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Laudato si: 10 años de alabanza, ambiente y acción

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Un llamado empresarial

Es necesario formar empresarios cristianos y darles un estilo de vida; contribuir a un mundo mejor, principalmente mediante la acción de cada empresario cristiano en su propia esfera, mediante la acción que, como institución, se pueda aportar a las instituciones y estructuras que hacen al bien común.”

(Enrique Shaw) 

 

En el 10º Aniversario de Laudato si’ (LS), el mensaje del Papa Francisco resuena con una urgencia renovada, especialmente para el mundo empresarial. Las empresas, como actores clave en la economía global, tienen un papel destacado que desempeñar en la construcción de un futuro sostenible. 

El Santo Padre, en su desarrollo de la encíclica, destacó que: “la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas. Así asume en su propia existencia ese dinamismo trinitario que Dios ha impreso en ella desde su creación. Todo está conectado”. (LS, 240). 

Ahora bien, aunque no está explícito, se podría descubrir en LS que dicho dinamismo trinitario se compone de tres elementos que están intrínsecamente conectados, formando una sinergia esencial para el cuidado de nuestra “casa común”: Alabanza, Ambiente y Acción

  • Alabanza: se refiere a la conexión espiritual con la creación, un reconocimiento de la obra divina que nos invita a la contemplación y la gratitud. 
  • Ambiente: representa la interdependencia entre la humanidad y la naturaleza, destacando la armonía original que debemos esforzarnos por restaurar. 
  • Acción: implica la responsabilidad humana de actuar como custodios de la creación, transformando nuestras prácticas para reflejar un respeto profundo por el planeta. 

En la interconexión entre los tres elementos, cabe señalar la importancia de mantener la armonía entre ellos, como motor o fuerza de la sinergia. La figura de San Francisco de Asís es un ejemplo de la armonía con la creación, de quien la Encíclica recoge, como título, el inicio de su poema. 

Algunas acciones a promover: 

  • Liderazgo sostenible: adoptar prácticas empresariales que prioricen la sostenibilidad, integrando consideraciones ambientales y sociales en todas las decisiones. 
  • Innovación verde: invertir en tecnologías limpias y modelos de negocio circulares que minimicen el impacto ambiental y promuevan la eficiencia de los recursos. 
  • Responsabilidad y transparencia: rendir cuentas sobre el impacto ambiental y social, adoptando prácticas transparentes y comunicando los avances en sostenibilidad. 
  • Colaboración y alianzas: fomentar la colaboración entre empresas, gobiernos y la sociedad civil para abordar los desafíos ambientales de manera colectiva. 
  • Ética y valores: instaurar una cultura empresarial basada en valores éticos, donde el bienestar humano y la protección del planeta sean prioridades fundamentales, que acompañen la sostenibilidad del negocio. 

El testimonio de Enrique Shaw en la empresa: 

Para Enrique Shaw, la alabanza a Dios no se limitaba a la oración formal, sino que se extendía a la  forma en que vivía, conducía sus negocios y en su relación con el entorno. 

  • En la integridad: Su honestidad, ética empresarial, empatía, compromiso y responsabilidad, eran pilares fundamentales. Vivir con integridad en el mundo empresario y en nuestro ambiente natural, es una manera de honrar a Dios a través de las acciones. 
  • A través del servicio: Se esforzó por crear un ambiente laboral justo y humano en miras a la dignidad del obrero como ser humano. Ésta es una forma práctica de alabar a Dios, reconociendo el valor intrínseco de cada persona como creación divina. 
  • En la humildad: Enrique siempre mantuvo una actitud humilde y reconoció que sus talentos y logros provenían de Dios. Esta humildad, al reconocer la fuente de todo bien y la grandeza del universo, es en sí misma una forma de alabanza.  
  • En la caridad: Su compromiso con la acción social y la ayuda a los necesitados reflejaba su amor por el prójimo. Esta caridad activa puede entenderse como una expresión de alabanza a Dios a través del amor fraterno. 

Podemos inferir por todo ello que para Enrique Shaw, la vida misma, vivida con fe, justicia y caridad, era una profunda forma de acción y de alabanza a Dios. 

10 años de Laudato si’: 

En este especial aniversario, Laudato si’ nos recuerda que el mundo empresarial tiene la oportunidad y la responsabilidad de liderar el camino donde la alabanza a la creación se manifieste en acciones concretas que protejan y restauren el ambiente, nuestra Casa Común. 

Es importante destacar que el mensaje de la Encíclica no se reduce a las grandes corporaciones, sino que también es aplicable a las pequeñas y medianas empresas. Cada acción, por pequeña que sea, cuenta en el cuidado de la obra creadora del buen Dios. 

Parafraseando las ideas centrales de Enrique Shaw si nos basamos en la visión integral de la empresa y del rol del empresario en la sociedad, tal como se desprende de su vida y enseñanzas: “El empresario cristiano tiene la oportunidad y la grave responsabilidad de liderar su empresa no solo hacia el éxito econó mico, sino también como un motor de progreso social, promoviendo la justicia, el desarrollo humano y operando con una profunda ética para construir un futuro má s justo y sostenible para todos.” 

Ahora que nuestro padre Francisco ha entrado en la fiesta del cielo, desde Comunión de los Santos guiará nuestro compromiso que hoy se agiganta. Seamos instrumentos de profecía y sanación a través de los pequeños y grandes hechos cotidianos. No dejemos de hacer en su recuerdo todo el bien posible. ¡Qué Francisco interceda por nosotros

Sobre el autor

Augusto Fantasía y Martín Stigliano

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