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Delirio americano, de Carlos Granés

Escrito por Christian Schwarz
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Granés, Carlos. Delirio americano. Una historia cultural y política de América Latina. Buenos Aires. Taurus, 2022.

La historia y la cultura de América Latina tienen un fundamento shakesperiano.  No solemos asociar nuestras vidas, pareceres y existencias a “La tempestad” de William Shakespeare. 

Sin embargo, Carlos Granés, antropólogo colombiano con un doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, tiene esto muy presente. Ello le permitió escribir un gran libro en el cual narra el pasado y la vida de América Latina a partir de la relación entre la literatura y las artes visuales y su vínculo con la política. 

Al leer “Delirio americano” es difícil no asociarlo con dos grandes títulos de la historia regional. Estos son “Historia contemporánea de América Latina” de Tulio Halperin Donghi y, en particular,  “Latinoamérica: las ciudades y las ideas” de José Luis Romero. Este último libro es una magnífica reconstrucción histórica de la región a partir de novelas descollantes. 

Granés toma dos textos que se fundan en el drama de Shakespeare ya mencionado. El primero es un artículo del poeta nicaragüense Rubén Darío publicado en el diario “El Tiempo” de Buenos Aires titulado “El triunfo de Calibán”. El otro escrito es un ensayo, “Ariel”, del uruguayo José Enrique Rodó. Ambos confluyen en ser críticos de Estados Unidos y su cultura. 

Calibán y Ariel, personajes ambos de “La tempestad”, evidencian caracteres opuestos. Calibán es descripto como alguien movilizado desde lo material y lo instintivo; Ariel, por el contrario, es un idealista que actúa orientado por valores espirituales superiores.

El arielismo original señala a Estados Unidos como promotor de una cultura inferior, movida por intereses bajos y materialistas, donde las artes, la ciencia y la espiritualidad no tienen cabida. La superioridad cultural de América Latina está fuera de discusión. 

La oposición Calibán-Ariel es familiar en la Argentina. Es el antagonismo binario que asoma con Domingo Faustino Sarmiento en “Facundo. Civilización y barbarie”. A fines del siglo XIX los trebejos intelectuales cambian de tablero. Las elites regionales buscan refugio frente a un poderoso vecino que asoma amenazante.

La adhesión a una u otra actitud, ser Calibán o Ariel, conlleva descreer de términos medios, de perspectivas moderadas. El extremismo impregna a las elites continentales y las lleva a hacer encajar la realidad a una perspectiva arbitraria, acotada y simplificada. Se puede ser Calibán o Ariel: el reduccionismo voluntarista es el denominador común.

La cultura ha tenido en América Latina un rol significativo en la construcción de un modelo de sociedad. Granés destaca, entre otros, el papel del Dr. Atl. Seudónimo de Gerardo Murillo Coronado, es una figura central y orientadora del campo intelectual y artístico mexicano desde la Revolución que destrona al Porfiriato en 1910 hasta su muerte en 1964. Pintor de paisajes y volcanes, el Dr. Atl es un faro cultural en México en paralelo al rol de Leopoldo Lugones en las Pampas: el intelectual como modelador de la realidad cultural y política.

Calibán y Ariel han sido proyecciones mentales apropiadas para llevar a cabo experimentos políticos y culturales guiados por la soberbia voluntarista. Los subproductos de la Revolución Mexicana, el nacional-populismo, el indigenismo, el castrismo, el guevarismo, el caso extremo de Sendero Luminoso en el Perú, la oleada privatizadora de los noventa y el ya poco recordado zapatismo, así como la llamada descolonización, son todos efectos de una antinomia que detesta lo pragmático.  

Interesante resulta como en América Latina no es extraño que haya habido mandatarios que en distintos períodos presidenciales implementaron políticas públicas diametralmente opuestas. Casos elocuentes son los presidentes de Bolivia, Víctor Paz Estenssoro, y Perú, Alan García. La identificación del Mal puede variar, no así el disponer de una manifestación de la barbarie por aplastar.

Lo vocinglero es más atractivo, pero produce menos que el murmullo. En la región hay inflación de fanatismo que exalta la épica y el coraje. El horizonte de prosperidad en base a la discreción, los pequeños logros y la pluralidad de perspectivas es una deuda aún pendiente. Granés lo remarca continuamente. Y ese es su gran logro. La disidencia en América Latina implica convivencia con un Otro, trabajo silencioso y adecuación a la realidad, término por demás denostado en ámbitos ilustrados latinoamericanos. No es casualidad luego de leer este libro que desafía al mainstream del intelectualismo regional de raíz platónica.

Sobre el autor

Christian Schwarz

Dr. en Sociología (UCA). Docente UCA, UCES, UNTREF

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