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Beneficios y costos para la comunidad de las decisiones empresarias

Escrito por Martín Stigliano
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Como es sabido, cuando se lleva a cabo una actividad económica, tiene efectos en la comunidad.  Efectos que los especialistas definen como “externalidades”, las cuales pueden ser positivas o negativas.

Positivas, redundando a veces en un beneficio social superior al beneficio privado, mientras que en el caso de las negativas ocurriría lo contrario.

Manuel Solanet

Manuel Solanet

En el segundo encuentro del año del espacio G40 de ACDE, nuestro invitado, Manuel Solanet nos brindó un panorama de los efectos que tienen las decisiones de la empresa en la comunidad.

A continuación, paso a transcribir algunos de sus interesantísimos conceptos, reflexiones y definiciones.

Los efectos sociales de las decisiones empresarias se pueden clasificar en dos secciones:

  1. Relativa al empresario frente a la comunidad propia:  es decir a la propia empresa, lo que se conoce como la Responsabilidad Social Empresaria, con grandes ejemplos como los de Enrique Shaw quien reflejó la verdadera esencia de la vida en la empresa, a través del tratamiento social de las necesidades de los obreros, empleados y dependientes.

Enfatizó un sentido o propósito por preocuparse y trabajar con un fin para ellos mismos dentro de un marco de necesidad de eficiencia y competitividad de la empresa en su justa medida y observando integridad, responsabilidad, y valores.

Actualmente, es importante tener en cuenta que el marco legislativo laboral presenta limitaciones para las empresas, en especial para las pymes, ya que los acuerdos laborales a nivel de sector, sindicato o cámara empresaria, pone condiciones que derivan en costos extraordinarios de manera de impedir a las empresas hacer más de lo que las condiciones establecen.  

Por lo tanto, una reforma en este sentido sería imperioso, de manera que las limitaciones de acción social en la empresa que se puedan ofrecer estén más bien dadas por la situación y condiciones en las que compite, sus costos y entorno de mercado.

 Ello otorgaría una mayor flexibilidad para ellas en acción social interna empresarial.

“Argentina está todavía en la rémora de la Carta del Lavoro y la unificación de negociaciones a nivel de director. Es una de las cosas que habría que cambiar”

  1. Externalidades: Enmarcadas por el bien común, que más allá de las definiciones de diversos tratados y la Doctrina Social de la Iglesia como fin último de la acción empresaria, es importante centrarse en la definición de Santo Tomás de Aquino al respecto, aportando una mayor claridad al concepto.

“El bien común es el bien de la totalidad de toda la comunidad y no la suma de los bienes individuales; abarca la totalidad de la comunidad”

¿Pero a qué nos referimos con comunidad? Difícil definirlo asertivamente.

La aproximación más interesante que brillantemente nos señala Manuel, es de pensar a la comunidad en entornos a modo de círculos concéntricos, los cuales el central lo representa el empresario con sus deberes de ser eficiente y generar utilidades para su empresa.

A continuación, le sigue el círculo de empleados, familiares y amigos. Es común que un empresario vele por sus empleados y afectos por sobre otras alternativas.

A este círculo le sigue el del entorno inmediato, el barrio, zona o ciudad, provincia.

El círculo siguiente al de país y que finalmente engloba a todos, el de la Humanidad.

El bien común debe apuntar a la humanidad; el tener un criterio universalista (que es al que tiende la Iglesia, por ello es universal).

Llevando esta idea al día a día sobre el bien común, la búsqueda del mismo en un entorno específico por ej. nuestras familias, puede estar entrando en conflicto con alguno de los entornos más alejados de ese círculo específico, o si buscamos beneficios para nuestra provincia puede entrar en contradicciones o perjuicios con otras; o los países al establecer ciertos mecanismos o políticas de protección pueden atentar contra el comercio internacional.

Con ello se explica claramente el motivo por el cual es tan difícil no caer en contradicciones al definir lo que es el bien común y para el caso que se habla en esta circunstancia, etiquetar a un empresario al tener que constantemente tomar decisiones a nivel empresa que repercutirán indefectiblemente en otros círculos más alejados.

Pero entonces ¿qué solución adoptar?, Manuel señala que tenemos que trabajar bajo un esquema de prioridades partiendo del trabajo en función de la humanidad y de ahí ir descendiendo hasta llegar al individuo.

