Es frecuente encontrar gente que humaniza a las empresas como si fueran seres vivientes. Sin embargo, las organizaciones existen porque hay personas que las integran: empleados con agendas propias, con convicciones sobre cómo deben hacerse las cosas y con deseos diferentes. El líder tiene que alentarlos a dejar de lado sus voluntades personales para encaminarse hacia el bien común.
Entonces, ¿cuál es el desafío principal de un líder hoy? Luis Guastini, presidente y CEO de ManpowerGroup Argentina, dejó sus apreciaciones al respecto durante la actividad que lo tuvo por invitado: «Líderes innovadores: motor de la transformación organizacional», organizada por ACDE Joven. En su exposición, definió: “Un líder es una persona que, por sobre todo lo que hace, gestiona y administra las tensiones”.
Luis Guastini explicó que no alcanza con formar parte de un organigrama: el liderazgo positivo implica encarnar cualidades que animen al equipo a depositar la confianza y el poder de decisión en el líder, como ser humildes e inteligentes. La palabra humildad viene del latín y significa tierra. Ser humilde supone bajar a esa tierra para hacerla fértil, es decir, para darles vida a otros y para crear cosas nuevas. Esta virtud equilibra a la inteligencia.
Por otro lado, enfatizó que los líderes exitosos son curiosos, empáticos e íntegros. “Haciendo buenas preguntas se logra sacar lo mejor del equipo”, destacó Guastini. El líder que indaga y que sabe escuchar a los demás logra ser creativo. Así también, la alineación de las voluntades tiene que acompañarse de un entendimiento profundo sobre lo que le pasa al otro.
El presidente y CEO de ManpowerGroup Argentina también compartió que la pandemia transformó la manera de entender el trabajo. Los empleados ya no buscan solo el salario y el desarrollo, sino que también ponen el foco en el cuidado de la salud física y psíquica, en la flexibilidad laboral y en los propósitos que trascienden los fines de lucro. En las organizaciones, apareció la “angustia organizacional” por los cambios tecnológicos. Los líderes tienen la tarea de mediar entre las empresas (desesperadas por ser más ágiles) y las personas (que tienen nuevos anhelos).
¿Cómo se crea un equipo de alto rendimiento? “Uno de los desafíos para lograrlo es la diversidad”, reconoció Guastini. Según explicó, está 
comprobado que esta cualidad eleva la productividad, la innovación y la creatividad. Si todos los miembros piensan igual, probablemente, ese equipo no logre buenos resultados. No obstante, gestionarla puede ser “doloroso”. Los líderes tienen el don y la tarea de lograr que cada uno se sienta libre para decir lo que piensa y, al mismo tiempo, administrar los conflictos creativos entre personas con esquemas mentales distintos.
En conclusión, los liderazgos innovadores promueven culturas organizacionales receptivas que, entre otras cosas, previenen posibles crisis porque los empleados se sienten seguros al expresarse y advertir, por ejemplo, si ven que la empresa va por un mal camino.