En uno de sus escritos más trascendentes, Peter F. Drucker nos enseña que, “… el Mercado Libre no crea, (no puede crear), una sociedad civil que funcione: presupone que existe. ….” Y sin ese prerrequisito de una sociedad que funcione, es decir, “Sin un contexto con plena vigencia de Instituciones educativas, legales y financieras”, unos cuantos especuladores pueden hacerse muy ricos, pero la economía seguirá siendo pobre”.
Drucker afirma también, que la sociedad civil es “un ámbito en el cual existen garantías efectivas de los Derechos de Propiedad y …. especialmente una protección eficaz de esos derechos contra los poderosos, sean estos reyes, nobles, generales, obispos o parlamentarios”. Compartimos aquí con Peter Drucker que esta es la verdadera acepción del término “Derechos Humanos”, ‒los ya definidos como “Derechos Individuales” hace 300 años por Locke‒.
Por último, Drucker expresa en otros puntos que:
“Lo absolutamente esencial es lo que los alemanes llamaban “el Estado de la Justicia”, ―y los ingleses y americanos The Rule of Law” y en Argentina‒agregamos nosotros‒, el “Estado de Derecho”, un orden social y político que proteja eficazmente a la persona y a la propiedad de los ciudadanos contra las injerencias arbitrarias desde arriba.”
Cabe quizás comparar estos conceptos sobre la Sociedad Civil en las naciones desarrolladas con la frase que Juan Bautista Alberdi escribiera en el momento de su retorno a Argentina: “… He estado más de 20 años viviendo en las naciones más avanzadas de la Tierra, y he aprendido que civilización es tener seguridad con respecto a la vida, el honor y los bienes ……”. Y Alberdi reiteraba entonces, “… eso y solamente eso es civilización …”.
Drucker termina reiterando que “el mercado libre depende a su vez de una sociedad civil que funcione, y sin ella es impotente”. … por lo que, “…el Mercado Libre se encuentra, así, en un callejón sin salida: no funcionará a menos que haya una sociedad civil, pero no puede por sí mismo crear una sociedad civil, como tampoco pudo hacerlo el liberalismo político de hace 100 años”.
Y cabe preguntar: ¿Comparten los líderes empresarios, políticos y sociales de Argentina esta visión?; ¿O cuál nos proponen en cambio?
Definición y rol de las Instituciones
Tomando conceptos de distintos autores mencionados en este texto, hemos creído correcto y necesario definir las Instituciones como:
“Aquellas costumbres, creencias y tradiciones; normas, códigos y marcos legales; y también las estructuras organizativas y los mecanismos de decisión del Estado y de la Sociedad Civil que, ya sean formales o informales, han tenido vigencia y se han consolidado con el paso del tiempo en una sociedad dada, y a las cuales, los integrantes de esa sociedad reconocen y respetan”.
No es suficiente con que existan Instituciones. Si se quiere que tengan una incidencia positiva, las Instituciones deben ser de calidad, además del carácter implícito en su nombre, de ser “estables y previsibles a largo plazo”. Y ninguna Institución, aunque exhiba calidad de diseño, puede ser relevante si la Sociedad y cada uno de sus integrantes no la reconocen y respetan.
La “calidad institucional” se debe medir por los resultados y en caso de duda con respecto a cómo mejorar la calidad, deberá iniciarse el análisis mediante un benchmarking con aquellas Instituciones similares del exterior que ya hayan obtenido buenos resultados durante muchos años, antes que poner en marcha marcos legales sin antecedentes y sin un fundamento económico y social sólido.
Con respecto a la estabilidad y previsibilidad a largo plazo, nunca será excesivo todo lo que se destaque respecto del rol central que tiene un contexto de Instituciones estables y previsibles a Largo Plazo en las posibilidades de desarrollo económico y mejora de calidad de vida de una Nación.
Opinión de los fundadores de la “Nueva Economía Institucional”
La primera cita que traemos es la convicción de los fundadores de la Nueva Economía Institucional ─NEI─, los tres premios Nobel de la primera mitad de los años ’90, Gary Becker, Ronald Coase y Douglass North. Con una visión amplia de la economía, destacaron que los prerrequisitos para el desarrollo económico no son solamente técnicos ─acumulación de capital e incrementos de productividad, ‒más un correcto manejo fiscal y monetario─, sino principalmente Institucionales. Becker, Coase y North llegaron conjuntamente a la convicción de que el correcto funcionamiento de las Instituciones, más que cualquier otro aspecto macroeconómico, es el prerrequisito central para el crecimiento económico y la calidad de vida de una Nación.
