mapa mundial. Pero, ¿cómo conciliar desarrollo económico con cuidado ambiental y justicia social?
Laudato Si’ propone la idea de ecología integral, que entiende al ambiente como una relación entre naturaleza y sociedad. Desde esta mirada, “custodiar desarrollando” significa que la intervención humana no es negativa en sí misma, sino que debe orientarse al bien común, cuidando tanto la creación como a las personas más vulnerables.
En esta línea, el concepto de desarrollo sustentable amplía la noción de progreso económico: no basta con medir crecimiento a través del PBI. Es necesario evaluar la calidad de vida, la equidad social y la sostenibilidad ambiental para garantizar beneficios hoy sin comprometer a las generaciones futuras.
La minería, bajo estándares internacionales de responsabilidad social y ambiental, puede ser una herramienta clave. Países como Canadá, Chile o Australia avanzan con políticas de minerales críticos para impulsar industrias limpias y enfrentar el cambio climático. En Argentina, con casi la mitad de la población bajo la línea de pobreza, esta actividad puede generar empleo de calidad, inversión y desarrollo regional, siempre que se realice con transparencia y respeto por el ambiente.
Como recuerda el Papa Francisco, “combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” es la verdadera misión. En ese equilibrio entre minería y ecología integral se juega una de las claves del futuro argentino.