ACDE Hoy

Compartiendo dudas

Catedral de Buenos Aires
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Hace unos días me llegó una carta en la que se cuestionaba la actitud del Cardenal Primado en el Te Deum del 9 de julio, destacando la actitud contemplativa con el actual Gobierno y subrayando las diferencia con el anterior.

A título de ejemplo, podemos recordar que los obispos Lugones y Ojea (durante el Encuentro de la Pastoral Social de 2018) se pronunciaron duramente ante un auditorio al que habían sido invitadas la gobernadora Vidal y la ministra Stanley, adjudicándoles “insensibilidad social” y exigiendo que “el ajuste no lo paguen los pobres”.

También alcanzó gran repercusión la intervención del arzobispo de Salta, Monseñor Cargnello en septiembre de 2019, cuando se dirigió al expresidente Macri pidiéndole que se “llevara el rostro de los pobres” en sus ojos. 

Sorprende que los pastores de la Iglesia mantengan el silencio en las actuales circunstancias. ¿No era -acaso- el referido Te Deum una buena oportunidad para hacer referencia al crecimiento de la indigencia, al aumento de la pobreza o a los elevados índices que ha alcanzado la inflación?

¿No era un buen momento para señalar a los que impulsaron, aprobaron y promulgaron la ley del aborto?

¿No debe la Iglesia Argentina pronunciarse sobre la inseguridad, sobre los atropellos a la Justicia y sobre las inaceptables disputas en el centro del poder? 

Después de sufrir la pérdida de 135.000 vidas en poco más de un año, no se explica por qué la Iglesia se abstuvo de indagar sobre las demoras en la compra de vacunas y sobre las prioridades para distribuirlas.

En medio de un proceso de deterioro político, económico y social casi sin precedentes, he estado esperando que nuestros pastores hagan escuchar su voz reclamando conductas éticas, honradas y decentes, sobre todo en un escenario en el que las maniobras de corrupción alcanzan niveles obscenos.

En el perfil institucional de ACDE, se menciona que la Asociación nuclea a empresarios y profesionales que se identifican en los valores compartidos que los unen: ejemplaridad, integridad y coherencia interna y externa en el desarrollo de las actividades.

No obstante, me cuesta encontrar en los pastores de la Iglesia argentina esos valores, lo que me genera confusión y desconcierto.

ACDE no puede ni debe confrontar. Pero la pregunta es si dentro de ACDE no deberíamos imaginar un debate sobre actitudes que nos desorientan, a la vez que nos interpelan.

De verdad no quiero ser visto como el que tira la primera piedra, pero mi duda es si corresponde preservar un humilde acatamiento o si estamos mirando al costado para no alterar nuestra zona de confort.

Sobre el autor

Gonzalo Novillo Saravia

Titular de Tixel SA. Abogado (Universidad Nacional de Córdoba).

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5 comentarios

  • Excelentes apreciaciones y gran claridad en las dudas . Las instituciones pueden y deben debatir estas posturas por la propia sanidad de las ideas, conductas y la ciudadanía . Gracias all autor por traer un tema tan actual y acuciante.

  • Siempre dije que no me gustan los «curas gordos» por aquello de Mt. 15,9: «y entonces ayunarán».
    Pero al que primero se debe interpelar es si mismo. Corrijamos al hermano en privado y luego por supuesto, quitemos toda paja o viga de los ojos.

  • Oportuna interpelación del autor. Felicitaciones por la claridad y precisión con que expresa su punto de vista, con el que coincido ampliamente.