Valores

Liderazgo con valores: aprendizajes del encuentro de Liderazgo ACDE

Escrito por Luis Molouny
Escuchar este artículo

¿Qué pasa cuando la espiritualidad, la ética y la gestión se cruzan en una conversación profunda sobre el liderazgo? Esta nota recupera lo esencial del reciente encuentro de ACDE, con claves que interpelan incluso a quienes no estuvieron allí.

No fue una charla más. No fue una mesa redonda con conclusiones estandarizadas ni un panel de expertos repitiendo lugares comunes. Fue, más bien, un espacio para hacer pausa. Para volver a mirar hacia adentro. Para preguntarnos, con honestidad, si estamos viviendo y liderando de manera coherente con nuestra espiritualidad y nuestros valores, como verdaderos discípulos de Cristo. Porque somos llamados por nuestro nombre y apellido, no por nuestros méritos, sino por su gracia. Y debemos honrar ese llamado.

El encuentro de Liderazgo de ACDE con Alejandro Preusche y Felicitas Castrillón fue una experiencia intensa, por momentos desafiante y, sin dudas, profundamente movilizadora. Escucharlos fue reconocerse: en los dilemas, en las contradicciones, en las decisiones que cuestan, en el deseo de liderar sin perderse.

Alejandro Preusche: la ética y su costo en la vida real

Alejandro nos recordó que la ética no es gratuita. Que muchas veces tiene un costo. Que en la vida real, tomar la decisión correcta puede significar perder un negocio, resignar poder o exponerse al conflicto. Y sin embargo, es en ese costo donde se revela la calidad del liderazgo. Porque la coherencia, en un mundo que nos empuja a negociar principios por eficiencia, es un acto de resistencia.

Felicitas, desde su experiencia en organizaciones globales, trajo la otra cara: la cultura y la comunicación. Nos habló de cómo se puede construir una cultura más humana en estructuras que a veces parecen impersonales. Y lo hizo con ejemplos concretos que calaron hondo. Como esa misa espontánea por un colega fallecido, en el corazón de una multinacional, que habló más de los valores de la empresa que mil presentaciones de PowerPoint.

Liderar con vulnerabilidad y coherencia

Hubo algo muy poderoso en ese equilibrio: la misión evangélica que no se impone, pero que inspira. Los valores que no se declaman, sino que se viven. La vulnerabilidad como condición de posibilidad del liderazgo. Porque liderar no es tener todas las respuestas, sino sostener preguntas incómodas sin romper los vínculos.

El silencio en las empresas: riesgo u oportunidad

También se habló del silencio. De todo eso que en la empresa no se dice. Y de cómo ese silencio, que parece protector, puede volverse peligroso. Alejandro y Felicitas nos invitaron a habilitar conversaciones valientes. A no dejar que el miedo o la comodidad tapen lo que necesita ser dicho. Y a entender que nombrar lo que incomoda no es debilidad, sino servicio. También se habló del consenso, que no puede ser un promedio de opiniones, sino surgir de la escucha atenta y la conexión real con el otro, especialmente con aquellos que hablan desde el silencio.

Varios conceptos resonaron con fuerza. La ecuación de la confianza (T –  Trust) como producto de la credibilidad (C – Credibility), la fiabilidad (R – Reliability), la intimidad (I – Intimacy) y la baja orientación al propio interés (S – Self-Orientation). Es decir, C × R × I / S = T, con Cristo mismo como ejemplo encarnado de la entrega total de la vida al servicio.

Pero más allá de los marcos conceptuales, me quedo con algo que no estaba en ninguna diapositiva: el tono. El clima. La sensación compartida de que, entre todos, podemos construir una forma distinta de estar en las organizaciones. Más humana. Más consciente. Más conectada con lo que importa.

Porque de eso se trató el encuentro. De liderar sin maquillaje. De hacer lugar a la dimensión espiritual incluyendo a todos, guiados por la misericordia de Dios. De volver a elegir, cada día, vivir y decidir en coherencia con nuestros valores.

Y también, de agradecer. A quienes se animan a contar lo que cuesta. A quienes no tienen todas las respuestas, pero igual abren la conversación. A quienes, como Alejandro y Felicitas, nos recuerdan que liderar es también un camino interior.

ACDE, una vez más, fue comunidad. Refugio. Lugar donde es posible hablar de lo que no se dice, mirar(se) sin miedo y seguir peregrinando, juntos, con coraje, sabiendo que el buen combate está ganado desde la eternidad.

Sobre el autor

Luis Molouny

Licenciado en Economía, graduado con honores en la Universidad Católica Argentina (UCA), curso el Master en Economía de la (UdeSA), y EMBA (IAE). Fundador y líder de la consultora Ascent que acompaña a Pymes en la optimización de costos y el fortalecimiento de su rentabilidad.

Deje su opinión