En la escuela formada por ellos y denominada “Nueva Economía Institucional “, han postulado que las que consideran las principales Instituciones: el “Derecho de Propiedad”, los “reducidos Costos de Transacción” y la “Elección Democrática de la mayor cantidad posible de Autoridades” que ocupan cargos públicos ejecutivos, son elementos más importantes que cualquier política monetaria o fiscal para hacer posible el desarrollo económico.
Las opiniones de Mancur Olson, Ira Glasser y una editorial de La Nación
Por su parte, Mancur Olson, investigador que concentró la mayor parte de su trabajo de décadas en la búsqueda del secreto del crecimiento económico, autor de “Ascenso y caída de las Naciones” y de “Poder y prosperidad”, destaca en las conclusiones de este último texto, cuáles son “las Instituciones necesarias”. Dice Mancur Olson que, “…para materializar todas las ganancias del comercio ha de haber un sistema legal y un orden político capaces de imponer el cumplimiento de los contratos, proteger los derechos a la propiedad … y facilitar un mercado de capitales duradero y ampliamente utilizado, que haga que las inversiones y préstamos sean más líquidos de lo que serían en otras condiciones.
Olson se responde luego a si mismo la pregunta de, “¿cómo puede una sociedad lograr el tipo de mercado que trae consigo abundante riqueza?”. Afirma al respecto que, “…la primera es la condición paradójica de los Derechos Individuales garantizados y bien definidos…… Y en particular, una economía de mercado solo puede alcanzar todo su potencial si quienes participan en ella, cuentan con el derecho al cumplimiento, imparcialmente impuesto, de los contratos que decidan firmar”. Es conveniente releer este párrafo por la simplicidad de los dos conceptos que Olson menciona en el mismo.
Olson incorpora luego una segunda condición: “que no haya depredación alguna”. Estas dos condiciones (Instituciones), ‒los “Derechos Individuales Garantizados” y “la ausencia de Depredación‒”, si se cumplen plenamente, son suficientes para la prosperidad de una sociedad”.
Yendo a Ira Glasser, afirmó que el único propósito del Gobierno el cual surge naturalmente luego de la creación de las Repúblicas, dotadas de división de poderes para asegurar la protección de las minorías y con Justicia independiente que haga posible el control del Ejecutivo y negar legitimidad a aquellas Leyes del Legislativo que atentaran contra lo establecido en la Constitución, es “La defensa de los Derechos Individuales, ‒a la vida, la libertad, la propiedad y a la búsqueda de la propia Felicidad‒”.
Por último, el último párrafo del editorial de La Nación del 1/11/20 señala textualmente que, “……En el campo, quienes hayan tomado explotaciones ajenas se enfrentarán con la dura realidad. Sin seguridad jurídica, sin derechos de propiedad, sin contratos con proyección de futuro, no habrá maquinarias que funcionen, ni agroquímicos para fertilizar, ni siembra directa, ni camiones para transportar, ni silos para ensilar”.
Poco a poco, la Argentina regresará al siglo XIX, bajo el rótulo de Proyecto Artigas o mapuche, transformando una nación pujante en un territorio desolado, de campesinos marchando descalzos detrás de su buey y su arado de mancera.”
Ya hemos mencionado también la visión de Peter Drucker y la de Juan Bautista Alberdi respecto de las Instituciones necesarias para asegurar el progreso económico y social de una Nación a largo plazo.
Cabe entonces solo recordar que Drucker termina reiterando que “lo que es “moderno”, es el Mercado Libre …. (pero solo) “…como principio organizador de la economía; los neoclásicos tienen razón: sin Mercado Libre no habrá ninguna economía moderna que funcione y, de hecho, tampoco habrá crecimiento económico alguno. Pero el Mercado Libre depende a su vez de una sociedad civil que funcione, ‒es decir, reiteramos, de un Contexto de Instituciones‒ y sin ellas es impotente”.
[1] ¿Podrán las Democracias ganar la paz? (1991). Resumido y presentado por el autor junto con otros textos en el homenaje realizado en la Academia de Ciencias en 2006, primer aniversario del fallecimiento de Peter F, Drucker. [2] Texto de 1992. [3] En “Diálogos con Armando Ribas”, Fundación Carlos Pellegrini 2016. [4] “Podrán las Democracias ganar la Paz”. O. Cit.