Presidentes de ACDE

Entrevista a Gonzalo Tanoira – Past President (2020-2023)

Escrito por Portal Empresa
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Juan Pablo Simon Padrós: Hola Talo, buen día y muchísimas gracias por tu tiempo. 

Gonzalo Tanoira: Buen día, buen día, ¿cómo están? Y bueno, muchas gracias a ustedes por la invitación. 

JPSP: Bueno, un placer. Empecemos. ¿Qué te acordás vos que fueron los principales desafíos para ACDE en la coyuntura en la cual te tocó presidir a vos ACDE hace algunos años? 

GT: Bueno, yo presidí ACDE desde marzo del 2020 a marzo del 2024, que coincidió con el gobierno de Alberto Fernández, ¿no? Cuando yo asumí ACDE, estaba empezando el gobierno de Alberto Fernández y lo que recuerdo de esa época fue un gran temor, un gran, mucho apesadumbramiento sobre todo en el sector empresario por lo que se venía, ¿no? Lo caótico que había sido el final del gobierno de Macri y estaba empezando un gobiernootro que sabíamos que iba a ser populista, un gobierno que iba a ir en contra del empresariado, así que recuerdo mucha desesperanza en ese momento. ¿Qué se acentuó cuando llegó la pandemia? Muy poco tiempo que yo empezara, o prácticamente al mismo tiempo que yo empecé mi presidencia de ACDE, empezó la pandemia con el aislamiento obligatorio. Recuerdo que la primera reunión de consejo, que era un consejo que yo no conocía, porque me nombró un presidente de afuera del consejo, así que no conocía a todos los consejeros. La primera reunión de consejo fue mi primera reunión por Zoom… y de la vida, digamos. Me acuerdo que Ana Pico dijo que como no nos podíamos reunir físicamente, «¿por qué no usamos un sistema nuevo que hay que se llama Zoom?» Eso marca un poco lo que fue el comienzo de mi presidencia en ACDE. Y sin duda, la pandemia fue un desafío enorme a nivel mundial, pero también a nivel argentino, para este tipo de organizaciones. Cómo seguir teniendo relevancia en un ambiente donde estábamos cada uno en sus casas. Me acuerdo de que el primer Encuentro Anual de ese año fue el primer encuentro que hicimos cada uno en su casa. No podíamos ni siquiera juntarnos los oradores, así que cada orador tuvo que estar en su casa exponiendo entre el encuentro anual. Básicamente esos fueron los dos mayores desafíos que yo encontré cuando llegué a ACDE. Sí, la verdad que fue un momento con mucha desesperanza. Me acuerdo que el sector empresario estaba muy preocupado por lo que se venía y por supuesto todo el mundo tratando de ponerlo mejor y tratando de ser parte de la solución en cuanto a la pandemia, pero también que entendían que el impacto económico que iba a tener, el hecho de tener que parar el país y no poder salir de las casas, iba a ser tremendo y eso generaba mayor incertidumbre también por el futuro, porque sabían que después de que pasara la pandemia iba a quedar el rezago económico de haber estado aislado durante tanto tiempo. Así que fue un enorme desafío que tuvimos que sobrellevar en el Consejo Ejecutivo de ACDE.

JPSP: ¿Y en qué se parecen esos años, esa época tan reciente digamos, pero en qué se parece a la actual, a lo que estamos viviendo hoy? 

GT: Viste lo que dicen de la Argentina, que Argentina es un país que todo cambia, pero en el fondo nada cambia, que siempre tenemos a la vuelta de esquina una crisis y bueno la crisis que estamos viviendo hoy obviamente es de una magnitud diferente y mucho más severa, pero bueno la verdad es que se parece mucho. Yo creo que los desafíos de ACDE siguen estando, siguen estando tal cual estaban en ese momento, lograr un empresariado más comprometido con los valores cristianos, un empresariado que sea consciente de que su labor adentro de la empresa debería estar regida por los valores cristianos y por la cercanía de Jesús, que es todo un desafío en sí mismo. Uno cuando trabaja por ahí deja la religión para el domingo, dice bueno el domingo voy a misa y después de lunes a viernes estoy en la empresa y son ámbitos distintos. Yo creo que el desafío de ACDE es hacerle ver al empresariado cuánto valor hay cuando uno junta los dos mundos y lo lleva a Dios a su sala de directorio y lo lleva a Dios a sus decisiones y lo tiene a Jesús como socio aconsejándolo. Entonces creo que ese desafío de ACDE sigue estando tan fuerte como estaba en su momento cuando yo era presidente. Y después la necesidad de construir un país mejor, la necesidad de que sintamos como empresarios que lo que nosotros hacemos va más allá de lo que del resultado final o del dividendo del sueldo que ganamos en una empresa. Es una pieza importantísima de la construcción de un país mejor. Entonces, creo que esos dos desafíos siguen estando y sobre todo hacerle ver a la sociedad que realmente el trabajo que hacemos en las empresas es un trabajo que construye un país y que dignifica la población. 

