Todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Así que, por sus frutos los conoceréis”. Mt 7 (17-20)
Para hacer memoria agradecida de los 70 años de historia de nuestra asociación, hay que pasar ineludiblemente por el recuerdo de Luis Riva en su paso por ACDE.
Hace pocos meses atrás, providencialmente a la luz de su reciente Pascua, nos contactamos para que me pudiera contar sobre una de las iniciativas más notorias y recordadas de ACDE: La Misión Empresarial de 1993.
Conversamos telefónicamente y de inmediato me envió un par de carpetas perfectamente ordenadas y un video en VHS que van a formar parte del patrimonio de la asociación. En ellas hay textos, revistas, publicidades, folletos, instructivos, cartas, que dan la idea claramente de un acontecimiento extraordinario.
Con la licencia de entrecomillar el sentido de sus palabras, Riva me dijo en aquella ocasión que “la misión empresarial fue un eco del inolvidable encuentro del papa Juan Pablo II con los empresarios durante su visita a la Argentina de 1987 y el primer gran momento de la asociación en salida misionera. Siempre ACDE fue evangelizadora, pero con una mirada más hacia el interior de los socios, de sus familias y de sus organizaciones. Esta fue la primera vez que ACDE se abrió de cara a la sociedad en conjunto: diarios nacionales, canales de televisión, agencias de publicidad, estaciones de trenes, vía pública, actos masivos, miles de participantes… A partir de allí, ACDE asumió otro rol de cara a la sociedad y, por ejemplo, en esos años nacieron los Encuentros anuales tal cual hoy los conocemos”.
El Encuentro con el papa Juan Pablo II apareció una y otra vez durante la charla y era notorio que fue de los acontecimientos que más lo determinaron. Fue en 1987, cuando ingresó a la Asociación y es difícil desligar una cosa de la otra.
En muy pocos años, aquel joven que venía de ser distinguido con el premio a los diez jóvenes sobresalientes en la categoría de Excelencia Empresaria, inscribió su liderazgo en la historia de la institución cuando -siendo ya vicepresidente de ACDE durante la gestión de Eduardo Casabal- fue designado Coordinador de la Comisión creada por los Obispos para concretar esta gran iniciativa evangelizadora.
Pero, ¿qué fue, en definitiva, la Misión Empresarial?
Inspirados en una iniciativa similar que se había desarrollado en Chile en 1991, ACDE trajo al país la misma metodología que tanto fruto había dado del otro lado de la Cordillera.
Fue durante 1992 que la iniciativa fue tomando forma en la comisión directiva de ACDE y se propuso formalmente a los Obispos, que la hicieron propia en el mes diciembre.
Después de una pre-misión realizada en junio de 1993, durante los meses de septiembre y octubre de ese año se organizaron grupos constituidos por 8 empresarios, con sus esposas o esposos si los había, liderados por Coordinadores que habían sido previamente seleccionados y capacitados.
Esos grupos realizaron siete reuniones semanales, en las casas de familia de los mismos integrantes y con un orden del día milimétricamente determinado para evitar improvisaciones: se iniciaban con videos de 10 minutos que había elaborado el recordado Horacio Diez, motivando a la meditación y reflexión evangélica sobre el tema que convocaba. Luis Riva recordó durante nuestra conversación, con mucho cariño, el compromiso y el trabajo de Horacio Diez en todo el aspecto comunicacional de la Misión.
Para tener una dimensión de la cascada de recursos humanos que fueron necesarios, hagamos algunos números: cien dirigentes que constituyeron el core de la Misión, convocaron y formaron en una pre- misión a 800 animadores que presidieron igual cantidad de grupos, nucleando en total a unos 7.000 participantes.
