Valores

Vivir con alegría

Escrito por Augusto Fantasía
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Hace una semana nos reunimos a cenar varios compañeros del MBA, con los cuales mantenemos el vínculo luego de, aproximadamente, 20 años. En las charlas interpersonales uno de ellos contó que, durante la pandemia, había escrito una novela que publicó y presentó en la Feria del Libro. La historia explora las relaciones humanas, sus miserias y virtudes, y enfrenta al lector a una pregunta inquietante: ¿cuánto está dispuesto un individuo a perder (o ganar) en su trabajo?

Esta síntesis de la novela me retrotrajo a dos experiencias sucedidas durante este año. Una de ellas fue el viaje de un empresario amigo a Barcelona, desde donde me envió fotos de Victor Küppers exponiendo en su Mentes Expertas “Vivir con alegría”. Dichas imágenes, sumadas a sus referencias de la disertación, me llevaron a buscar en YouTube videos sobre este conferencista, consultor y formador en la Universidad Internacional de Cataluña y la Universidad de Barcelona. De los videos hallados, aquel que me resultó más atractivo, fue el titulado como “El valor de tu actitud”.

Lo anterior me indujo a un acontecimiento previo, en el orden cronológico, que fue la Carta Pastoral de Mons. Jorge García Cuerva donde propone a su comunidad arquidiocesana una “revolución de la alegría”, inspirada en documentos del Papa Francisco, particularmente en Gaudete et exultate. El arzobispo subraya que esta alegría debe ser una fuerza transformadora en la vida, ayudándonos a mantener el equilibrio y a encontrar sentido y propósito, incluso en medio de las dificultades.

Seguidamente a estas dos asociaciones volví a la pregunta: ¿cuánto está dispuesto un individuo a perder (o ganar) en su trabajo? Buceando en la respuesta, soslayé la cuestión monetaria o promocional que quizás para algunas personas, como por ejemplo Enrique Shaw, no representa su principal motivación laboral. Fruto de su testimonio, me llevó a indagar sobre el perder o ganar en función de la alegría.

El contexto económico y social del país, que persiste en las últimas décadas, ha conllevado diferentes transformaciones en las empresas y otras organizaciones. Se puede observar también que no ha sido afectado sólo el contexto local, sino que los procesos transformacionales acontecen en el orden global. Así lo ha teorizado el filósofo y ensayista Ziygmunt Bauman es su definición de vida o sociedad líquida, caracterizada por no mantener un rumbo determinado, pues al ser líquida no mantiene mucho tiempo la misma forma. Y ello hace que nuestras vidas se definan por la precariedad y la incertidumbre. Por lo cual, nuestra principal preocupación es no perder el tren de la actualización ante los rápidos cambios que se producen en nuestro alrededor y no quedar etiquetados por obsoletos.

Ante este contexto globalizado, ¿acaso es posible vivir la alegría? La afirmación consecuente desde la perspectiva cristiana es: “sí, es posible”.

En sus conferencias, Küppers destaca la importancia de la psicología positiva y cómo esta puede ayudarnos a vivir alegres. Leyendo y releyendo la biografía de Enrique Shaw, modelo de empresario alegre, existen algunos puntos clave en su actitud optimista y esperanzadora que pueden orientarnos:

  1. Responsabilidad Social Empresarial: Enrique fue un pionero en la responsabilidad social empresarial en Argentina. Creía firmemente en el impacto positivo que las empresas pueden tener en la sociedad, no sólo a través de la creación de empleo, sino también mediante el apoyo al desarrollo personal y profesional de sus empleados.
  2. Virtudes Morales: Enrique vivió de acuerdo con fuertes principios morales, influenciados por su fe cristiana.
    Algunas de las virtudes adquiridas incluyen:
    • Prudencia: Tomaba decisiones cuidadosas y bien pensadas, siempre considerando el bienestar de sus empleados y la comunidad.
    • Justicia: Se esforzaba por ser justo en todas sus acciones, asegurándose de que sus empleados recibieran un trato equitativo y digno.
    • Fortaleza: Mostraba una gran fortaleza y perseverancia, especialmente durante su lucha contra el cáncer.
    • Templanza: Practicaba la moderación y el autocontrol, evitando excesos e inculcando un estilo de vida equilibrado.
  1. Bienestar de los Trabajadores: Enrique se preocupaba por el bienestar integral de sus empleados, considerando su vida personal y familiar. Esta actitud positiva y de cuidado hacia los demás mejoró significativamente el clima laboral y la productividad de su empresa.
  2. Liderazgo Inspirador: Fue un líder que inspiraba a otros a través de su ejemplo. Su vida y obra siguen siendo una fuente de inspiración para muchos empresarios y líderes actuales.

Finalmente, para concluir, podemos encontrar en el legado de Enrique claves para promover, en comunidad, una “revolución de la alegría” no sólo capaz de transformanos por dentro sino de disponernos en la construcción de una empresa y sociedad más humana, inclusiva y fraterna.

Sobre el autor

Augusto Fantasía

Ingeniero Industrial y MBA (UNLP). Equipo ACDE La Plata.

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2 comentarios

  • Juan Manuel Carassale

    ¡La persona real!

    El autor Juan Manuel Carassale actúa como una persona real y se ha verificado que no es un bot.
    Superadas todas las pruebas contra bots de spam. Antispam de CleanTalk.
    dice:

    Muy bueno!

  • Interesante, pero no me queda claro la relacion entre mantenernos actualizados y la alegría. Creo que la alegría se puede encontrar a partir de una innata confianza en que nada de lo que nos suceda es ajeno a la mirada del Padre, quién siempre va a permitirnos el libre albedrío, pero siempre desea nuestro bien.