Tristán Rodríguez Loredo: Yo recuerdo haberte dicho en la primera entrevista que fue, creo, el día antes que se declarara el estado de pandemia. Fue un saludo oficial donde vos te presentabas a los socios. ¿Cómo te gustaría que te recuerden? ¿Cuál es la huella que a vos te gustaría haber dejado en una institución como ACDE? 

GT: Mira, yo lo que traté de transmitirle a ACDE y que espero que haya quedado es una sensación de valentía, ¿no? Una sensación de valentía para dar los debates relevantes. Creo que ACDE tiene un nombre espectacular, muy fuerte adentro de la sociedad argentina, mucho más fuerte de lo que muchas veces ACDE mismo reconoce y creo que en su momento las circunstancias de las que hablábamos recién, la pandemia, el gobierno, la desesperanza, el bajón que había, me llevó a mí y al consejo, a mí y a mi consejo, a dar un paso adelante y demostrarle a ACDE que se podía ser valiente y salir a dar el debate este y que valía la pena salir a transmitir esta voz por todos los medios que había. ACDE estaba, por supuesto, muy acostumbrada en los encuentros anuales a transmitir sus ideas, a transmitir su vocación y sus propuestas, pero creo que lo que yo traté de hacer y que espero que sobreviva es que participe en el debate público a través de comunicados de prensa, a través de artículos en los diarios, a través de modos modernos, a través de las redes, de participar del debate y de dar a conocer sus ideas tanto en la línea que hablábamos de la construcción de un sector privado más fuerte, más sólido, como también en fomentar la espiritualidad del empresario. Creo que cuando nosotros llevamos a Jesús adentro, hablamos de otra manera y creo que eso es clave que los empresarios entiendan. No podemos dejar la parte espiritual solamente para la casa, sino que cuando llevamos a Jesús adentro, llevar a Jesús adentro quiere decir no solamente hacer una invocación antes de una reunión, quiere decir formarse, quiere decir ir a retiros, quiere decir ir a peregrinaciones, tratar de realmente formarnos como dirigentes cristianos, conocer cada vez más a Jesús y su mensaje. Creo que eso es clave para que ACDE siga creciendo. Así que eso fue lo que yo traté de imprimirle a mi gestión y bueno creo que se está llevando a cabo. Por suerte, Silvia también lo está logrando, está teniendo una participación activa a través de comunicados. 

JPSP: ¿Cuáles fueron tus mayores aprendizajes como presidente de ACDE? 

GT: Mirá, a ver, yo era una persona de muy bajo perfil. La verdad que por mi familia siempre nos habían inculcado, mi familia empresaria del Grupo Bemberg nos habían inculcado que no se podía o no convenía tener alto perfil y cuando yo asumí en ACDE me encontré con esta situación donde tenía como una colisión de lo que tradicionalmente había sido mi formación con lo que yo consideraba que ACDE tenía que hacer. Entonces bueno, tuve ciertos momentos así de puntos de inflexión en donde tuve que vencer esta propensión a tener un bajo perfil y tuve que llevar un poco la misión de salir a dar un poco más la cara. Eso a mí me hizo vivir en carne propia lo que hablamos antes de cómo Jesús o cómo Dios nos lleva en la palma de su mano cuando trabajamos para él, ¿no? Uno, yo había crecido toda mi vida pensando en la Argentina el que saca la cabeza se la cortan. No hay que salir en los diarios, no hay que hacer nada, no hay que criticar al gobierno, no hay que de ninguna manera marcar la cancha y cuando uno lo hace pero trabajando para Dios es como que sentía en carne propia que tenía como una protección divina y eso fue para mí el mayor aprendizaje fue sentir en carne propia como cuando uno trabaja para Dios, Dios nunca lo va a dejar solo y con todo el miedo y mismo también con mi familia que me decían guarda con la exposición que estás ganando, no queremos problemas. Por ejemplo, cuando un gobierno toma represalias contra alguien que habla mal de su gestión; pensemos en los primeros años del gobierno kirchnerista de Alberto Fernández con todavía cuatro años por delante. Ahora parece todo más fácil… Vivir esa experiencia de sentirlo a Jesús cerca, que Jesús nos apoya; fue mi mayor experiencia de aprendizaje adentro de ACDE. 