La misa de clausura, realizada el 10 de noviembre de 1993 en el Luna Park para evocar aquel lugar de encuentro con Juan Pablo II fue presidida por el Cardenal Antonio Quarracino y reunió a más de tres mil personas. Debe aclararse que la Misión se extendió a ciudades como La Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza, Paraná, Bahía Blanca, Mar del Plata y Venado Tuerto que tuvieron también sus propios actos de cierre.
¿Qué se puede observar releyendo el material que prolijamente acumuló Luis Riva sobre aquella misión?
- Un trabajo en equipo y un liderazgo que empoderó a muchos:
Los obispos nombraron una comisión responsable que fue liderada por Luis Riva (en ese momento, vicepresidente de la Asociación) e integrada por Carlos Sabatté, Jorge Rodríguez Aparicio, Gabriel Mayor, Eduardo López Rivarola, Carlos Latugaye, Rodolfo Iribas, Enrique Gobbeé, Héctor Estruga, Federico Dumas y Héctor Beccar Varela. Con el asesoramiento espiritual del padre Rafael Braun. Pero la multiplicidad de voceros y protagonistas en medios de comunicación excedió esta lista. Prácticamente no se repiten los protagonistas en notas de diarios nacionales mostrando un liderazgo que fue capaz de empoderar y comprometer a muchos que unieron sus voces a la manera de un coro por la Misión. Recuerdo, por caso, el reportaje en el diario La Prensa a los dirigentes de una naciente ACDE Joven: Sarah Murchison y Gonzalo Guerrico.
- Una iniciativa que trascendió a ACDE y se hizo de toda la Iglesia
Técnicamente, ACDE le propuso la misión al arzobispo de Buenos Aires y éste la asumió como una convocatoria eclesial, a través de un decreto publicado el 7/12/1992. Ya no se trataba de una iniciativa de ACDE sino de la Iglesia toda de Buenos Aires que, a su vez, le delegaba a ACDE el impulso y coordinación. De hecho, se convocó a los movimientos e instituciones laicales para que participen activamente a través de lo que hoy es el DEMEC, el Departamento de Movimientos Eclesiales de la arquidiócesis. Por caso, el entonces presidente nacional de la ACA, Carlos Sabatté estaba en la comisión organizadora. La mayoría de los obispos del área metropolitana, junto con muchos del interior del país, imitaron la iniciativa del Cardenal y formalizaron la misma convocatoria en sus iglesias particulares.
Una misión planteada desde el “sentir con la Iglesia” y con foco en la Doctrina Social de la Iglesia.
En el acto de lanzamiento, el entonces presidente de ACDE, Eduardo Casabal, afirmó que la Misión era una respuesta al llamado a la nueva evangelización que había realizado el papa Juan Pablo II en la conferencia de Santo Domingo en 1992 y que buscaba encarnar en la vida económica del país, los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Los siete temas de las reuniones de la misión estaban referidos a la santidad de la vocación empresarial, pero a la luz de la entonces reciente encíclica social del papa Juan Pablo II, Centesimus Annus. “El Evangelio como primera fuente de reflexión y las encíclicas sociales de la Iglesia, en especial Centesimus Annus”, afirma uno de los folletos elaborados.
Luego de la misión, Luis Riva fue presidente de ACDE en el período 1993-1997 y también vicepresidente de UNIAPAC latinoamericana y miembro del Consejo Directivo de UNIAPAC internacional. Su última participación fue pocos días antes de su muerte, en el reciente encuentro organizado en Montevideo. El compromiso apostólico con ACDE acompañó una fecunda vida familiar, edificada sobre el matrimonio de más de 30 años con María Elena Mosquera con quien formó un hogar de siete hijos y siete nietos; una sólida e intensa vida profesional, desde aquel título de Ingeniero Industrial de la UBA, pasando por sus posgrados y llegando a la alta dirección de grandes empresas en el país y en el exterior; un marcado compromiso social en la participación y fundación de organizaciones del tercer sector e incluso un siempre arriesgado paso a la política fundando, en su ciudad por adopción y con otros socios de ACDE, el partido vecinal Convocación por San Isidro, con el que en más de una ocasión fue candidato a Intendente municipal.
