Valores

Siete condiciones para ser un buen empresario

Crecimiento de una planta planta
Escrito por Antonio Argandoña
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Bueno, la noticia en la prensa decía «Siete condiciones para que un empresario entre en el Reino de los Cielos, según el Papa». Hace unas semanas, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Confederación General de la Industria Italiana y sus familias, y les habló precisamente de eso, de cómo puede ganarse el cielo un buen empresario. Como es lógico, desarrolla en ese discurso los principios de la Doctrina Social de la Iglesia católica sobre la empresa. Y esa fueron sus ideas:

  1. Compartir la riqueza, que puede ser muy buena, pero puede complicar la vida, porque exige responsabilidad: hacerla fructificar, no dispersarla y utilizarla para el bien común. Bueno, de hecho esto se pide a todo persona que tenga una propiedad de algo, material o no, incluidos los conocimientos y capacidades. Principio de solidaridad y de destino universal de los bienes.
  2. Cómo compartir. Una forma es la filantropía: dar para obras de beneficencia. Otra, pagar puntualmente los impuestos justos. Otra es crear empleos: «el trabajo siempre ha sido una forma de compartir la riqueza… Cada nuevo puesto de trabajo creado es una porción de riqueza dinámicamente compartida». Solidaridad, justicia y destino universal de los bienes.
  3. Es urgente apoyar a las familias y a la natalidad, porque el orden social vigente no lleva a un equilibrio entre puestos de trabajo y gasto en pensiones. Dignidad de la persona y bien común.
  4. Natalidad. «Mirad qué podéis hacer para que una mujer embarazada pueda salir adelante, tanto con el hijo que espera como con el trabajo». Ya se ve que el equilibrio entre trabajo y familia es cosa de los empresarios, en buena medida. De nuevo dignidad de la persona y bien común.
  5. «El empresario también es un trabajador». «Una de las graves crisis de nuestro tiempo es la pérdida de contacto de los empresarios con el trabajo». Dignidad y solidaridad
  6. La brecha salarial. «Cuando los sueldos y los salarios son demasiado diferentes, se pierde el sentido de pertenencia a un destino común en la comunidad empresarial». Solidaridad.
  7. «Los grandes retos de la sociedad no se solucionarán sin buenos empresarios». «Os animo a sentir la urgencia de nuestro tiempo, a ser protagonistas de este cambio de época».

 

*Este artículo fue publicado originariamente en el blog de IESE Business School – Universidad de Navarra.  

Sobre el autor

Antonio Argandoña

Profesor Emérito de Economía y titular de la Cátedra CaixaBank de Responsabilidad Social Corporativa del IESE (España). Imparte clases principalmente en las áreas de macroeconomía, economía monetaria y economía internacional, además de publicar investigaciones sobre ética empresarial, responsabilidad social corporativa y gobierno de las organizaciones.

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