Y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo.
Así que dio a luz a su hijo primogénito.
Lo envolvió en pañales y
lo acostó en un pesebre, porque
no había lugar para ellos en la posada.” (Lc 2:7)
Muy seguido oímos decir y decimos (con palabras, acciones y omisiones) no hay lugar en la posada. Soy politóloga, con un master en RR.II., pero no escribo esto como profesional… sino como borriquita llana que soy, reflexionando cómo en mis acciones y actitudes soy capaz de decir a Jesús no hay lugar: andá a nacer en otro lado, que se ocupe otro de mostrar tu Rostro y de expresar tu Amor. (¡Y eso que, por Fe, sé que está en los demás!).
Palabra viva y eficaz
Según la RAE pesebre es un “cajón donde comen las bestias”. Jesús neonato fue puesto en un cajón donde se deja comida para las bestias. El Resucitado que se volverá Pan de Vida, se muestra como alimento para animales. Bestia tiene dos acepciones aquí ilustrativas: “animal doméstico de carga; p.ej. (…) mula” y “persona ruda e ignorante”. Con “rudo” e “ignorante” me refiero a aspectos espirituales torpes, sin libertad interior, confundidos, faltos de vivencia amorosa y personal de Dios (no a modales o nivel educativo). Rudo significa “tosco, sin pulimento, naturalmente basto”. En estos sentidos pienso en mis aspectos humanos que son de bestia, pero que van siendo elevados si, borriquita, tomo el alimento que ofrece ese santo pesebre.
La intimidad con Jesús es eficaz: nos va asemejando a Él.
Circunstancias y decisión libre
Jesús de Nazaret llega al mundo en un pesebre porque a José y María les dijeron no hay lugar en la posada. Adversidad ante lo impostergable. Rechazo frente a una necesidad. Puerta que les cierran o ni les abren. Pero no es allá lejos: puedo empatizar hoy con ellos cuando otros me desdeñan, rechazan, humillan. Puedo también ver cuando hice eso a otros. No hay lugar en la posada, ¡qué respuesta pobre y triste! Pero de esa miseria, Dios se compadece y como réplica de Amor habilita un basto cajón. Rechazo y humillación, angustia y desamparo se vuelven, a la luz del Evangelio, profecía: Jesús tiene el poder de imperar por sobre donde no hay lugar ni camino para la vida, y donde la verdad es despreciada. “YO SOY el Camino, la Verdad y la Vida —contestó Jesús.” (Jn 14:6). Eso sigue vigente en este mundo lleno de guerras, donde naturalizamos una cultura de rechazo, egoísmo, desaprensión, engaño, cinismo… y dejamos a la intemperie psicofísica a tantos. Cuando humillar se vuelve modo de vivir, la angustia y el desamparo se sufren sin esperanza. Pero los cristianos, que llevamos impresas las virtudes de Fe, Esperanza y Caridad, debemos —por amor a Dios— ponerlas en acto.
No hay profundidad sin silencio
En lo ordinario de mi vida, ¿hago espacio para responder a una necesidad de otros? Queremos conquistar el Espacio, pero en nuestras hospederías de barro no hay lugar. ¿Y si intencionalmente hago lugar en la posada donde estoy? Puedo elegir al Autor de la Vida, Amor de los Amores, en ese pesebre que Dios dispuso en mi alma para que (si quiero alimentarme allí) me vaya convirtiendo en una servicial posada. Jesucristo me invita a una relación íntima y personal con Él, donde prima la libertad como don. Lo vivencio, le hablo, le escucho. Y veo: el que sana y nutre, impera. Pero no se impone.
Horizonte
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” seguirá manifestándose, porque triunfó de una vez y para siempre sobre la muerte en todas sus formas. No nos dejemos engañar por Satanás que, derrotado eternamente, sólo tiene fraudes para ofrecer: que Dios no existe, o que podemos vivir sin Él, o que nos abandonó. ¡Cállate mentiroso! Mi Señor Jesús seguirá golpeando a las puertas de cada corazón. La fe abre caminos: el desamparado Niño del pesebre esconde al Resucitado. Estar cerca de Jesús es lo único realmente necesario en esta vida: de ello se va disponiendo todo. ¿Qué hago, entonces, con mi libertad?
Miles de gracias. Me dejaste pensando, orando…
Increiblemente bello
Mucho.para reflexiinar en esta Navidad que se acerca de a poco y nos da tiempo para ser buen Pesebre
¡Que Jesús se encuentre siempre a gusto en nuestros corazones! Que lo sigamos como posadas coherentes al amar a los demás! Amen. Amén. Bellísimo testimonio. ¡Gracias Maite!
Hermosa lectura y hermosa reflexión. Gracias por este mensaje de amor.
Muy interesante artículo y el final da mucho pero mucho que pensar, por todos los indicios del 6-6-6 que hay en la llamada «Agenda 2030» y que para muchos pasan desapercibidos cuando para otros están totalmente a la vista. Creo recordar te vi en un evento de ACDE, hace poco comencé a escribir en este portal como reciente socio. Muy buen día y seguí así!