Si editar un texto como éste, para contar una tan vida intensa, es hacer recortes y seleccionar, “re-cordar” una historia de 70 años como la de ACDE, mucho más. Es necesario tomar altura de vuelo e ir a los hitos, personas y momentos que, con perspectiva, tienen materia prima para transformarse en arquetípicos, es decir en inspiradores y fundantes. Separemos entonces para la historia de ACDE, las imágenes de uno de los momentos en que tangiblemente se puso “en estado de misión”. Y demos gracias por aquellos jóvenes sobresalientes que, con pasión, lo hicieron posible.
El recuerdo de Gonzalo Novillo Saravia
«En 1995 Luis me convocó junto a Fernán Elizalde para que comenzáramos a ocuparnos de comunicar a través de los medios algunas de las acciones de ACDE. Fue una primera oficina de prensa que posteriormente se convirtió en la actual Comisión de Comunicaciones. Esa iniciativa de Luis exhibió su vocación para proyectar una Asociación con mucha vida interna y poca exposición externa y para que la voz de ACDE sea reconocida en todos los foros empresarios. 25 años después de aquel primer paso advertimos con satisfacción que la imagen de ACDE ha logrado consolidarse como una de las instituciones más respetables a nivel nacional.
Pero al evocar la figura de Luis, no puedo omitir el encanto de su simpatía y calidez. Era una persona adorable, tremendamente atractiva, ejemplar en toda la línea y de una inmensa generosidad. Su obra en Defensa no se ha dado a conocer, pero al despedirlo no omitamos un reconocimiento por las formidables acciones que -con espíritu incorruptible- llevó a cabo al concretar la reforma de la gigantesca burocracia en Fabricaciones Militares, Astilleros y otras empresas estatales del Ministerio.»
Acompañé a Luis en el grupo organizador de la Misión Empresarial desde un primer momento y no puedo dejar de recordar las misas que celebraba Rafi Braun a primerísimas horas de la mañana en ocasión de cada reunión. Creo fueron ellas las que nos ayudaron a tener la convocatoria a la que se llegó. Fué tan estrecha la relación que cuando asumió la presidencia en 1993 me pidió que lo acompañara como vicepresidente y disfruté compartiendo con el los momentos en que demostraba todo su empuje, energía y profesionalidad. Grande Cherubichá.
Sin duda, un dirigente inspirador y audaz.
Gracias Daniel, por poner en valor, todo lo que hizo ACDE a través de sus miembros y en este caso de Luis Riva.
Espero que aprovechando este 70 aniversario, te animes o se animen otros colegas, a seguir rescantando nuestra historia, que nos motiva para los proximos años.
Saludos desde Tucumán.
Federico Lanati
No participè de manera directa en la Misiòn Empresarial. Sì trabajè en muchas y diversas tareas (Uca, IDEA, Consejo Profesional) con 4 valuartes. Luis Riva, un amigazo de la vida, un trabajador incansable, con quien interpretamos enfoques profesionales. Lastima que el señor lo llamò tan temprano. Ultranecesario en lo terrenal argentino. Compartimos largos ratos intercambiando los criterios de valuaciòn y de separaciòn de costos fijos y variables en Fabricaciones Militares. Tambien rescato al enorme Raffy Braun, un pensador incansable, de pluma internacional, con quien trabajamos juntos en PODER (Polo de Desarrollo Educativo Renovador), vecinos entre el Centro Cultural Borges y su refugio en Santa Catalina de Siena, bocetamos planes para los liderazgos. Eduardo Casabal, y su hijo alumno mìo en UCA otros afectos que me pone emotivo a la distancia. Gracias muchas Gracias Luis. La persona con una actitud de todo se puede, entregando sin medir, y que quedarà por siempre en el lugar reservado para los seres excepcionales y de una sola pieza.