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Hacia una economía planificada y sustentable

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Todos los días se debate si hay que adoptar una economía capitalista o una economía asistencialista (en sus casos más extremos comunista).

Sinceramente, estos son debates meramente de gente con fines meramente personales y que ayudan, a quienes tienen total desconocimiento de qué es la ciencia económica, a entrar en un debate absurdo.

Hay que partir de varias premisas.  No todos somos iguales.  Dicho de otra forma somos todos distintos.

No todos se esfuerzan igual.

No todos nacen en las mismas condiciones.

Pero esto no hace, que el capitalismo sea malo.  El capitalismo es una forma de comportamiento de las personas en las cuales, las personas buscan acumular capital para conseguir recursos deseados.

El comunismo por su otra parte hace que todos sean iguales, y un grupo de personas distribuye los recursos.  Y pone a todas las personas en igualdad de condiciones.

Esto es injusto.  Lo injusto es malo desde el punto de vista de la vida humana.

¿Esto quiere decir que el capitalismo sea bueno?

No.

Pero entrar en si es malo el comunismo, es bueno el capitalismo y viceversa, es desconocer qué son las ciencias económicas.

El capitalismo es un sistema más justo que el comunismo, pero es el inicio de hacia donde tienen que ir los comportamientos humanos para acabar con las necesidades de los individuos.

Acá hay un tema.  Estamos en un planeta en donde los recursos que podemos extraer del mismo, es todo lo que vamos a tener.

Esa es nuestra situación actual.  No quiere decir que en un futuro podamos ir a otros planetas y conseguir mayor cantidad de recursos, y de esa forma poder combatir la pobreza y las necesidades humanas mucho más simple.

Hoy por hoy, solo tenemos lo que nos brinda el planeta.

De esa forma, dejar que las personas únicamente traten de maximizar su riqueza, es malo.

Y hace años eso empezó a tenerse en cuenta.

El capitalismo, es un sistema meritocrático.  Lo cual es bueno.  La gente tiene que tener su recompensa por sus méritos.  En este caso son bienes que consigue que lo hacen satisfacer sus necesidades.

Sin embargo, un sistema económico productivo, debe tener en cuenta otros factores.  Y de ahí empieza a surgir el triple impacto empresarial: que tiene en cuenta el beneficio social, el impacto ambiental y la rentabilidad de la empresa.

Pero las empresas no son los únicos actores que existen, los estados tienen que brindar un asistencialismo a los sectores con menores posibilidades para equilibrar sus posibilidades con los sectores con mayores posibilidades.

A su vez, los estados tienen que regular el impacto de las empresas en las economías.  Tanto ambiental, como económico y social.

Por otro lado, me parece muy importante que los estados también tengan un control sobre lo que se puede producir en cada estado, sin prohibir, pero sí orientar.  En breve vamos a desarrollar este concepto.

Sería muy importante que esta coordinación sea hecha a nivel mundial.  Estamos todos en el mismo planeta y por lo tanto la cantidad de recursos que tenemos la tenemos que distribuir entre nosotros.  No hay enemigos.  Tenemos que tirar todos para el mismo lado. El norte tiene que ser el mismo.  Si no, no habremos entendido qué estamos haciendo acá.

Ahora bien, entrando en estos conceptos, el asistencialismo, tiene que ser de forma tal que ayude a poner a las distintas personas en igualdad de condiciones.  Pero no tiene que ser injusta.

¿Qué significa esto?  Que una vez que una persona en peores condiciones, se les da las posibilidad, los méritos los tiene que lograr por su cuenta.  Esto significa, quién no puede pagar por educación, darle becas, pero si no estudia, eso es falta de mérito.  No se le puede dar asistencialismo para su mayor bienestar económico que alguien que continuó estudiando.

Ahora bien, el desafío de las ciencias económicas es analizar un poco ciertas cosas.  Por ejemplo, cómo hacemos con los recursos que tenemos en el planeta para satisfacer todas las necesidades de todas las personas que hay en el planeta.

Eso hay que analizar.  Y para eso hay que cuantificarlo.

Hay que partir de los recursos más básicos y necesarios.  Partimos del oxígeno, el agua, los alimentos, la vestimenta y la vivienda.

Toda la población mundial debería tener una calidad de vida con dichos recursos al menos satisfechos.

Para eso nos parece muy importante poder medir la cantidad que se puede producir por año.

 

Esto es un cálculo meramente contable, en donde habría que sumar todo lo que se puede producir, por ejemplo de alimentos.  Habría que hacer un esquema del mundo y anotar en cada lugar lo que se puede producir con los recursos que hay.

Y ahí sabríamos con exactitud cuánto abasteceríamos de alimentos al mundo.

Una vez sabido la cantidad que podemos hacer, no queda otra que dárselos a todo el mundo.  Nadie puede tener insatisfechas sus necesidades si hay recursos suficientes para que pueda tener una vida digna.

Esto no significa que hay que regalarlos.  Las personas que producen tienen que cobrar por los mismos, aunque sea el estado, quien termine finalizando la redistribución.

No pone en situación igual a ambas partes, sino que dignifica a una vida digna a quienes tienen menores recursos.

El sistema es capitalista.  Al menos que haya Ferrari, Masserati, para todo el mundo, muy poca gente puede alcanzar a bienes de lujo.  Y así debe ser.  Eso es parte del mérito.

Pero todos deben tener una vida digna, y similares posibilidades para poder llegar a las mismas.

A su vez, también hay que pensar en el triple impacto de las empresas.  Las empresas tienen que maximizar su rentabilidad.  Es su fin.

Pero tienen que cuidar el medioambiente.  Mientras más se deteriora, menos recursos.  Y cada vez somos más pobres.  Todos.

Es importante todos los aspectos sociales de la empresa, políticas de no discriminación, políticas de igualdad, etc.  Pero es importante el mérito.  No necesariamente tienen que ser el CEO el mejor de todos, pero si llega que sea por algún mérito.

Por eso los debates de liberalismo, comunismo, son absurdos.

Se necesita que todos nos pongamos de acuerdo qué tenemos que producir.  Que cada quien produzca lo que quiera, en donde quiera.  Pero que se sepa, que no se puede producir de más.  Ya que genera desperdicio, y perdida de recursos.  Y si no se produce algo que es una necesidad básica de la población, estamos generando que gente viva en forma no digna.

Es un trabajo muy grande que nos debemos y que creo que es a donde tienen que apuntar las ciencias económicas.

A saber, con exactitud qué recursos tenemos, qué podemos producir, qué se produce, donde, que impacto ambiental hace, como reducir el deterioro ambiental con mejores tecnologías, y si orientamos todos nuestros esfuerzos a ser los mejores productores, si podemos erradicar la pobreza (dicho de otra forma, que todos tengan un standard de vida digno) y que todos podamos vivir mejor.

Sobre el autor

Alejandro L. J. Tonnelier

Socio del Estudio Tonnelier. Fue investigador del Instituto de Investigaciones Contables de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y docente de diversas asignaturas del área contable.

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