Presidentes de ACDE

Entrevista a Pablo Taussig – Past President (2011-2014)

Escrito por Portal Empresa
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(Entrevistado en diciembre 2021)

Juan Pablo Simón Padrós: Muchas gracias nuevamente por el tiempo para poder conversar juntos. Estamos con Tristán acá, que nos va a interesar mucho volver a esos años en los cuales te tocó presidir nuestra institución. Así que, de vuelta, muchas gracias por el tiempo. 

Pablo Taussig: Un placer y la verdad un honor. Gracias a ustedes por ocuparse de esto. 

JPSP: De esos años que fuiste presidente, ¿cuáles recordás que fueron los principales desafíos que le planteaban a ACDE la coyuntura de ese momento cuando vos eras presidente? ¿Cuáles fueron?

PT: Bueno, yo creo que el principal desafío en ese momento era la oposición del Gobierno. Un gobierno con el mismo signo que ahora, pero era más poderoso que el actual, era más coherente que el de ahora. O sea, los tipos iban por todo y no tenían ninguna vergüenza en manifestarlo y en ejercer ese poder. Y en ese momento, tengo la sensación de que ACDE estaba más sola a la hora de hablar. En ese momento no era como ahora que se anima todo el mundo. En ese momento las otras entidades se habían llamado bastante a silencio, le habían pegado la apretada a ellas. No sé si se acuerdan donde llamaron a todos los empresarios y le obligaron a renunciar. Había sido todo ese lío. Entonces, la gente se cuidaba mucho de lo que decía. Y en ese momento también sentíamos mucho la presión de los socios que querían que ACDE hablara. Los socios siempre te piden que vos seas un poco la voz de la insatisfacción que tienen con la situación política empresaria. Entonces yo creo que ese era un desafío. Y el otro desafío grande que teníamos era que no teníamos socios. O sea, en aquel momento teníamos pocos socios, nos costaba ser socios y eso nos traía mucha presión en el presupuesto. Había que juntar la plata, me acuerdo, a fin de año porque no nos alcanzaba. Siempre a fin de año había que salir a buscar, no sé, 100 mil dólares para cubrir el presupuesto. Así que no sé, eso yo creo que para mí fue, por lo menos, fue lo que yo sentí que era lo más difícil o lo que se me presentó como el principal desafío. 

JPSP: ¿Y qué diferencias, qué similitudes ves con el hoy? 

PT: Yo creo que ahora el signo político es igual, pero hay menos pericia en el Gobierno. Incluso para ser malo tienen menos pericia. Estos son bastante más… Primero porque tienen mucho conflicto entre ellos, entonces no tienen la misma vocación de dominar todo y de ir por todo que tenían en aquellos momentos. Siguen teniendo para mí la misma actitud de no poder convivir con la crítica y con la diferencia. No pueden hablar, no pueden escuchar. En eso yo creo que lo mismo con menos agresividad.

JPSP: Me mencionaste el tema de la voz, la voz del mundo empresario y demás de ese momento. En tu opinión, ¿cuál es la toma de conciencia del empresariado como dirigente de la sociedad en ese momento y cómo la ves ahora? 

PT: En ese momento había mucha más como dispersión. Todavía no teníamos la conciencia de unidad que fuimos formando y que creo que es uno de los temas que está más adelante. Pero yo creo que, a partir de la presidencia de Adolfo (vos, Juan Pablo, estabas en la mesa directiva y te acordarás de que Mariano Bravo trabajó mucho con esto de generar amistad social), pero yo me acuerdo de que en ese momento ni nos conocíamos entre nosotros. La verdad que nosotros, IDEA, AEA, Sociedad Rural, ni nos conocíamos. No sabíamos ni quién estaba del otro lado. Y el gran trabajo que hizo Adolfo con Mariano fue juntarnos y hacernos perder el miedo y darnos cuenta de que teníamos muchas cosas en común. En paralelo, IDEA hizo toda una transformación de su dirigencia que fue muy importante. Y también hay que reconocer que Luis Miguel Echevehere fue el artífice de empujarnos para adelante. Luis Miguel fue el que nos juntó en la Sociedad Rural y dijo: “muchachos, tenemos que hacer algo”. Y fue el gran impulsor de la Convergencia Empresarial. Pero yo creo que igual seguimos hablando de un sector del empresariado. Seguimos hablando del sector más sano del empresariado. Ese es el que ha tomado conciencia colectiva de su rol y es el que ha tomado una voz mucho más valiente y activa. Sigue habiendo un sector importante del empresariado que nosotros lo ignoramos, pero que existe y que es muy importante, que son los que están más para arreglarse con el gobierno de turno que para tener una vocación de largo plazo y de construir una Argentina mejor. O sea, yo creo que ese sector sigue siendo grande e importante. Pero bueno, yo creo que se mejoró mucho en este tema de la amistad social. Si bien el foro no fue todo lo que hubiéramos esperado, por lo menos nos ayudó a unirnos, a conocernos y a tener una voz en común.

