31° Jornada Anual ACDE Joven
Emprendedores sociales, líderes de nuevas empresas y pensadores debatieron sobre el impacto de la tecnología en la forma de vivir de las personas.
La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) celebró ayer su 31° Jornada Anual ACDE Joven con un debate que contó con la presencia de destacados jóvenes fundadores de empresas tecnológicas, emprendedores sociales, filósofos y pensadores, quienes dialogaron sobre el impacto de la tecnología en la forma de vivir, pensar y hacer de las personas. Durante más de tres horas, una decena de oradores destacaron la fuerza creadora de las nuevas tecnologías para generar enormes oportunidades y construir comunidades más inclusivas y pujantes, a la vez que reflexionaron sobre los riesgos que generan para la libertad y la autonomía de las personas el uso excesivo de esas herramientas.
“Estamos viendo cuatro verticales preocupantes para la estabilidad del mundo: la pandemia, la guerra, el cambio climático y la inequidad. Y a todas ellas las cruza la tecnología, que puede ayudar a resolver o agravar los problemas”, planteó Gonzalo Tanoira, presidente de ACDE. “El gran desafío es cómo hacemos como empresarios cristianos para seguir fomentando la meritocracia y el capitalismo y al mismo tiempo retribuir de forma justa al trabajo”, agregó y planteó: “Así como alguna vez fuimos el granero del mundo, Argentina está llamada a ser la incubadora tecnológica del mundo, si somos capaces de crear las reglas para que nuestros emprendedores y creadores se queden en Argentina”.
En la apertura de la jornada, que se realizó en el auditorio Plaza Galicia, Jorge Fadó, presidente de ACDE Joven señaló: «Nuestra sociedad necesita crecer, necesita mejorar para iluminar nuestro futuro». Agustina Vega, presidenta de Argenthink 2022, agregó: “Nos propusimos pensar en algo que nos uniera a todos y surgió la tecnología como común denominador”. Los jóvenes integrantes de ACDE estuvieron acompañados por el padre Guillermo Marcó, presidente de la Pastoral Universitaria del Arzobispado de Buenos Aires, quien reflexionó: “La tecnología se puede usar muy bien, pero también puede generar adicción y borrar el ámbito de lo privado y de lo público», y agregó: “Su utilidad está dada en que puede servir para generar riqueza, porque sin producción de riqueza no hay salida para la pobreza”.
El primer panel fue sobre “Cripto, Inversiones y Educación Financiera”, en el que jóvenes empresarios contaron experiencias en primera persona respecto al mundo de las inversiones y el rol de la tecnología, su impacto en la economía, el emprendedorismo y el empleo local. Tras una exhibición de obras de arte en NFT del catálogo de BAG, Martín González, cofundador y CEO de la empresa explicó por qué considera que la tecnología blockchain es el futuro: “Me enamoré de sus valores: la libertad, la transparencia y la sostenibilidad”, dijo y aseguró que “blockchain vino a traer una solución cuando lo que se necesitaba era un tercero de confianza. Hoy estamos ofreciendo esa tecnología para comercializar arte digital y vemos que los NFT son la próxima revolución del blockchain, porque es el vehículo para brindar confianza a muchos bienes del mundo físico”. Daniela Fridman, fundadora de Planificación Financiera, dijo: “No sabemos manejarnos con nuestras finanzas y utilizar estas nuevas herramientas a nuestro favor. Vamos en automático y no vemos la diversidad de alternativas que tenemos para invertir. Por eso es importante la educación. Tenemos que pensar en el largo plazo y no frustrarnos o abandonar proyectos si las cosas no salen como queremos en el momento. Tenemos que amigarnos con el proceso”. Luego, Santiago Bibiloni, CEO y fundador de Cor, relató su experiencia como emprendedor y destacó: “Si hay algo que siempre nos tiene que acompañar es pensar en grande, inspirarnos en los referentes y dar un paso adelante. Los genios no existen, hay que perseverar y ser resilientes.”
En el panel “La tecnología como medio de integración social”, tres emprendedores sociales debatieron acerca del uso de la tecnología como vehículo de reinserción y presentaron distintos proyectos orientados a reducir la brecha tecnológica. Allí, Andrea Gómez, de RUAH, dijo: “Creo en vincular gente. Nuestro proyecto RUAH capacita en oficios a mujeres en situación de vulnerabilidad. En nuestro proyecto intentamos introducir la belleza de Dios para que haga posibles las cosas.” A su turno, Jorge Vega Méndez, fundador de Lumen Cor, destacó: “Soy emprendedor porque creo en perseverar, en impulsar nuestro potencial. Hay riqueza en la pobreza. Nuestra sociedad debe apostar en el valor de cada una de esas personas para convertirla en riqueza.” Para finalizar el segmento, Emilio Caviglia, CEO de Dynamai, dijo: “Me defino como católico y emprendedor. Lo hago desde la responsabilidad: es tomar los dones que tenía y ponerlos a trabajar. En Dynamai acompañamos a padres y madres con información vital para el desarrollo de los chicos.”
El último panel se tituló: “Tecnología y Ser Humano”, en el que tres referentes de la tecnología discutieron acerca de cómo nos vinculamos con la tecnología a nivel personal y como sociedad. Pani Maggiani, Socia de PwC, postuló: «No sabemos cómo va a ser la tecnología dentro de unos años. Tenemos que prepararnos para un escenario que va a ser cambiante«. Por su parte, Sebastián Chuffer, Fundador y CEO de Cineastas del Futuro reveló que «por primera vez desde 1995 está por cambiar la infraestructura de la forma en la que los seres humanos nos comunicamos. El Metaverso no está definido todavía. Lo estamos definiendo nosotros y lo estamos creando y una de sus variables es la libertad, ya que el usuario no está limitado por el tiempo y el espacio«, explicó. Para Santiago García Balcarce, escritor y filósofo: «El ser humano es ético en el sentido que tiene libertad e intencionalidad, cada vez que actúa libremente debe actuar éticamente”. Finalmente reflexionaron acerca de la realidad que nos interpela y como conclusión dijeron que el problema no radica en la tecnología sino en el uso que se le da a la misma. Maggiani propuso: “Volver a juntarse, volver a tener un espacio donde interactuemos y vernos las caras. Ahora a la tecnología hay que sumarle lo humano«.
El evento concluyó con una entrevista a Santiago Bilinkis, emprendedor y tecnólogo, quien aseguró que “Podemos recuperar control sobre la tecnología y aprovechar esa supercomputadora que tenemos en nuestros teléfonos para crear y transformar. El gran desafío que tenemos con los trabajos del futuro es llenar las tareas de empatía, de humanidad».