JPSP: Pensando en tus socios colaboradores que trabajaron con vos, que te acompañaron, ¿a quiénes recordás especialmente? ¿Cómo era la dinámica de trabajo que tenían entre ustedes? 

GT: Bueno mira es difícil rescatar un nombre, obviamente hubo mucha gente y no podría mencionarlos a todos acá porque la verdad es que fue impresionante como como acto de generar esas ganas de participar, ¿no? Esas ganas de ser parte, esas ganas. Me acuerdo de que el consejo directivo estaba súper activo no solamente en los momentos de juntarnos en una reunión ya fuera por Zoom o ya fuera en forma presencial sino también en el chat todo el tiempo participando, todo el tiempo comentando, se hacían las charlas, todo el mundo aportaba datos de lo que estaba pasando con la pandemia, datos de lo que estaba pasando el resto del mundo, cómo podíamos nosotros. O sea, era un chat muy muy pero muy activo y la verdad es que mucha gente dedicó mucho tiempo. Por ejemplo cada vez que decíamos que teníamos que salir con un comunicado era una construcción colectiva tremenda porque todo el mundo quería retocar algo acá digamos esta cosa, acá digamos esta otra, acá cambiamos esta coma y yo lo vivía bien en vez de quejarme de que todo el mundo hacía cambios a los comunicados, me emocionaba que tanta gente se comprometiera, tanto más fácil decir sí, OK, me parece bien y dejarlo pasar y todo el Consejo se comprometía con lo que estábamos diciéndole a la sociedad y la importancia de salir a decirlo, lo tomaron los diarios, lo levantaron. Entonces, de vuelta, al día siguiente había un millón de comentarios. Sentí un apoyo enorme de todo el consejo. Obviamente las personas más cerca fueron los dos vicepresidentes Ignacio Driollet y Ignacio Gurupicsz que fueron un apoyo constante a mi gestión y que me dieron consejos muy sabios. También sentí mucho apoyo de toda la parte de comunicación, como dijo Tristán: él me hizo mi primera entrevista, pero lo que él nos dice es que no solamente me entrevistó, sino que también me coachó antes de la entrevista sobre algunos tips de cómo ayudarme a comunicar las ideas. También Hernán Echaleco desde la agencia Identia me dio una enorme ayuda en todo esto que era manejo de las redes y manejo de las comunicaciones, contacto con periodistas, reuniones con periodistas para que trataran de entender qué era lo que estábamos tratando de hacer, así que la ayuda que tuve adentro fue enorme. Dejo para el final a Daniel Díaz y a Ana Pico que fueron claramente los pilares. 

JPSP: Contanos de ellos. 

GT: Nuestro director espiritual siempre se ha caracterizado por ser una persona de una enorme sabiduría, desde las aperturas de cada reunión con una oración, con una lectura, con una meditación, siempre nos dejaban pensando y eran parte integral de la reunión para para invocar al Espíritu Santo, pero la verdad una enorme sabiduría y durante todo este tiempo que hubo tantas cosas que discernir, de bueno ir para allá y para acá, más rápido, más despacio, cómo profundizar la espiritualidad del empresario en el día a día, cómo hacerlo participe a Jesús adentro de los directorios, toda esa parte fue realmente muy importante el apoyo de Daniel Díaz y Ana, bueno, Ana es una locomotora que está en el día a día de ACDE. Yo la conocía muy poco y de repente un día cuando Juan Vaquer me convocó a la presidencia, la llamé Ana y le dije: «Ana, bueno, vamos a trabajar juntos, me vas a ayudar acá porque yo no conozco lo suficiente ACDE… no conozco al consejo, no sé cómo son las comisiones, qué es lo que están haciendo, o sea, fue tan de imprevisto mi nombramiento como presidente de ACDE que dependía de Ana para prácticamente todo». Y la verdad que Ana fue cien puntos en cómo me ayudó y cómo me fue coacheando… cómo me fue diciendo cuáles eran sus pareceres con respecto a todo. La verdad,  que fueron realmente dos pilares en los que me apoyé muchísimo. 

