Señor Dios, hoy y acá, queremos pedirte por nuestros líderes, y muy especialmente por nuestros dirigentes del mundo productivo privado de nuestro país.
Por todos aquellos empresarios, directivos, emprendedores y profesionales de la empresa que día a día influyen e impactan en tantas personas, familias y comunidades de nuestra querida nación.
Ayúdalos Señor a encontrar el camino interior para poder conversar contigo en la profundidad de su corazón. Ayúdalos a ser íntegros frente al desafío de los cotidianos desgarramientos que existen en sus conciencias.
Sabemos Señor que crear, liderar, sostener y desarrollar una empresa requiere hoy una gran dedicación y esfuerzo, y que si además comprendemos y aceptamos la importancia de la responsabilidad de generar empleo y trabajo, entonces también te pedimos que les des fortaleza y sabiduría para enfrentar las incertidumbres con coraje y foco en sus empleados y su comunidad empresarial.
Te pedimos Señor que frente a las tentaciones de la riqueza desmedida y el poder sin límites, entiendan que deben mirarte siempre a vos, y que podrán encontrarte en todas aquellas personas que hoy están afligidas y que sufren por la falta de oportunidades, esperanza y desarrollo que, seguramente, nuestros líderes empresarios pueden solucionar con su capacidad de innovación, resiliencia y ejecución.
Encontrarte Señor en ellos, los llevará al amor que conduce a la unidad. A esa unidad interior que permite lograr la paz interior, en comunidad con vos Señor, y que necesitamos tan imprescindiblemente de nuestros líderes empresarios.
Guíalos Señor, para que puedan desarrollar con libertad su capacidad emprendedora y resolutiva para colaborar con nuestros principales desafíos como sociedad, además de buscar la necesaria sostenibilidad de sus empresas y emprendimientos.
Y finalmente Señor, te pedimos invoques a tu espíritu para que nuestros dirigentes decidan su tan importante compromiso de ser ejemplo y testimonio de un cambio cultural tan necesario para nuestra realidad nacional y, hasta mundial.
Amén.