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Editorial diciembre 2022

Escrito por Consejo Editorial
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La Reunión Anual del Think Tank de UNIAPAC, la Unión Cristiana Internacional de Ejecutivos de Empresas, una federación internacional ecuménica de empresarios cristianos nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta nuestra región ante las diez mega tendencias que ellos identifican como determinantes de la evolución económica de los países emergentes en los próximos años (1).

Vale la pena enumerarlas primero:

  1. Cambios en la población mundial: más población, alcanzando un máximo de 9630 millones de habitantes hacia mediados del siglo, pero con cambios sustanciales por edad y región Latinoamérica m 37% en 1980, 33% en 2021, y 18% para fin de siglo. La tasa de natalidad estará por debajo del nivel de reemplazo en más de 150 países. Solo África tendrá una mayor y mas joven población, pasando del 11% en 1980 al 42% a fin de siglo.
  2. Urbanización creciente de la población, pasando del 56% actual al 72% a mediados del siglo, gran parte del cual será en África y sud y este Asia
  3. Aumento de la clase media, alcanzando el 80% hacia 2060.
  4. Decrecimiento en la desigualdad entre países, pero aumento en la desigualdad dentro de cada país, tendencia que bien de atrás y se profundizó con la pandemia.
  5. Cambio climático: amenaza de un aumento de 1,5 grados o 2 grados que provocarán cada vez frecuentes eventos climáticos extremos
  6. Comercio internacional: el comercio mundial de bienes pasó de representar el 17% del PBI mundial en 1960 al 44% en 2019. Mas comercio, inversiones y flujos de capital llevaron a mayores tasas de crecimiento económico y reducción de la pobreza global. Se abre el interrogante si el retroceso en este proceso causado por la pandemia y los conflictos bélicos, significarán un cambio disruptivo de tendencia.
  7. Progreso tecnológico: el avance tecnológico en particular en materia de información, internet móvil, automatización del trabajo e inteligencia artificial brindan potenciales soluciones para los desafíos globales.
  8. El futuro del trabajo: todos estos cambios tecnológicos aceleran la creación de nuevos productos y servicios, y nuevos trabajos y empleos. Pero también significa la gradual desaparición de muchos puestos de trabajo en sectores tradicionales como la agricultura, la industria manufacturera trabajo-intensivo y los empleos más rutinarios en el sector servicios. Esto significa un serio riesgo de exclusión para la población menos preparada para los nuevos desafíos. Serán cruciales entonces dos áreas, el capital humano y acceso a internet y computadoras a todos los estudiantes, para enfrentar las nuevas condiciones de trabajo.
  9. Cooperación global. La pandemia ha significado un cambio disruptivo en materia de cooperación internacional. Ha puesto de manifiesto la necesidad de coordinación global ante crisis globales. La eficacia de las organizaciones multilaterales se ha deteriorado en las últimas décadas. Será necesario una mayor coordinación en un contexto donde coexisten dos modelos diferentes de organización social.
  10. Economía global: la economía global triplicará su nivel y el ingreso por habitante aumentará en 2,5 veces respecto del nivel actual, pero la estructura económica mundial manifestará profundos cambios. Las economías emergentes que representaban el 33% de la economía mundial en 1980, alcanzó el 56% en 2020 y se estima representará un 73% hacia mediados de siglo. Esto significará que el nuevo centro de gravedad del mundo se desplazará hacia el este y sur de Asia.

Este futuro panorama ofrece a nuestra región significativas oportunidades, pero también enormes desafíos. Elaborar una adecuada hoja de ruta se presenta como el mayor reto. Y la dirigencia empresaria, en particular la cristiana, tiene sin duda un rol que cumplir en el diseño de la agenda.

Con el sólo propósito de estimular la reflexión y la sana discusión, parece oportuno intentar identificar nuestras mayores fortalezas y debilidades. Entre estas últimas se destacan sin duda la elevada desigualdad social que aún mantiene la región a pesar de los logros alcanzados en los últimos años; la falta de acceso a la educación y el desmejoramiento del sistema educativo; la elevada corrupción y debilidad institucional; la menor cultura financiera respecto de las áreas de mayor crecimiento, en particular el continente asiático, que se materializa en bajos niveles de ahorro y acceso a los mercados de capital, limitando significativamente el progreso económico y social respecto de aquellas regiones.

Entre las fortalezas cabe destacar que, salvo excepciones como el caso argentino, la región ha logrado alcanzar un relativo equilibrio macroeconómico que se manifiesta en menores tasas de inflación y mayor crecimiento, disminuyendo la desigualdad social.

De este cuadro de fortalezas y debilidades frente a las mega tendencia mencionadas, resaltan con bastante claridad donde radican los principales desafíos para nuestra región:

  1. Educación: estimular y brindar acceso a toda la población a una educación de calidad. Reconocer la importancia y necesidad del desarrollo de competencias y educación del personal y profesionales para mantenerse adaptado a los avances y desafíos tecnológicos. Aumentar y mejorar la educación financiera en todos los segmentos de la población.
  2. Internet: lograr el acceso a Internet y a los dispositivos de comunicación necesarios a toda la población.
  3. Mantener la estabilidad macroeconómica.
  4. Cooperación internacional: la nueva globalización exige esfuerzos coordinados para poder competir a la altura de las cada vez mayores exigencias.

Notas: (1) Envisioning 2060. Opportunities and risks for emerging markets. UNIAPAC

Foundation Board. Think Tank Meeting

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Sobre el autor

Consejo Editorial

Consejo Editorial de Portal Empresa, la revista digital de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).

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