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Juan Pablo II y su mensaje a los empresarios en 1987: «debéis ser los artífices de una sociedad más justa, pacífica y fraterna».

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Durante la visita del S. Juan Pablo II a la Argentina en 1987, ACDE organizó en el Luna Park un encuentro con empresarios, que significó el primer gran momento de la asociación en salida misionera.

Siempre ACDE fue evangelizadora, pero con una mirada más hacia el interior de los socios, de sus familias y de sus organizaciones. Esta fue la primera vez que ACDE se abrió de cara a la sociedad en conjunto: diarios nacionales, canales de televisión, agencias de publicidad, estaciones de trenes, vía pública, actos masivos, miles de participantes. Según el testimonio de Luis Riva, a partir de allí, “ACDE asumió otro rol de cara a la sociedad y, por ejemplo, en esos años nacieron los Encuentros anuales tal cual hoy los conocemos”.

Proveniente de Chile, el Papa permaneció en el país entre el 6 y 12 de abril de 1987, en lo que constituyó su segunda visita apostólica. Durante los seis días que estuvo en la Argentina, se hizo presente en ciudades de nueve provincias, dirigió 26 mensajes y reunió a casi cuatro millones de personas.

El 11 de abril de 1987, en su discurso a los empresarios argentinos, el Sumo Pontífice pronunciaba estas palabras: “vosotros, hombres de negocios, en su mayoría cristianos, debéis ser los artífices de una sociedad más justa, pacífica y fraterna. Sed hombres y mujeres de ideas dinámicas, de iniciativas geniales, de sacrificios generosos, de firme y segura esperanza. Recordad que con la fuerza del amor cristiano conseguiréis importantes objetivos. Os estimule a ello el ejemplo de los pioneros, que sin más instrumentos que la tenacidad de su voluntad y la fe en Dios, iniciaron lo que hoy son muchas de vuestras grandes empresas; y que trabajando solos, hasta con sus propias manos, y prácticamente sin conocimientos técnicos, sentaron los fundamentos del posterior desarrollo económico del país. Sed solidarios entre vosotros y sedlo también con los demás sectores de la comunidad, que comparten vuestros problemas, vuestros sacrificios y vuestras esperanzas; y sedlo en bien de vuestra querida patria”.

A continuación agregamos el testimonio de dos expresidentes de ACDE que tuvieron activa participación en aquel encuentro único, que marcó a fuego a los dirigentes empresarios que estuvieron en el Luna Park y a todas las personas de buena voluntad que descubrieron un camino.

Luis M. Bameule. «Y lo cierto es que hacia fines del ‘86 se planeaba una visita formal y ordenada, y bien planificada del Papa Juan Pablo II a la Argentina para abril del ‘87, justo el momento del cambio de autoridades. Y en las mesas semanales de ACDE tiramos la idea, no recuerdo si fui yo o quién, de qué pasaría si hubiera un encuentro del Papa con los empresarios. Varios dijeron que era una locura, que no iba a dar ni bolilla, que está todo planificado… Lo primero que hicimos con Carlos Tramutola fue ir a Córdoba a ver a Mons. Primatesta, que era la “Prima Testa” de la Iglesia, y le planteamos que la situación de los empresarios era bastante parecida a la de ahora, poca validación en el país, contexto inflacionario, “la culpa de todo la tienen los empresarios con los precios que ponen”, los controles de precios, época de Mazzorín frente a la Secretaría de Comercio, los sindicatos que tenían su peso, además los sindicatos se oponían al gobierno, porque eran sindicatos más bien peronistas, y los sindicatos peleaban con los empresarios, la relación con la Iglesia era relativamente buena en el sentido de la amistad pero no de la profundidad de los temas con los que había que abordar estas cuestiones. Era un contexto complicado, como te dije antes, bastante parecido a lo que se está viviendo ahora, y se nos ocurre esto y trabajamos esos meses de la transición para organizar la venida del Papa a la Argentina y que hubiera un acto con los empresarios. Eso se logró, hay para escribir todo un libro sobre lo que fue ese acto, pero ese fue un tema fuerte de inicio en un contexto, como decía antes, de altísima inflación, en esos años apareció el plan Primavera, de Sourrouille, todas las cosas duraban poquito tiempo, estallaban poco después, y bueno, desde ACDE la prioridad era tener, por un lado, los empresarios alarmados, fugados, a veces desde el punto de vista de la fuga de capitales, fuga psicológica, desesperación por el día a día de las empresas, controles de precios, necesidad de que la sociedad entendiera bien el rol de la empresa, aclarar que la inflación no la estábamos provocando nosotros, subiendo los precios, que era por lo malo de la película, todos temas que hoy, si te fijás, tienen una enorme actualidad».