Esta reflexión nos lleva a la necesidad de concientización de los problemas que afectan a la humanidad y universo; como temas centrales ejemplificativos:

  • Los temas ambientales
  • Intertemporalidad y sus efectos e impactos futuros de decisiones empresarias y de gobierno a través de las inversiones.
  • Planificación estratégica a mediano y largo plazo en contraposición a concepciones de efecto cortoplacistas o coyunturales frente a oportunidades de beneficios inmediatos, lo cual en resumidas cuentas siempre llegarán a perjudicar el futuro. La estabilidad macroeconómica e institucional va creando ciertos vicios en la actividad de empresa que se contraponen a un futuro a largo plazo de un empresariado sólido, serio, competitivo y adecuado a un entorno que apunte al bien común.
  • El propio interés vs. el interés colectivo, un tema de constante debate. Manuel sostiene la corriente de pensamiento que “ante la existencia de regulaciones que operen de manera efectiva, con competencia perfecta y mercado, las decisiones que tome un empresario suelen ser consistentes con el bien común”  teniendo en claro las salvedades anteriormente mencionadas sobre lo que podríamos definir como bien común, y el debate en torno a lo que implica o es la competencia perfecta y los límites adecuados de la intervención del estado en búsqueda de beneficios comunitarios.

“Hay que buscar los equilibrios en todo sentido”

El maximalismo no tiene buenos resultados al buscar definir y cumplir objetivos, ya que anula posibilidades empresarias, en materia de seguridad, usos de insumos y recursos energéticos, restricciones con orígenes en posiciones extremas que limitan la evolución, crecimiento, avances o imposibilidad de desarrollar una actividad bajo un slogan  como por ej. de “seguridad para todos”, “beneficio ambiental”, o “exigencias de mecanismos de producción que encarezcan desmedidamente los productos elaborados”

En cuanto a intervenciones y regulación estatal nos lleva a reflexionar sobre la actuación de los empresarios frente al estado, al buscar obtener beneficios que no se podrían lograr de otra manera.

“El Lobby lleva a la corrupción” a la discrecionalidad – sobornos con certeros perjuicios para la comunidad: una lamentable derivación de las sociedades y de los estados que las representan y de la intervención estatal frecuentemente resultante de una cuestión doctrinaria ideológica originada bajo la bandera de una pretensión de protección “ficticia” de los trabajadores.

Un tema moral central que involucra a la comunidad toda, cuya posición es de no admitirlo, forjando de esta forma una corrección de malos hábitos.

Para combatir éste serio desvío públicamente se debe contar con una justicia responsable y eficiente, y una acción pública de los políticos para que no ocurra, de por sí tarea no fácil ya que en este espacio también existen estos campos de inmoralidad.

En cuanto a los avances tecnológicos, digitalización, IA, robotización, hay quienes sostienen que los mismos atentan contra la estabilidad laboral de quienes hoy tienen trabajo y que piensan puede ser afectados por ello.

La realidad histórica desde la primera revolución industrial demuestra que siempre ante avances de capital y tecnología sobre fuerza laboral, hubo nuevos campos para generar trabajo, pero lógicamente con las implicancias de nueva capacitación. Inclusive nuevas instancias que permitan gozar de más tiempo para ocio sin afectar sus niveles de ingreso o estándar de vida de la comunidad.

Publicidad, es otro tema muy relacionado con la RSE sobre la comunidad. La misma se debe regir por un marco ético con el fin de darle estabilidad al consumo de productos y su marca. Sin ella es difícil que una empresa en una economía de mercado capitalista sobreviva. Prácticas como la publicidad desleal o la engañosa atentan contra la ética o moral empresarias.

En fin, algunas enriquecedoras reflexiones de varias más que nos brindó Manuel y que atesoramos para que desde nuestro espacio contribuyamos a lograr transformar la cultura empresarial apuntando al bien común.

“Sobre todas las cosas, los dirigentes de empresas deben aportar un mensaje de luz y de fe al desarrollo de las personas. Deben procurar secundar, a la luz de los principios sociales cristianos, la búsqueda de las soluciones adaptadas a las realidades siempre mudables.”

                    Enrique Shaw

Sobre el autor

Martín Stigliano

Ingeniero Industrial (UCA), PDG Univ. de Palermo. MasterTr.C. Sustainability and Development candidate (2022-2023) Univ. of Michigan. Líder del Grupo G40 de ACDE. Cofundador VMS Mediaciones y consultor de Gerson Lehrman Group.

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