El economista e investigador de la Universidad Di Tella, Pablo Gerchunoff, expuso sobre “las grietas del pasado y de hoy” en el XXI Encuentro Anual de ACDE, sobre “Hacia una Argentina Integrada y Plural”.
A continuación, sus principales conceptos:
· Cada presente que me tocó vivir me dio tanto pánico que decidí dedicarme al estudio de la historia.
· Para entender el presente argentino, debemos analizar las dos globalizaciones,
la de 1880-1930 y la de 1970 a hoy, la grieta no es un concepto nuevo.
· Las grietas de la primera globalización son notables porque a diferencia de otro tipo de conflicto, aquel se manifestó en forma de guerras civiles, entre Nación y provincias, adentro de cada provincia. En aquella época, parecía para los protagonistas que no se iban a terminar nunca aquellas guerras. Argentina tenía un solo puerto de aguas profundas y tenía que compartir los derechos de aduana. Las provincias estaban dispuestas a dar pelea y al conflicto se sumaba la presencia del río que desembocaba en este puerto. Sin embargo, estas guerras civiles fueron superadas.
· El conflicto federal sobre el puerto fue solucionado por Roca al desarrollar el sistema de ferrocarriles y con la llegada de buques frigoríficos.
· La expansión notable de ferrocarriles al norte y al oeste tenía un propósito de integración federal. Conectaba zonas no solo por motivos productivistas, sino con intención federal. Se le reprochaba que hacía ferrocarriles hasta la luna.
· Esto demuestra que las grietas a veces requieren de un camino no recto para ser resueltas. Los ferrocarriles no eran todos productivos. Si yo hoy hago inversión en infraestructura sin tener en cuenta las deficientes redes cloacales, no estoy percibiendo el objetivo de paz social y sin esta paz social no puedo tener una Argentina productiva. Para que los caminos que me llevan al puerto sean pacíficos, necesito apaciguar a al gente.
· Los conflictos relacionados con la globalización vuelven en los años 70. Para unificar el país, no alcanzó con desarrollar una red de ferrocarriles, también había que retener a la población en el campo.
· En la segunda globalización, hay una nueva forma de conflicto federal. La provincia de Buenos Aires pasó de tener riqueza muy por encima del resto del país a tener un aluvión de pobreza en el GBA. Esto es un foco de conflicto increíble. A 20 km de la Casa de Gobierno, existe un foco de conflicto muy importante y la capacidad de movilización de la gente pobre esta mucho mas movida por los grupos de militancia y movimientos sociales que por el ámbito oficial.
· Para superar un conflicto, lo primero que hay que hacer es acercarse al que tengo más lejos, ponerse en la cabeza del otro que más lejos está. Hay que comprender la razón del otro.
· Al segundo conflicto federal se agrega el conflicto de clase. Cuando el tipo de cambio real es bajo es pro consumo. Es el tipo de cambio de las mayorías sociales. Favorece a la gente de menos recursos y a la movilidad de los ricos. Pero cuando el tipo de cambio es mas alto, la Argentina es más competitiva.
· Tenemos que aceptar que un tipo de cambio que nos acerque a un modelo productivo es uno en el cual hay que pactar con los que pierden.
· Históricamente, siempre quisimos pensar que los perdedores de cierta batalla no nos iban a tomar revancha y es falso. Siempre toman revancha. El conflicto distributivo es la brecha real.
· Para la actualidad, el conflicto federal distributivo y el conflicto de clases es lo que debemos encarar.
· Tengamos en cuenta estos conflictos porque no nos podemos evadir. No busquemos las llaves donde las perdimos, busquemos donde hay luz, en los conflictos profundos de la sociedad. Una condición que me parece fundamental para enfrentar cualquier problema es saber quienes somos, cuanto podemos repartir, cual es nuestro acervo.
· No somos rico es términos de recursos naturales y sus transformaciones . Argentina está detrás de Chile y Corea del Sur en términos de exportación. Tampoco somos tan ricos en recursos humanos. Nuestro nivel de educación nos pone más al nivel de Brasil que de Canadá. Si algún día lo tuvimos, lo perdimos.
· La percepción de lo que somos en una condición necesaria para enfrentar los desafíos y solucionar las grietas.