JPSP: Y de esas, ahí mencionaste varias entidades, instituciones. ¿Cuáles fueron, en tu opinión, las relaciones más relevantes o con quienes en esos años que fuiste presidente fueron las relaciones más relevantes?

PT: Para mí las más constructivas fueron con IDEA y con AACREA porque tienen una condición muy parecida a nosotros y es que son asociaciones de socios, no son asociaciones sindicales, o sea empresarias. Por lo menos para mí siempre fue muy fácil la relación con ellas dos. Siempre me costó la relación con AEA porque AEA claramente tiene una agenda de intereses que la pone por delante de cualquier agenda de largo plazo. Y bueno, después tenés otros como Unión Industrial Argentina y bueno, algunos directamente que pateaban en contra, como la Cámara de Construcción, la Unión Industrial al principio… después se fue acomodando. Pero de nuevo, para mí, IDEA, AACREA, y la Sociedad Rural fue durante muchos años muy constructiva. Cuando estaba Luis Miguel (Etchevehere) y luego Daniel Pellegrina, se podía tener una agenda muy parecida a la nuestra y además son socios. Teníamos muchas cosas en común. 

JPSP: Bien, y dejame te pregunte ahora, Pablo, personalmente, ¿cuáles fueron tus mayores aprendizajes siendo presidente de ACDE? 

PT: Yo los sintetizaría en dos. Primero, que uno, cuando se mete en estos roles de presidente de una entidad como esta, cree que está ayudando y que está dando… y en realidad te das cuenta cuando terminás que recibiste mucho más de lo que diste. Para mí fue un proceso de enriquecimiento enorme que agradezco y voy a agradecer siempre. Y segundo, que hay mucha gente valiosa y muy buena, que no conocemos y que es un lugar de reunión y de unión de toda esa gente. O sea, yo puedo imaginarme muchísima gente buenísima que tuve el placer y el honor de conocer en ACDE que no la hubiera conocido si no hubiera estado ahí. Para mí son los dos grandes, como dicen los americanos, “take aways” de los años en el Consejo, los años en la Mesa y los años como presidente. 

JPSP: Y de esos años, ¿quiénes fueron los colaboradores que recordás especialmente de esos momentos? ¿Cómo era tu dinámica de trabajo? ¿Cómo era la dinámica de trabajo del equipo? 

PT: A ver, qué sé yo… O sea, primero el presidente se apoya mucho en la Mesa, mucho. Después tenés el Consejo, que si querés es más un lugar de resonancia y de discusión que un lugar de decisión. La mesa es clave. Bueno, ahí estabas vos. Primero, le agradezco a Adolfo (Ablático) porque yo me metí en ACDE a través de Adolfo. Adolfo fue el que me llevó a la mesa, fue el que me involucró en los temas de mayor importancia, fue el que me ofreció la presidencia, más que me la ofreció, me la impuso! Porque Adolfo no es que… Me la ofreció, le dije que no, me dijo que sí, volvió a los quince días, me dijo, te quiero avisar que estás en la terna. Y le dije, Adolfo te dije que no. Ah, sí, sí, te entiendo. Y volvió a los quince días y me dijo, te quiero avisar que te eligieron. Yo me acuerdo de que le dije: “Adolfo… pero vos no entendés. A ver, te dije dos veces que no”. Y me respondió: “bueno, pensalo y después me contestás”. Y bueno, lo pensé, lo hablé con mi mujer, lo hablé con la almohada y le dije que sí. Pero yo nunca me voy a olvidar de eso. Pero Adolfo fue para mí un gran guía, digamos. Y después, bueno, trabajar con vos, trabajar con Federico Quintana, que siempre estaba listo, siempre estaba preparado para ayudar. Enrique Behrends fue un tipo que a mí me enriqueció muchísimo, no sé si vos te acordás, pero Enrique y Liliana, eran dos personajes que con una generosidad infinita… la verdad que… no sé, y por ahí estoy siendo injusto con mucha gente que además, viste, llamabas y decías, mirá, necesito tu ayuda, necesito tu aporte y te decían que sí a los dos minutos… José Aranda, Gabriel Martino, un tipo que uno no se imagina que le decía, che, mirá, estamos cerrando el año y tenemos un agujero, bueno, ¿cuánto necesitás? Te mando el cheque, viste. O sea, eso a mí en ACDE me impresionaba la gente que estaba dispuesta a ayudarte. O el consejo de Jorge Aceiro, a quien yo siempre lo consideré un sabio, un tipo que te daba siempre una palabra y un enfoque distinto a todo lo que estábamos viendo, pero por ahí estoy siendo injusto con un montón de gente más que ayudó, David Bertagni, qué sé yo, no sé, de nuevo, recorro para atrás y me acuerdo de un montón. De… Alejandro Tonnelier, me ayudó muchísimo, Por supuesto, Tristán, a quien lo bajé de un ómnibus yéndose a vivir a Gualeguaychú, y me dijo que sí, y se quedó laburando cuatro años, o sea, de nuevo, pero eso es lo que tiene ACDE, viste, ACDE tiene una impronta de generosidad de todos que eso es lo que lo hace tan lindo y rico, ¿no?