«Eso era el contexto en ese momento, ACDE tenía que dar mucha contención a empresarios que venían desesperados, una cosa que hicimos rápidamente fue armar varias subcomisiones, una que tenía que ver con temas salarios, que había unas confusiones terribles, de cuándo aplicar, cuándo no aplicar, si había que pagar en negro o no pagar en negro, en ese momento, además el padre Moledo, que era nuestro asesor doctrinal, muy querido por todas las generaciones de ACDE, prácticamente los que lo conocieron, yo lo pude tener hasta la mitad de la presidencia, pero ya el padre Moledo venía diciendo, “miren que me voy, mi edad no da para esto”, él no se sentía ya del todo bien, y él nos recomendó ir a verlo al padre Rafi Braun, a quien algunos conocíamos más que otros, que fue todo un descubrimiento, Rafi, recuerdo que fui con Guillermo Gotelli, el Padre Moledo y uno o dos más a verlo a su casa, y tenía una computadora, año 87, tenía una computadora, no podíamos entender que el tipo estuviera tan tecnificado y la manejaba como los dioses, la verdad que fue toda una experiencia ese cambio. Todo lo que fue el acto del Papa con los empresarios fue un desafío enorme, salió muy bien. Esos eran los temas que estuvieron vigentes en esa presidencia, que estuvo entre el ’87 y el ‘90».

Carlos Tramutola. «En ese momento hasta nos abrimos ampliamente a las charlas con la jerarquía eclesiástica. Hablo del pasado para explicarte por qué vienen los aprendizajes. Invitamos con mucha frecuencia a darnos charlas a Monseñor Casaretto, que no era un asiduo concurrente de ACDE, que estaba más propenso o acostumbrado en la historia a escuchar a religiosos como Monseñor Laguna, por ejemplo».

«La llegada del Papa, en esa convivencia, (y voy a los aprendizajes), éramos un comité organizador de 21 miembros, todas las cámaras empresarias que existían en el país, y cuando hablo de todas hablo de las cuatro cámaras rurales, las tres que había de los bancos… todas, componíamos el comité de organización de la reunión que íbamos a tener con el Papa. Bueno, ahí mi aprendizaje fue doble, a conocer muy profundamente todas esas cámaras, sus intereses, a sus componentes, que se vio riquísimo, y también aprendí un poquito de lo que es política, es decir, fuimos forzados a entrar en un mundo en que jugaban intereses de cada uno, hablo incluso de la comisión de Pastoral Social que era la responsable, y de todas las personas que lo componíamos. A nosotros, y me tocó a mí como presidente y a quienes me acompañaban, fuimos siempre como un eje de la balanza para ubicar la cosa desapasionada, desinteresada, y solamente interesada en escuchar e interiormente tener un diálogo con Juan Pablo II. Todos estos que te estoy diciendo fueron fuentes de aprendizaje infinitas, con historias duras, complicadas, que yo no esperaba encontrar en esos ámbitos, pero muy aleccionadoras».

(Aquí el video completo de la alocución)

 

 

Sobre el autor

Tristán Rodríguez Loredo

Licenciado en Economía (UCA), Magister en Gestión de Empresas de Comunicación (U. de Navarra) y en Sociologa (UCA). Editor de Economía y columnista en Editorial Perfil.

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1 comentario

  • Que importante hacer un raconto de lo pasado y poder plantear nuevamente desde ACDE un serio llamado a todo el mundillo empresario desde las mini hasta las super empresas para poner el esfuerzo y aportar la experiencia, para sacar adelante nuestra querida Argentina. Loable tarea.