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Las perspectivas económicas

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Hay un dicho que dice: “Siempre que llovió, paró”.  Hay otro que dice: “Toda crisis trae grandes oportunidades”. Y estos son dichos sabios. Sin embargo, escuchar los medios de comunicación y, la conciencia colectiva, hace ver que parece que se viene la hecatombe.

Esto es peligroso. Recién estoy en la mediana de la edad, si la media de la vida no se prolonga en los próximos años, y soy muy optimista del futuro. No sólo del país, sino del mundo.

No voy a enfocarme en el mundo, sino en nuestro país.

Es muy negativo a nuestro país que los medios y la sociedad, piense y digan constantemente el país va a tener una crisis económica importante.

Es terrible.  He aquí un ejemplo.  Los comercios, las empresas que construyeron su negocio durante 10 años y les ha ido bien, no van a cerrar por estar unos meses cerradas y subsidiadas por el Estado.  ¿Por qué?  ¿Porque el empresario, de qué va a vivir después?  El empresario está acostumbrado a su librería, a su industria, a su supermercado, a su restaurante, etc. No se va a ir a búmeran a mandar el curriculum y decir “tuve un restaurante”.

La demanda de esa actividad va a volver.  Es natural esto.  La demanda que existía, vuelve.  Si ese empresario, cierra. Va a venir otro y va a poner el mismo negocio y va a vender lo mismo.

¡Es lógico que otra persona abra La Parolaccia, por ejemplo?  No.  No es lógico.

¿Puede pasar?  Sí.  Es imposible predecir todo el comportamiento humano.  Pero la demanda va a volver.  La crisis económica NO va a ser tal como la están prediciendo.

Eso es lo grave. Vamos a un caso. Europa se levantó después de las guerras mundiales. Japón se convirtió en potencia mundial económica después de haber sido un país pobre. ¿Qué tenían estos países?  Confianza.  Positivismo. 

La economía es confianza 100 %. Acá hay 0 % de confianza y 100 % de negativismo.  Nunca funciona una economía así. Más allá de todos los problemas que puede tener un inversor para invertir en Argentina, por leyes laborales, normas impositivas, etc., hoy surgen oportunidades. Pero el estar constantemente NO generando confianza y siendo totalmente negativo por el futuro, es lo peor que podemos hacer como sociedad y como empresarios.

Se necesita que los economistas (como científicos y no como opinólogos) armemos como hacen los médicos comités para estudiar comportamientos y planificar que el país sea los más estable económicamente a futuro, cualquiera sea el gobierno que esté.

Me pone mal cuando cualquiera opina de economía.  Nadie se anima a opinar en una sala de terapia intensiva cómo operar del corazón a una persona.  Sin embargo, de economía todos saben y opinan.  Y eso es grave. La economía es parte del horóscopo de la televisión.  Siempre diciendo: Nos va mal.  El Gobierno toma malas decisiones. Y eso destruye la economía. Y nos destruye como empresarios.  Y no nos da ventajas competitivas sobre el resto del mundo. Nos autodestruimos.

Esto lo escribí porque, como empresarios cristianos, en este momento tenemos que confiar en Dios y ser totalmente positivos, porque todo pasa.  Y tenemos como misión generar un mejor futuro.

Nada es fácil, eso es seguro, pero si no se cambia y se genera una conciencia optimista, todo va a ser 100 % más difícil.  Eso es un hecho.

Sobre el autor

Alejandro L. J. Tonnelier

Socio del Estudio Tonnelier. Fue investigador del Instituto de Investigaciones Contables de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y docente de diversas asignaturas del área contable.

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