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De la historia natural a la naturaleza de la empresa

Escrito por Christian Schwarz
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Reseña sobre Una (muy) breve historia de la vida en la Tierra, de Henry Gee, Indicios, Buenos Aires, 2022.

¿Qué puede ser de utilidad a alguien de empresa un libro sobre historia natural? Mucho. Presumimos que mucho. Y puede ser más aún de lo aventurado.

“Una (muy) breve historia de la vida en la tierra” es de aquellos libros que son muy útiles para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, como solían pregonar los vendedores ambulantes en el transporte público de Buenos Aires.  Su autor, Henry Gee, no solamente es un paleontólogo de formación intachable (un doctorado en zoología en Cambridge) sino que además fue por años redactor y editor de la revista Nature. Esto es, además de conocer una disciplina, la sabe divulgar. No es poca cosa.

Su erudición es descomunal. Su descripción acerca de los diversos estadios que atravesó nuestro planeta desde su origen hasta el presente es precisa, detallada y clara. “En medio de todo este tumulto y este cataclismo, comenzó la vida”. Sí, no está describiendo la vida cotidiana en la Argentina o es una crónica de un partido de fútbol de un domingo cualquiera en el Gran Buenos Aires. Nuestra vida está colmada de imprevistos y desprolijidades. Lo ordenado y previsible es casi la excepción. Una rareza.

La primera lección del libro es lo azaroso y sorprendente que aún existiese vida en nuestro planeta. Todo ha sucedido para que no existiéramos nosotros ni ningún tipo de ser vivo. Ni el planeta.

Si por momentos la lectura resulta monótona, bien vale hacer el ejercicio de vincular las palabras de Gee a nuestra vida cotidiana. Allí esto se vuelve más interesante. Y útil. ¿Cómo no tener esperanza a partir de este párrafo?

“Las puertas del infierno – entreabiertas en China, abiertas de par en par en Siberia – habían absorbido la vida hacia el abismo. La tierra se convirtió en un desierto desnudo y silencioso; quedaba poca vida vegetal, aferrada a los restos de lo que era en gran medida un planeta moribundo. El océano estaba casi muerto. Los arrecifes habían desaparecido, el fondo del mar se vistió con una espesa alfombra de limo. Era como si la vida hubiera sido catapultada al Precámbrico. Pero la vida volvería. Y, cuando lo hiciera, sería como el más colorido y desenfrenado carnaval de esplendor que el mundo había visto nunca”.

Si oteamos el horizonte del presente en materia empresaria, el libro nos ofrece metáforas recurrentes. Nuestro planeta se ha recuperado una y otra vez de sucesiones de desastres naturales. Y siguió.

La narración es por momentos divertida. Al menos para aplicar a nuestro contexto argentino. ¿Cuántos de nosotros sabíamos que entre las criaturas del Triásico había un grupo denominado los afanosaurios? Vivía en lo que hoy sería Tanzania, África. Es necesario aclararlo.

También, hace casi 3,5 millones de años algunos homínidos comenzaron a ser carnívoros. Y como no disponían de garras y dientes y colmillos filosos, tuvieron que imaginar algo que les permitiere disfrutar de los nuevos hábitos culinarios. Comenzaron con piedras astilladas. Esta traslación a la necesidad de herramientas hizo que los dientes cedieran espacio para el desarrollo de una mayor capacidad cerebral.  Y los gustos por la comida se volvieron más finos. No hubo vuelta atrás.

Lo más probable es que nosotros, los Homo Sapiens, en algún momento no estemos aquí más. Nuestra obra, nuestro legado, la civilización construida es altamente posible que se evapore. ¿Para qué seguir? ¿Para qué levantarnos todos los días y apostar por algo cual Quijote? He allí la pregunta que se abre a la metafísica y que escapa al libro.

Nuestra presencia en el planeta es ínfima. Muchos seres y tipos de vida la han cubierto con anterioridad. Somos uno más. Y esta infinitud de difícil comprensión, y nuestra pequeñez que socava cualquier pretensión de arrogancia, nos devuelve a un plano de muchos de nosotros no debiéramos habernos corrido. ¿Habrá universos más ricos? Quién sabe.

La vida seguirá luego de nosotros. No sabemos cómo. Sin embargo, tenemos pretensión de construir algo valioso e interesante. Ese es uno de nuestros grandes misterios como especie. Uno de los tantos.

Sobre el autor

Christian Schwarz

Dr. en Sociología (UCA). Docente UCA, UCES, UNTREF

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