Leí hace tiempo unas frases de Mahatma Gandhi, que me llamaron la atención; no recuerdo la fuente: «Un cliente es el visitante más importante de nuestras instalaciones. No depende de nosotros, nosotros dependemos de él. No es una interrupción en nuestro trabajo, es su propósito. No es alguien ajeno a nuestro negocio, es parte de él. No le hacemos un favor al servirle, él nos hace un favor al darnos la oportunidad de servirle».
Interesante. Habría que dárselas a leer a muchos empleados, directivos y propietarios de negocios. En la lista de nuestros stakeholders, ocupan un lugar destacadísimo.
Les falta algo. Gandhi nos muestra que necesitamos a nuestros clientes, que es bueno para nosotros atenderles, sonreirles, tratarles bien… Quizás empezando por aquí, acabaremos dando el paso siguiente: el cliente es una persona con dignidad, con una dignidad infinita, que merece nuestro aprecio y respeto siempre, incluso cuando no resulta rentable para nosotros, cuando se marcha enfadado porque le hemos defraudado, o cuando se queja de nuestro producto o del servicio que le hemos prestado.
Este artículo fue publicado originariamente en el blog del IESE, Universidad de Navarra. blog del IESE, Universidad de Navarra.