Un día, el dueño de una empresa, llevó globos y le regaló uno a cada uno de sus empleados. Después de ello, le pidió a cada uno que anotara su nombre en el globo, los dejarán en el piso y que, con posterioridad, abandonarán la sede de la compañía. Una vez fuera, los reunió y les dijo que entrarían nuevamente e iban a tener exactamente 5 minutos por reloj para que encuentren el globo que tenía su nombre. Finalmente, todos los empleados reingresaron a la sede de la empresa pero pasaron los 5 minutos y nadie puedo encontrar el suyo. Con lo cual, y pasados los 5 minutos iniciales, el empresario les pidió que agarraran cualquier globo y se lo entregaran a quien le perteneciera. En pocos minutos más, cada uno ya tenía en su poder su globo. Para finalizar, el empresario les mencionó que los negocios eran como esos globos y que nadie iría a salir triunfante rápidamente buscando su propio bienestar de manera exclusiva. Y que en la medida en la que cada uno se preocupe por su compañero y por el grupo en sí, el negocio iría encaminado hacia éxito más rápido de lo que podrían imaginar.
En los tiempos que corren, está claro que la idea que el mayor activo de las organizaciones son sus colaboradores es parte del mainstream del management actual. Todas las estrategias empresariales versan a poner en el centro a las personas. Por ello, uno de los aspectos fundamentales del progressive management es el “por qué” que guía la labor, la razón de existir de la compañía (el propósito de la empresa). Este por qué debe ser esencial en las importantes decisiones que tomen las organizaciones como así también en el comportamiento general y habitual en todos sus niveles.
Asimismo, las redes de equipos es otro de los aspectos donde el centro vital se aloja en los recursos humanos. La obsolescencia de una jerarquía vertical nos indica que el control no facilita los procesos de innovación que marcan la pauta en las empresas. Actualmente, la idea es convertir la rígida y anticuada pirámide en una red ágil de equipos, que permita la creatividad y la invención.
Otro aspecto muy relevante es el liderazgo de acompañamiento. Las empresas han dejando de lado el liderazgo autocrático y autoritario. Los líderes hoy acompañan a sus equipos en el día a día, creando una cultura empresarial distinta, ayudan empleados a prosperar y la autoridad ya no está vinculada al rango, sino a la capacidad de liderar con el ejemplo.
Por último, los prototipos tempranos es también un aspecto de este tipo de management, donde la forma de planificar a partir de una gestión cautelosa, debido a los cambios constantes, requiere de mayor adaptabilidad. Centrarse en la experimentación en lugar de predicciones rígidas y hacerlo en todo lo que hacen: productos, formas de trabajo o incluso estructuras, y sacan prototipos tempranos para tener feedback que les permita ajustar y mejorar.
La era digital actual trae cambios en la dinámica laboral y por ende, en la gestión empresarial. Las empresas han decidido prepararse para la futura fuerza laboral y para una disrupción significativa. En este 2020 y en los próximos años, dados los constantes cambios en los entornos políticos, tecnológicos, sociales y económicos, los directores y líderes empresariales continuarán abiertos a las eventualidades de sus procesos de transformación digital y enfocarán sus planes organizacionales para estar preparados. En este contexto, el progressive management será algo que no ha de considerarse menor. Con desafíos cada vez más complejos, la capacidad de ser flexibles, de motivar, de liderar y de, al mismo tiempo, incentivar la originalidad será algo clave de cara a un mundo que ya no será el mismo.