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Balance de carbono en la producción agropecuaria

Escrito por Ernesto F. Viglizzo
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Las presiones generadas por el calentamiento y el cambio climático global se hacen sentir también en el sector agropecuario. Dado que las emisiones de carbono están en el ojo de la tormenta, cada vez más empresas rurales en Argentina intentan conocer sus emisiones anuales de carbono.

Pero no todo es emisión. Nuestras tierras rurales ofrecen una extensa plataforma de fotosíntesis y, por tanto, de captura de carbono atmosférico a través de la vegetación natural y cultivada. Parte de ese carbono puede terminar almacenado en una fracción estable (secuestro) que es el carbono orgánico del suelo.

El balance de carbono (captura menos emisión) del sector ganadero bovino en Argentina comienza a generar interés a partir de la hipótesis que sostiene que más del 80 % de las tierras rurales en Argentina son tierras ganaderas, y que éstas conforman una plataforma captura de carbono que no ha sido suficientemente evaluada. Si la captura de carbono igualara o superara las emisiones del sector agropecuario, los actuales inventarios de gases de efecto invernadero del país (que periódicamente informa el gobierno nacional) podrían experimentar cambios de envergadura.

Hay una visión crítica respecto a que los sistemas ganaderos bovinos emiten un exceso de metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero. Pero en evaluaciones que predominan en el hemisferio norte, además se le atribuyen al ganado emisiones de actividades conexas pero que, en sentido estricto, no le son propias como las que provienen de la manufactura de fertilizantes, plaguicidas, combustibles, y las de frigoríficos, transporte y comercialización de la carne.
Más allá de estas distorsiones, lo lógico es evaluar tanto las emisiones como el secuestro de carbono, es decir el balance neto de carbono ¿Cuánto carbono pueden capturar y almacenar las tierras de pastoreo que cubren más del 80 % del territorio nacional?

No se conoce con precisión cuánto carbono se gana y almacena en las tierras de pastoreo, pero algunos estudios sugieren que esa ganancia podría ser significativa. Si se toman en cuenta las áreas de producción mixta (cultivos y ganado), la extracción acumulada de carbono debida a los cultivos agrícolas puede ser compensada por el carbono que ganan las pasturas en rotación con esos cultivos y por otras prácticas agrícolas. Existen estudios que demuestran que el balance inclinaría a favor de un secuestro compensatorio de carbono. Por falta de mediciones y evidencias numéricas, el proceso no es tan claro en zonas semiáridas y áridas destinadas a la ganadería extensiva.

Las evaluaciones convencionales solo miden las emisiones del ganado, pero ¿qué ocurre cuando consideramos al ganado bovino inserto en un sistema pastoril de producción? Veamos la figura siguiente:

En tal caso, se deben computar no solo las emisiones del ganado sino también la acumulación de carbono por fotosíntesis de la vegetación, y el secuestro final de carbono en el suelo. Naturalmente, el proceso no es lineal porque en el camino ocurren pérdidas por descomposición de la materia orgánica. Pero lo importante es que el balance puede ser positivo.

Los compromisos de mitigación y la capacidad negociadora del país podrían verse favorecidos si se demostrara que las tierras de pastoreo tienen una capacidad de captura y almacenamiento de carbono mayor al que hoy computan nuestros inventarios nacionales. Para demostrarlo basta un sencillo ejercicio.

En la figura siguiente se muestra el impacto sobre el balance de carbono del sector agropecuario argentino en caso que se compute, o se compute, la capacidad de captura y secuestro de carbono de nuestras tierras de pastoreo. A la izquierda del gráfico se presenta el balance cuando no es computado el secuestro de carbono en las tierras ganaderas. Los inventarios que elaboran muchos países (entre ellos, Argentina) asignar a las tierras ganaderas un secuestro de carbono igual a cero. Pero esta visión, aunque predomine, no necesariamente es realista. A la derecha del gráfico, se presenta ese mismo balance computando un factor de secuestro de carbono a las tierras pastoriles. Los cambios son muy notables, ya que se pasa de un balance de carbono negativo en el primer caso (barra roja), a un balance claramente positivo (barra gris) en el segundo caso. Ese crédito de carbono puede tener una significancia tal que podría computarse para neutralizar emisiones de carbono en otros sectores no rurales de la economía argentina.

Carbono producción agropecuaria

Si este planteo es viable, la ganadería pastoril podría ser considerada como una “fábrica” de créditos de carbono para beneficio del país. Ayudaría a neutralizar posiciones internacionales que usan a la emisión de carbono como argumento para erigir barreras comerciales o imponer políticas proteccionistas a nuestra producción ganadera.

Sobre el autor

Ernesto F. Viglizzo

Ingeniero agrónomo, doctorado en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Investigador Principal del CONICET y del INTA, miembro del consejo asesor académico y profesor visitante de la Universidad Austral. Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

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1 comentario

  • Creo que es acertada la posición de Viglizzo y solo lamento que hable del tema sin cifras.
    El CONICET y el INTA gastan cientos de millones de dolares en personal y no pueden financiar una investigación que de respaldo a lo que entiendo que Ernesto Viglizzo viene diciendo desde hace años.