JPSP: ¿Qué huella te hubiese gustado haber dejado en ACDE? 

PT: A ver, yo siempre privilegio más y eso tiene que ver, no sé, yo creo mucho en la transformación personal y entonces cada vez que alguien venía y me decía, mira, gracias a ACDE yo pude hacer las cosas de una manera distinta, a mí eso me movilizaba mucho más que un comunicado que salía en los diarios y que lo leía todo el mundo y que todo el mundo te felicitaba. La verdad que, a mí, que ya no sé por la forma de ser, yo creo que siempre, durante todos esos años, siempre tenía en la cabeza una frase de la Madre Teresa de Calcuta que le habían preguntado en Alemania, que, si consideraba que con su trabajo había cambiado al mundo, qué creía que había podido hacer y ella le contestó al periodista: “mire, yo cambié mi pedacito, lo demás se tiene que preocupar cada uno de sus pedacitos”. Lo mío fue una gota en el océano, pero el océano no sería igual sin mi gota. Y yo siempre, esa fue, si querés, mi leitmotiv durante todo el esfuerzo. Dije, ¿sabes qué? No sé si lo que estoy haciendo es muy importante, es poco importante, Dios dirá, Enrique Shaw nos ayudará, pero hagamos lo que tenemos que hacer. Y cada persona que cambió un poquitito, porque nosotros estábamos haciendo eso, valió la pena.

Tristán Rodríguez Loredo: Vos habías mencionado hace un ratito un poco cuál era el signo de aquellos tiempos, cuál era el contexto, sobre todo el contexto político, para el empresariado. ¿Cuál creés, cuál es tu lectura que debería ser la respuesta de ACDE para la coyuntura que viene, o para el marco cultural con referencia a los empresarios? También hablaste de empresarios en el cual convergen valores y miradas y otros que no. Entonces un poco mi pregunta va a cuál crees vos que debería ser el tipo de respuestas, no una en particular, sino el tipo de actitud de una asociación como ACDE en lo que viene. 

PT: Yo creo que es hacerles tomar conciencia de que son unos privilegiados y que eso implica una responsabilidad. Los empresarios argentinos en general, obviamente muchos buenos y hay muchos ejemplos de gente muy sana, no sé, se me ocurre a Roberto Murchison como ejemplo, pero debe haber muchísimos más, no sé, Luis Pagani, que se toman su responsabilidad de una manera mucho más generosa y seria, y además se dan cuenta que tienen un rol en la sociedad. Pero en general el empresariado argentino hace la suya, gana su plata, se la lleva afuera y después, siempre tiene excusas para no asumir su obligación. Yo creo que nosotros tenemos que trabajar en eso, hemos hecho cosas distintas… Juampi hizo el Compromiso Personal Empresario y nos costó mucho que la gente se sumara. Yo me acuerdo en una de esas mesas cuadradas que hacías vos, Juampi, dije que los empresarios somos unos cobardes, y salió en todos los diarios, todo el mundo, no puedo decirlo en palabras en latín antiguo… porque esto queda grabado, pero nos insultaron de todos lados, ¡“como dicen eso”! Yo me acuerdo de que una vez a un grupo le dije, ¿ustedes qué les tienen más miedo, una abeja o una oveja? ¿Vos te acordás de eso, Juampi? Fíjense, ¿a qué les tienen más miedo, una abeja o una oveja? No, una abeja, me dicen todos, me dicen los propios, mirá la pregunta, ¿quién le va a tener miedo a una oveja? Y le digo, ¿por qué le tienen más miedo a una abeja que a una oveja? Por dos cosas, primero porque se defienden todas juntas, y segundo porque están dispuestas a morir para defenderse. Si las abejas tuvieran la misma decisión, les tendrían más miedo a las ovejas, y nosotros somos ovejas, no somos abejas. Y eso yo creo que es el trabajo de ACDE, juntarlos y concientizarlos de que tenemos una responsabilidad y que tenemos que ejercerla todos juntos. Y eso es una gran falla del empresariado argentino, desde las organizaciones sindicales empresarias, viste, cada empresa tiene su cámara, y por lo tanto no representan a nadie, empezando por la Unión Industrial, hasta la incapacidad de comprometerse y de sentir de que tiene un deber, esto no es solamente un lugar para ganar plata, es un lugar donde vos sos un privilegiado y, por lo tanto, tenés una obligación.

