Editorial

Creer para Crecer: Una reflexión sobre las características del verdadero desarrollo para los cristianos

Catedral de Buenos Aires
Escrito por Daniel Martini
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¿Será en forma de V corta, de U o de L? Los argentinos anhelamos esperanzados la llegada de una etapa de crecimiento económico que nos saque de la dura realidad en la que nos encontramos, con casi la mitad de la población bajo la línea de pobreza y muchos argentinos que no pueden llevar el pan a su mesa. 

A tono con este momento histórico en Argentina, ACDE nos propone reunirnos en el próximo Encuentro Anual del 2 y 3 de julio, bajo el lema “Creer para Crecer”, que es una manera de poner en el centro de la discusión nacional las características que debe tener el verdadero desarrollo para los dirigentes de empresa cristianos.

En los lejanos años ´60, mientras el mundo se dejaba llevar por el sueño de un crecimiento infinito y universal, el pensamiento social cristiano alumbró, gracias al genio de San Pablo VI, un documento que mantiene toda su vigencia: nos referimos a la encíclica Populorum Progressio de 1967 en la que se responde a la pregunta que nos convoca: qué es y qué no es el auténtico desarrollo para los cristianos.

Aunque resulta imposible traer un documento tan vasto y profundo en pocas líneas, nos concentraremos en la presentación del problema y de algún modo estaremos invitando a una lectura más detenida de este documento vertebral del pensamiento social cristiano. 

  • “A todos los hombres y a todo el hombre”

Pablo VI comienza, podemos decir, definiendo el auténtico desarrollo por la negativa:

El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir promover a todos los hombres y a todo el hombre” (PP 14)

Integral, es decir a todos los hombres… El crecimiento es una vocación de Dios que llama a cada hombre y a la humanidad entera a superarse a sí mismos. Así como en base a la educación recibida y a su esfuerzo, cada hombre es responsable de su propio crecimiento, es un deber propender al desarrollo de todos los hombres por la solidaridad y la fraternidad universal. “Sus obligaciones (de los más favorecidos) tienen raíces en la fraternidad humana y sobrenatural y se presentan bajo un triple aspecto: deber de solidaridad, deber de justicia social, deber de caridad universal” (PP 44)

Integral, es decir a todo el hombre… La posesión de bienes no es el fin último de la vida para las personas ni para las naciones. La avaricia definida como la búsqueda exclusiva del poseer es, por el contrario, la forma más evidente de subdesarrollo moral. “Decir desarrollo es preocuparse tanto por el progreso social como por el crecimiento económico” (PP 34). Aquí, entre tantos aspectos, resuena para la Argentina de hoy el desafío de la educación. “La educación básica es el primer objetivo de un plan de desarrollo porque el hambre de instrucción no es menos deprimente que el hambre de alimentos” (PP 35)

  • “Condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más humanas”

Posteriormente, San Pablo VI define positivamente el verdadero crecimiento:

“El verdadero desarrollo es el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas” (PP 17)

Y este camino, de las condiciones menos humanas a las más humanas es como una escalera donde se van dejando atrás peldaños para superar las carencias y las miserias materiales y morales y las estructuras opresoras. Triunfar sobre las calamidades sociales pone en primer lugar la asistencia a los más débiles y en especial la lucha contra el hambre. Ampliar conocimientos y cultura, cooperar en el Bien Común, construir la paz y elevarnos al reconocimiento de valores trascendentes y del mismo Dios como su fuente.

En suma, tal como nos propone reflexionar ACDE no habrá crecimiento verdadero y auténtico sin fe. Creemos para Crecer y queremos Crecer para construir una Patria de hermanos que como reza nuestra Constitución Nacional, tenga a Dios como fuente de toda razón y justicia.

Sobre el autor

Daniel Martini

Director ejecutivo de la Asociación de Distribuidores de Gas (ADIGAS). Socio de ACDE desde hace 25 años, dirigente de la Acción Católica Argentina y ex Director del Departamento de Laicos de la CEA.

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