TRL: Talo, ¿qué fue lo que, digamos, con esta distancia que hay entre el último día de tu gestión y ahora, te quedó como un salto de aprendizaje? 

GT: Yo creo que incentivó en mí, por supuesto, incentivó en mí o hizo más presente en mí la figura de Enrique Shaw. Enrique Shaw para mí antes de ACDE era, bueno, sí, una persona más que estaba dentro de, ocupaba el 1% de mi vida, de mis pensamientos diarios, digamos. Hoy Enrique Shaw ocupa una enorme parte de lo que pienso y lo que hago, o sea, creo que la figura de ACDE o el nombre de ACDE es muy importante, casi tan importante como la figura y el nombre de Enrique Shaw, o sea, creo que Enrique Shaw tiene una presencia que va más allá de ACDE, que personifica los valores de ACDE, fue su fundador, así que obviamente transmitió a esta asociación a través de su fundación, transmitió lo que él pensaba y creo que hoy la sociedad está tomando conciencia de lo importante que fue Enrique Shaw y lo importante que va a ser Enrique Shaw. Entonces te diría que de hecho la única cosa que me quedó, la única responsabilidad que me quedó adentro de ACDE es seguir ayudando con la causa en Roma. Casualmente voy a estar en Roma la semana que viene. El jueves que viene tengo audiencia en el Vaticano con el sustituto, el arzobispo Peña Parra, que es uno de los colaboradores más cercanos del Papa y tengo también una reunión con el monseñor Saldaña del Dicasterio para la Causa de los Santos. Es tan fuerte el mensaje de Enrique Shaw a la sociedad entera, no a los empresarios, sino a la sociedad entera, que bueno, para mí fue una cosa que realmente me marcó. A través de la presidencia de ACDE pude entender mejor ese mensaje, pude entender mejor la relevancia que tiene, no solo en la Argentina, a nivel mundial la figura de Enrique Shaw, la relevancia que puede llegar a tener. La verdad es que pedí quedarme con esta responsabilidad porque creo que su canonización sería un antes y un después en muchas cuestiones, en muchos debates a nivel mundial. Hoy estamos viendo el debate eterno de la izquierda y la derecha, de agrandar la torta o repartirla, cómo se salda esa sensación en donde hay dos visiones distintas del mundo sobre la derecha y la izquierda y creo que ACDE y Enrique Shaw se paran en el medio y dicen esto no se trata de agrandar la torta o repartirla, se trata de ambas, pero desde un punto de vista de generosidad en el corazón de cada uno, no de las leyes. Yo creo que donde falla el debate es en cundo tratamos de trasladar la Doctrina Social de la Iglesia a las leyes que conforman un gobierno que obligan a los ciudadanos porque la generosidad vista como tal de un empresario, de una persona con recursos, pierde sentido cuando se la transforma en una ley. Deja de ser generosidad y pasa a ser cumplir con una ley porque si no voy preso. Entonces eso no es lo que nos pide Jesús y creo que cuando el debate moral se transforma en un debate de leyes y de obligaciones y el sistema de gobierno es donde perdemos el foco y empezamos a acusar a la Iglesia de «pobrista», empezamos a teñir el debate ese desde un punto de vista político en vez de mantenerlo en un ámbito moral y exclusivamente de la libertad de las personas. Nosotros tenemos que transformar los corazones, no transformar las leyes. El gran desafío de ACDE es justamente ese. Cuando tratamos de hacer obligatorias esas vocaciones es donde se enturbia el mensaje y pasa a ser una cosa mucho más política y mucho más difícil. Creo que por eso es tan importante el mensaje de Enrique Shaw. Enrique Shaw no hacía las cosas por sus empleados porque se lo obligara el gobierno. Enrique Shaw realmente las sentía y las ejecutaba y las llevaba a la práctica y con eso mostraba un ejemplo muy fuerte de cómo un empresario debería comportarse, pero por su propia vocación, no porque se lo exigiera el gobierno. Entonces creo que ahí hay un punto para seguir hilvanando hacia adelante, tratando de que el ejemplo que va a sembrar en el mundo Enrique Shaw cuando sea canonizado va a ser muy fuerte. 

