El próximo 2 de abril se cumplen 71 años de la fundación de la Escuela Superior de Economía (ESE). Idea que surgió de un pequeño grupo de profesores universitarios y de integrantes del Instituto Alejandro Bunge y de la Acción Católica Argentina, quienes, con el propósito de formar economistas, diseñan un plan de estudios “liberado de preocupaciones contables para el estudio científico de la realidad económica moderna” (Valsecchi, 1951: 15).
Iniciativa relevante a la historia de las ciencias económicas argentinas debido a que surgía varios años antes de la creación de la Licenciatura en Economía en las Facultades de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), y de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), institucionalizándose en el Pontificio Instituto Católico de Cultura de Buenos Aires dirigido por Luis María Etcheverry Boneo. Formaban parte del grupo fundador de la Escuela: Francisco Valsecchi – Decano -, Emilio M. J. Llorens – Vicedecano -, Carlos M. Correa Avila – Director de Estudios -, Francisco García Olano – Director de Investigaciones – y Raúl García Morando – Director de Administración –.
Estudios que se organizaban en cuatro años lectivos divididos en ciclos – económico, filosófico, teológico, histórico, jurídico, contable y matemático –, culminaban otorgando el título de Licenciado en Economía, y que se enrolaban dentro de la corriente de revisión científica de la Nueva Economía de post-guerra. Aclaraba Valsecchi en el discurso inaugural:
“El desconcierto científico por el que pasa la Economía, ha hecho surgir un intenso movimiento de revisión de esta ciencia en todos los países, tendiente a adecuar sus elaboraciones teóricas a las necesidades de la compleja vida social moderna (..). ¿Y cuál es la razón profunda del moderno desconcierto de la ciencia económica? ¿A qué se debe la ineficacia de las elaboraciones teóricas de la Economía Clásica y Neoclásica, y la insuficiencia de los recientes intentos de renovación? (…). Si analizamos la trayectoria que ha seguido la Economía en el transcurso de la época contemporánea, comprobamos que ella – como las otras ciencias sociales – ha construido en forma independiente el sistema de sus teorías, aislándose de las otras disciplinas, sobre todo, de la Filosofía y Teología de cuya luz superior prescindió. Semejante separación radical de la ciencia económica moderna de las disciplinas superiores del saber humano, dejó a la Economía mutilada y huérfana de todo sentido espiritual. Esta es la razón esencial del desconcierto existente en la actualidad (…) y allí reside la causa de inanidad y desproporción de sus teorías frente a la exigencia de la realidad y de los fines humanos”.
Además de los anteriormente citados, integrarán el cuerpo de profesores de la ESE: César Belaúnde, Luis y Pedro Arrigui, José Astelarra, Héctor Bernardo, Carlos Brignone, Isidro Carlevari, Alfredo Casaubón, Eduardo Coghlan, Alberto Espezel Berro, José Etchandy, Rafael García Mata, Juan Carlos Goyeneche, Alberto Hernández, Federico Lanusse, Carlos Lenna, Vicente Márquez Bello, Mario Martínez Casas, Oscar Martín, Alfredo Mascia, Gabriel Meoli, José Miguens, Carlos Moyano Llerena, Horacio Noboa, Julio Ojea Quintana, José Pena, Juan Pichón Riviére, Evaristo Piñón Filgueira, Abelardo Rossi, Luis Sanz, Basilio Serrano, Horacio Storni, Rafael Tello, Gastón Terán, José Tebaudín, Ovidio Trípodi, Juan Vázquez, Carlos Vegega, Antonio Vidal Serín, Mario Videla Morón, Alfredo Villegas Oromí y Federico Walker.