“Este debate es sólo para la ‘tribuna’ si no incluye propuestas consistentes sobre cómo resolver los crónicos problemas de competitividad y productividad de la economía. Sus protagonistas suelen ser voceros de sectores protegidos que reclaman una ‘inserción inteligente’ en el mundo, como eufemismo de dejar todo como está durante décadas”.
Nestor Scibona, refiriéndose al acuerdo con la Unión Europea (La Nación, 7 de julio de 2019)
Desde ACDE, particularmente en el temario de los dos últimos encuentros anuales, estamos predicando superar la grieta mediante el diálogo, el reconocimiento de la opinión del otro y la posibilidad de alcanzar acuerdos que permitan elaborar políticas públicas aceptadas por todos los sectores para superar el cortoplacismo e insertar la Argentina en el mundo.
Nos lo propusimos como un esfuerzo constante que, a veces, parece imposible si vemos la realidad que nos muestra la lucha por el poder en este año electoral.
Ocurre que, en el afán de conseguir el poder, parecería que todo vale. No en vano las tres tentaciones de Cristo en el desierto (Mt, 4, 1-11) relatan las formas espurias que el demonio le propone a Jesús para obtener poder: conseguirlo para el propio beneficio (“si eres Hijo de Dios dí que estas piedras se conviertan en panes”); afianzarlo mediante el “espectáculo banal” (“……échate de aquí abajo pues….los ángeles te tomarán en las palmas de sus manos”); pactar con la corrupción para obtener riquezas materiales (“todas estas cosas te daré si postrándote ante mí me adoras”).
Hoy presenciamos un desfile de personajes de distintos partidos, “espacios” o colores políticos que echan mano a estos métodos con la esperanza de acercar votos provenientes de algunos sectores de la ciudadanía distraída que, lamentablemente, se queda en la coyuntura y parece haber perdido la memoria
Lo más lamentable es que tras los insultos, los shows mediáticos y el cruce de slogans inconsistentes realizados “para la tribuna”, como dice Néstor Scibona en el párrafo que encabeza esta carta, al ciudadano le cuesta ver el contenido de las ideas que se están discutiendo y poder optar con su voto por aquellas que considera más consistentes.
No obstante, hay algunos hechos que permiten ubicarse en el contexto y vislumbrar la Argentina que proponen los dos grandes espacios que polarizarán, seguramente, las opciones electorales.
Las dos caras del acuerdo
Uno de esos hechos ha sido el anuncio del acuerdo comercial con la Unión Europea. A pesar de que por ahora solo se conocen sus lineamientos generales, ya ha sido calificado por candidatos y referentes de la oposición, como un “desastre” que producirá la quiebra de muchas empresas y una supuesta pérdida de la soberanía. Se trata de la opinión de aquellos que proponen una economía cerrada al mundo basada en el consumo interno y que prefieren mantener un mercado cautivo para 40 millones de argentinos, en lugar de aceptar el desafío a acceder con nuestro producto a 500 millones o más de habitantes del mundo. Es cierto que, frente a esta opinión puede haber dogmáticos que piensan en una apertura indiscriminada sin que el Estado realice antes las reformas que impiden a nuestros empresarios ser competitivos. Pero entre ambos extremos, no cabe duda de que, a nuestro juicio, la tendencia correcta es aceptar el desafío de la competencia, fomentar el espíritu empresario donde el riesgo es un factor indispensable y crear un contexto institucional que permita la protección de la propiedad privada y la libertad de comercio.
Otro caso es el de la reforma laboral. De un lado se habla, sin mayores precisiones, de un cambio tendiente a facilitar el acceso al trabajo formal eliminando trabas hoy impuestas por una legislación que atiende a problemas ya superados, propios de la mitad del siglo pasado. En frente, están los que proclaman que la reforma tiene como único objeto violar los derechos de los trabajadores.
La realidad es que en el mundo del trabajo la tecnología hoy permite formas o maneras de realizar tareas que cambian totalmente los criterios de disciplina, horarios, movilidad y desplazamientos a talleres y oficinas. Frente a esa realidad, negar la necesidad de una reforma laboral es una actitud demagógica que pretende crear miedos y defender privilegios.
Un claro ejemplo de esta postura es la de los sindicatos aeronáuticos cuya bandera de lucha es impedir la instalación de nuevas líneas aéreas mostrando así la contradicción de un sindicato que intenta obstruir la creación de fuentes de trabajo para su rama de actividad. Sobre este tema vale destacar la reacción de sectores empresariales que plantearon públicamente la oposición a la acción del gremio de pilotos.
Primeras y segundas marcas
Finalmente, otro ejemplo de la liviandad conceptual, es la referencia peyorativa a “segundas marcas” con el único objeto de anunciar una supuesta “defensa del consumidor” para que pueda acceder a productos de calidad, cuando la realidad es que, justamente, todas aquellas Pymes que producen con marcas nuevas y ofrecen calidad en sus productos, benefician al consumidor no solo con menores precios sino porque, la competencia impulsará también los precios a la baja de las grandes marcas, obligándolas a no perder la calidad que publicitan. Por otro lado, su falta de conocimiento del mercado no les permite considerar que empresas de primer nivel desarrollan productos tanto de “primeras marcas” como a las que denominan “segundas marcas”
Si los argentinos, en este año y también en los próximos, conseguimos definir los puntos del debate con seriedad y sinceridad, podremos dialogar para superar nuestras diferencias, porque siempre existen soluciones intermedias, caminos coyunturales que no nos alejen de los objetivos principales y posibilidades de acuerdos frente a la realidad de la escasez y la limitación de recursos.
* Con la colaboración de Enrique Federico.