TRL: A nivel institucional, yo te pregunté antes cuáles fueron las lecciones que vos aprendiste, las enseñanzas que vos obtuviste de tu paso, pero el ACDE que encontraste vos y al que vos dejaste en tu función ejecutiva, ¿qué crees que cambió y que la organización aprendió en ese tiempo? 

GT: Mira, yo creo que, bueno, un poco ya lo contesté con la pregunta de la huella. Pero puedo ir un poco más a fondo. Lo que yo traté de hacer en ACDE también es ir tejiendo una red, o seguir tejiendo, porque ya muchos presidentes antes que yo lo habían hecho y lo habían conseguido, que era tener una red con otras instituciones. ACDE era parte del foro de convergencia, o sea que demuestra que ACDE desde el principio del foro de convergencia fue protagonista en tejer una red con otras instituciones. También hacía muy poco se había empezado el tema de Sembrando Valores, como instaurar adentro de los encuentros de otras asociaciones, como CREA, como la sociedad rural, un módulo que hablara de espiritualidad. Entonces empezamos a tener presencia en conferencias, o en ciclos de charlas, o en encuentros anuales, tener un módulo de espiritualidad. Y eso descolocó un poco a la sociedad, porque no se esperaban ir a un encuentro de la Sociedad Rural o de ACREA, y de repente encontrarse que para los participantes eran importantes las charlas de espiritualidad. Así que yo creo que el trabajo que empezaron otros presidentes, Juampi inclusive antes que yo, y creo que Silvia está haciendo con mucho éxito, fue insertar a ACDE dentro de una telaraña de instituciones que están demostrando que no tienen miedo de ser parte del debate, que quieren ser parte del debate, que no están dispuestas a decir bueno vamos a hacer cualquier cosa que los políticos de turno nos digan que hay que hacer. Nosotros queremos que se escuche nuestra voz, queremos opinar sobre cuál es el modelo de país que queremos, y queremos que se nos tome en cuenta, porque somos empleadores, porque invertimos en el país, y creo que ahí ACDE tiene un rol muy importante, que es jugar. 

TRL: Si tuvieras un sueño ahora para ACDE, ¿cuál sería?

GT: Bueno, mi deseo, a ver, el deseo de siempre es que podamos vivir en un país desarrollado. Uno ve países desarrollados en donde las sociedades funcionan, tienen monedas estables, tienen leyes lógicas, tienen sectores productivos que son importantes y son relevantes al momento de participar en el comercio mundial, con un país integrado al mundo, con una investigación y desarrollo que haga que nuestras empresas puedan ser protagonistas en el mundo. Con todas las incertidumbres de este momento, mirando lo que es el nivel de inflación, mirando la enorme inestabilidad que tenemos con elecciones dentro de muy poco tiempo, sigo teniendo la esperanza de que algún día Argentina despierte y realmente vaya por ese camino. Y bueno, yo creo que, si fuera por ese camino, si consideramos que Argentina encuentre la vuelta para estabilizar su economía y para salir adelante, yo creo que ACDE se puede enfocar en cosas realmente más trascendentes que estar teniendo que marcar la cancha a los políticos, ¿no? Porque en una economía estable la verdad es que uno puede realmente trabajar en las cosas que dejan de ser las urgencias diarias y empieza a trabajar en los planes a largo plazo. Me encantaría ver un ACDE que genera grupos de pertenencia en donde los empresarios vayan llamando a otros empresarios, contándoles la noticia de Jesús y contándole lo bueno que es llevar a Jesús en su directorio, como un director más. Me encantaría ver un ACDE joven también pujante que le ofrezca a la sociedad, a los más jóvenes, también esta posibilidad de incorporar a Dios en su vida diaria dentro de la empresa. Así que nada, con mucha esperanza de que en los próximos años veamos este país y también veamos este ACDE que deja de tener que ocuparse de cuestiones que el resto de los países ya han solucionado hace años y debates que ya se han solucionado hace años en el resto de los países y empieza a ocuparse de cosas más normales de cómo hacer que Dios esté en cada una de nuestras empresas. 

JPSP: Gracias. Muchísimas gracias, Talo. 

GT: Bueno, un placer, gracias a ustedes por el tiempo.

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