Probablemente hemos oído hablar de la “economía colaborativa”, “consumo colaborativo” o su vocablo en inglés “sharing economy”. Poco material hay hasta la fecha de este tópico. Más allá de la teoría y sus debates (básicamente si nació con la era de internet, o si básicamente siempre existió pero se potenció con la tecnología de la información) lo que sí vemos es que se le está prestando cada vez más atención, debido a su impacto en el PIB de las naciones.
La economía colaborativa plantea un esquema alternativo a la compra de un bien o contratación de un servicio (ya sea libro, boleto de ómnibus, estadía en hotel o alquiler de un inmueble) y pensar antes de comprarlo definitivamente, si ese mismo bien o servicio se puede alquilar o tomar prestado. A tales fines se han creado numerosas páginas web y en redes sociales donde hay esquemas de personas que van rotando y ofreciendo sus servicios y productos en una plataforma que gana confiabilidad a través de la calificación de usuarios por otros usuarios. Cada individuo es libre de entrar y salir cuando necesite o desee.
Antecedentes
Se empezó a nombrar con tales términos en el año 2007 – Autor: Ray Algar en el artículo denominado “Consumo Colaborativo” y luego en 2010 se extendió masivamente con el libro ´What’s mine is yours´ de Rachel Botsman ii.
Supone un cambio en nuestra relación con los bienes que adquirimos: en la sociedad del consumo que cada día nos incita a poseer más y más, trabajar más horas para adquirir más bienes y servicios y tener “mejor calidad de vida” al final de cuentas siempre parece que nada es suficiente: queremos mejores vacaciones, en un destino exótico, leer más libros, o leer el libro que está de moda (luego no tenemos lugar dónde guardarlo), el vestido de fiesta se utiliza una vez y no se repite. El vehículo en la cochera pasa bastante tiempo, y eso es capacidad ociosa que otra persona puede aprovechar.
Entonces el ser humano en su habilidad de crear y utilizar herramientas disponibles y relacionarse también con otros, recurre hoy en día a las redes sociales, donde en cuestión de segundos puede relacionarse con un universo nuevo de capacidad ociosa dispuesta a prestarse, venderse o alquilarse… por un tiempo.
Surge la inquietud en la mente de las personas: El consumo efímero en la era de la modernidad líquida… ¿por qué no? Vale la experiencia más que el poseer. De hecho hasta el marketing ha demostrado que es mayor el goce de ir a comprar el artículo y encontrarse con ese nuevo objeto, que poseer el artículo en sí. La famosa terapia “ir de shopping”.
Opiniones del grupo
Con tal propósito hemos conversado con algunos referentes de nuestro ACDE JOVEN y le hemos planteado estas tres inquietudes:
- ¿Has participado en la economía colaborativa? Ya sea con intercambio de productos y/o servicios: hospedaje, libros, viajes al interior en autos compartidos con desconocidos, ropa, arreglo de artefactos, gratiferias de plantas, artículos del hogar, etc. Como fue tu experiencia? En tu experiencia: ¿ cuál fue el beneficio de la economía colaborativa? (ejemplo: servicio más barato o mayor eficiencia en la utilización de recursos, etc.)
- ¿Qué relación ves entre Economía Colaborativa y lo que nos pide el Papa Francisco en Laudato Sí (moderar el consumo, etc), por ejemplo?
- ¿Qué impedimentos tendría que saltearse la Economía Colaborativa para ser a la vez más segura y confiable? Temas regulatorios, jaque a ciertas industrias, creación de empleo, etc.
Jorge Fado, Lic en Administración (UADE)
- Sí, recientemente utilice la plataforma de Airbnb para contratar el hospedaje de mis vacaciones. El beneficio fue contar con información suficiente para facilitar la toma de decisiones (calificación, comentarios, fotos, entre otros) y un ahorro económico.
- La relación es muy estrecha porque la encíclica en parte de sus fragmentos nos lleva a tomar conciencia sobre la importancia ecología y el cuidado de medioambiente, y la Economía Colaborativa genera herramientas para mejorar la eficiencia de nuestros recursos.
- La Economía Colaborativa debería regularse para que los usuarios e intermediarios no obtengan beneficios a costa de la licuación de responsabilidades (de todos los actores) y/o flexibilización económica. De producirse esto último, los resultados positivos no serían sustentables en el mediano-largo plazo (éste es un tema sensible, a modo de ejemplo solemos comparar fácilmente precios de la industria de servicios contra particulares sin muchas veces considerar la responsabilidad ante el tributo de impuestos, contratación de seguros, habilitaciones, generación de empleo formal, entre otros.)
Santiago Alonso, gerente de Asuntos Regulatorios en VertPro.
- Únicamente tuve una experiencia de este tipo y fue en un viaje a Europa en el que hice couchsurfing (https://www.couchsurfing.com) básicamente alguien te hospeda gratis.
- No creo que modere el consumo, sino que le quita la onerosidad.
- Lo más complicado es lo regulatorio, y luego la confianza del “consumidor”
Vemos que quedan dudas y desafíos, pero lo que no podemos desconocer es que es un segmento que viene creciendo a pasos agigantados y su impacto no pasa desapercibido. ¿Nuevas formas de consumir y ser más sustentable – menos contaminante – o una forma de competencia en desigualdad de condiciones (desleal)? Sin dudas un tema a analizar.
Mariela, muy buen articulo sobre un tema moderno, actual y social. Tengo un departamento de 2 ambientes en Bs. As. (vivo en Mar del Plata) que utilizo cuando debo ir, habitualmente una o dis veces por mes y normalmente dos dias me alcanzan. El año pasado, el hijo de un amigo tuvo que ir por una pasantia tres dias a la semana por 6 meses por lo que para beneficio de ambos acordamos que el lo usaba lunes a miercoles y yo podia disponer del deoartamento jueves y viernes; el pagaba las expensas. Economia compartida o colaborativa. Un amigo comparte internet con su vecino que está muy poco tiempo en su departamento. En fin, son muchas oportunidades para compartir y convivir ayudandonos unos a otros. Asi somos más.
Felicidades.
Estimado Roberto, gracias por tus comentarios.
Una consulta, ¿han utilizado internet para estos casos? ¿o se dio por el vínculo social que ustedes poseen más allá de las redes sociales?
Entiendo esto demuestra que la Economía Colaborativa existió independientemente, y aún antes del boom de Internet.
Internet lo que hizo es potenciarlo en todo caso…
Saludos y gracias, a seguir cooperando!!
Muy bueno el artículo para una reflexión sobre la denominada «sociedad de consumo» (para mi una patología de la economía de mercado o capitalismo).
Los ejemplos que se dan muestran como la «colaboración» tiene un valor para quien la ejerce. El tema es que como la economía es la ciencia que estudia la distribución de los bienes escasos a las múltiples necesidades, el medio para realizar esto es el valor que cada uno da a lo que hace y la «economía colaborativa» plantea tener en cuenta que uno puede tener ventajas cubriendo necesidades de los demás. Recomiendo la lectura de un cuento del P. Leonardo Castelani «el caballo, la mula y el pica buey» o algo así. Sería largo relatarlo pero a mi me hizo reflexionar sobre los aspectos verdaderos de la «mano invisible» de Adam Smith.