«El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espiritu.» (Juan, 3, 8)
Mañana
Padre, gracias por esta mañana llena de energía y espíritu que renueva el milagro de tu presencia. Gracias por tantos dones recibidos. Que el trabajo sea un lugar de encuentro y dignidad.
Gracias por renovar mis fuerzas y mi ánimo, para poder emprender la jornada con alegría y un corazón abierto hacia los hombres. Te pido por quienes están impedidos de trabajar y quisieran hacerlo. Que se sientan valiosos, a pesar de la aflicción. Enviales tu Espíritu consolador para que puedan exclamar “Padre”, aún en medio de la tribulación.
Que como el hijo pródigo tenga la humildad de volver sobre mis pasos y reconocer mis errores, y como su padre, sepa ir al encuentro de lo extraviado y hacer con la entrega de mi trabajo una fiesta fraterna.
Dame apertura y escucha atenta para ver y entender a cada instante en lo concreto, el camino que tu providencia me señale. Que pueda descubrirte en mis reuniones y tareas de este día. Sacame de la rutina para descubrir y llevar una mirada nueva y refrescante.
Gracias por todo.
Mediodía
Santuario … María … hogar de Dios …
camino hacia el Padre …
manantial … huerto … remanso …
fuente … vida … madre …
Jesús … pan de vida …
te ofrezco … me ofrezco … me entrego …
confío …. descanso …. me siento amado … cobijado …
Señor y dador de vida …
llevame … transformame … Gracias.
Repará María mi corazón en este mediodía. Quiero cantar tu bondad de madre. ¡Para vos es mi música!
Enseñame a vivir despreocupado, confiado y sereno en medio de las luchas del día, sabiendo que la providencia y misericordia del Padre, todo lo proveerá, aunque surjan abismos. Quiero descansar en El y que siempre tenga presente la buena nueva que lleva la vida.
No permitas que tenga una actitud sobreexigente, dura y amarga, que recargue excesivamente mis tareas y las de los otros.
Que mi trabajo engendre riqueza y más vida y no entristezca y limite posibilidades.
Que sepa amarme con misericordia y descubra que me amas como un hijo predilecto y único.
Tarde
Señor, incliná tu corazón bondadoso por este día de trabajo, en el que los hombres nos unimos en una tarea compartida y buscamos construir un lugar mejor donde vivir.
Enseñame Jesús esta tarde a descubrirte y vincularme con aquellos que no son valiosos a los ojos del mundo y tienen trabajos más simples, pesados o rutinarios que el mío y pasan desapercibidos ante los valores de la rentabilidad empresaria. Que no ponga distancias.
Madre, te consagro todo mi corazón para que lo llenes de vida y lo transformes en un santuario vivo, en el que sepa recibir a quienes se acerquen a mi vida, abriéndome a la de ellos.
Llevame a mi tesoro escondido, para vivir con el corazón alegre y desbordante.
Las oraciones que se presentan son extraídas del libro Trabajar Orando (Editorial Claretiana, 2013)
Trabajar Orando… lunes.
Trabajar Orando… martes.
Trabajar Orando… miércoles.