En Argentina hablar de juicios laborales es moneda corriente, es una constante que incluso en las últimas décadas se ha incrementado considerablemente. Si bien existen factores externos a las instituciones, sean privadas o públicas, que condicionan esta realidad, como por ejemplo las inestabilidades políticas y económicas, ello no exime la posibilidad de que promoviendo la introducción de Políticas de Recursos Humanos profesionalizadas se contribuya a disminuir las graves disconformidades en materia laboral por parte de sus miembros, y las consecuentes judicializaciones en muchos de los casos en que éstas se presentan.
Un buen acompañamiento profesional en Recursos Humanos contribuye positivamente en la vida de los trabajadores desde el inicio de su actividad laboral, con tutorías de incorporación en la organización, desarrollo de la carrera laboral, formación constante, resolución a tiempo de eventuales conflictos y en la etapa final previa a la jubilación, un retiro de manera gradual y amigable con la institución o empresa en la cual en numerosos casos han permanecido toda una vida trabajando, criterio humano que adoptan los países más desarrollados, siendo estos algunos de los beneficios más importantes dentro de una extensa lista de utilidades.
Es evidente que estamos en la era de la extrema tecnologización, donde la robotización, la inteligencia artificial y quién sabe qué más veremos en el futuro vinculado a grandes innovaciones que modifiquen considerablemente nuestras sociedades, lo cual, si no se aborda de manera integral, corremos el riesgo de deteriorar la dignidad humana de los miembros de las organizaciones, reduciéndolos a meros elementos de igual o menor relevancia que las máquinas y softwares inteligentes.
Es por ello que es oportuno que de manera responsable y profesional nuestra sociedad se detenga un instante a analizar si aún estamos a tiempo de cómo una especie de antídoto a la imponente robotización –sin negar sus importantes beneficios- , en lo que hace al cuidado de la persona humana, se otorgue una mayor jerarquización a las funciones técnicas de aquellos profesionales que se especializan en Recursos Humanos, para afrontar de manera más armoniosa los nuevos paradigmas institucionales y sociales.
Tal vez este sea el momento de que nuestros gobernantes y los empresarios se replanteen este asunto seriamente, e incluso se sancionen nuevas disposiciones que contribuyan a implementar prácticas de Recursos Humanos profesionalizadas en todas las instituciones.
Oportuna reflexión que valoriza y prioriza el recurso humano por sobre la tecnología, porque este será indispensable para el crecimiento de la empresa, más no su sustitución .
Como licenciada en RRHH y profesora de la universidad aplaudo este escrito. A la empresa le conviene siempre mantener una buena CVL (calidad de vida laboral) para que sus empleados se desarrollen.
Idalberto Chiavenato dijo: «El desarrollo de una empresa depende del desarrollo permanente de sus colaboradores» es sinérgico.