TRL: Bien, Pablo, no es casualidad que ACDE tiene una D en el medio, además de la C de cristiana, pero tiene una D en el medio que es de dirigentes. Y vos hablas de empresarios, y en empresarios empiezas a distinguir, pero también hay empresarios que sienten, digamos, que se auto perciben dirigentes y otros que se auto perciben víctimas de persecución económica. ¿Cómo se transforma eso para que la conciencia de ser dirigente, que en parte lo que mencionaba recién sobre la responsabilidad, pueda ser llevada a cabo, pueda avanzarse en eso? 

PT: No sé, yo no tengo respuesta a eso, pero hay que probar por todos lados, por cosas como la iniciativa de compromiso, los retiros, los encuentros. De nuevo, nosotros somos como San Juan Bautista, la voz que clama en el desierto… pero está bien, es el rol que nos toca, si lo tenemos que ejercer y Dios dirá si esto es en algún momento, si este país se endereza o no se endereza, pero nosotros tenemos que seguir empujando por el mismo lado. Es nuestra obligación, es nuestro rol y es nuestro mandato. Yo me imagino que Enrique Shaw cuando empezó tampoco sabía cómo iba a terminar la cosa. Y la verdad que eso no nos corresponde a nosotros decidir o prever cómo va a terminar. Nuestra obligación es hacer lo que podemos y después ponerlo en manos del Señor, viste, y que Él disponga lo que tiene que pasar, y lo que nos merecemos también. Una de las cosas que yo me quedo contento de haber hecho es haber empujado la causa de Enrique Shaw, en ese sentido mi agradecimiento a Fernán (De Elizalde), que siempre fue un soldado y que le dedicó la vida a esto, pero haberla cerrado y mandado a Roma, aunque sea a los sopapos, pero está bien, pero la mandamos y allí está. Y yo creo que eso puede ser un punto en algún momento de quiebre en la concientización del empresario argentino. Tener la santificación de Enrique Shaw y poder decir… che, muchachos, hay otra manera de hacer las cosas, déjense de llorar, cada uno que tome su responsabilidad. Yo creo que pesa. Y hacerse respetar, porque también en la medida que haces las cosas bien te podés parar desde otro lugar con la sociedad que hoy no nos podemos parar, porque la sociedad no nos respeta, nuestra imagen es un desastre. Y mismo, viste, cuando te sentás delante de los políticos, diputados, senadores, los tipos te miran con asco. Y la verdad que tienen muchos ejemplos como para mirarnos así.

TRL: Simplemente, a raíz de esto, si ponemos para el futuro, ¿Cuál sería una ilusión o un sueño que vos tendrías en este caso para ACDE? 

PT: Para mí, yo quiero que ACDE sea la sal de los empresarios. No me importa que compita con AEA en representación, no me importa que compita con IDEA en eventos, pero quiero que sea la sal, que sea la que cambie los corazones de los empresarios y que los haga animarse. Ahí no tenemos que perder la esencia nuestra, es eso. Y que los otros cumplan la otra función. Para eso están ellos y está bárbaro que los apoyemos para que sean buenos en eso. Pero es muy fácil en estas organizaciones perder el norte de para qué estás. ¿Te acordás, Juampi, que en un momento dijimos que tenemos que definir qué somos y de qué hablamos y qué no somos y de qué no hablamos? Eso para mí es claro. El otro día lo discutía con IDEA. Todavía se siguen planteando si tiene que ser una escuela de graduados. Yo les decía muchachos, olvídense. Ustedes nunca van a ser una escuela de graduados competitiva. Ese tren ya lo perdieron. Olvídense de ese tema. Eso fue fundacional, pero hoy no tiene ningún sentido. Chau. Cierren eso o dejen formación profesional en algunos temas, pero ni se les ocurra ponerse a competir en un sector que está totalmente sobre ofertado y además con gente que lo hace mucho mejor. Nosotros lo mismo. Si queremos tener el evento que compita con el evento anual de IDEA y tener 600 empresarios en el encuentro…Yo creo que lo más importante es lo que pasa en ese encuentro y a cuánta gente le cambiamos el corazón. 

JPSP: Muchas gracias. Gracias por el tiempo. 

PT: Si no los veo, Feliz Navidad para todos. Tristán, un abrazo. 

TRL: Muchas gracias. Un abrazo. 

JPSP: Un abrazo.

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