Pablo D’Ors en su libro “Biografía de la luz” dice: “lo poderoso, en la parábola del Sembrador, siempre nace de lo que resulta irrelevante a ojos humanos: un niño en Belén, por ejemplo, es el redentor del mundo; por una humilde muchacha entra la salvación en la historia: la predicación de la buena noticia, con los signos que la atestiguan, se confía a un grupo de rudos pescadores…la lista es muy larga (y fértil)”.
“Sembrando Valores” es un ciclo organizado por ACDE que comenzó hace unos años en la reconocida y destacada feria de Expoagro. Esta semana tuvimos la dicha de contar con otro encuentro donde pudimos ver “las caricias de Dios” como dijo Sabrina Soldati en un momento de su testimonio. Un encuentro del que además de esta productora rural, que se hizo cargo de un Tambo familiar con 22 años después de la muerte de su padre, participaron Ignacio Lartirigoyen, presidente de Lartirigoyen y Cía SA y Pedro Vigneau, miembro de Global Farmer Network.
Con la presencia de empresarios y líderes agropecuarios, el ámbito fue un instante donde pudimos hacer un alto en la ajetreada agenda de la Expo y mirar nuestro interior para ver cuánto de pedregullo, espinas o cerca del camino tenemos en nuestro corazón o cuán fértil somos a la siembra.
“La vida como un regalo” dijo Sabrina destacando en “la naturaleza la presencia de Dios”, esa admiración por las pequeñas cosas que emergen como señales para darnos cuenta de que somos instrumento: “generar trabajo como Don”. Con estas palabras Sabrina coincidió con la mirada de Ignacio. Quien manifestó estar en una constante “búsqueda espiritual” con una historia de compromiso que va más allá de los dogmas. Sin lugar a duda, Ignacio es un “hombre del hacer” reforzando la idea que hay muchas maneras de servir al Sembrador.
“Hablar con el que piensa diferente” nos desafía, nos incomoda, pero sin lugar a duda la semilla cala hondo. Este axioma de Ignacio nos invita a trabajar mucho más “el valor de la palabra para poder ser confiable con el otro”, con el distinto, con el que a priori pareciera estar enfrente, pero profundizando está mucho más cerca de nosotros en el camino.
“Dejar de lado lo singular para brindarle la mano a los demás” son palabras de una canción de Facundo Sarabia que lo define de cuerpo entero a Pedro; quien tuvo a su cargo el cierre del encuentro. Este hombre de familia de campo, 5ta generación de productores destacó estar “siempre con un Dios presente”. Dar y recibir: Dos verbos que tienen mucho que ver la vida del cristiano. Pedro, con lágrimas en los ojos contó la historia de una “cruz peregrina”. Un regalo de su compañera de vida que transmutó -casi sin quererlo o mejor dicho por designo de Dios- de pecho en pecho de Buenos Aires a Roma ida y vuelta, dejando huella en cada uno de los corazones portantes.
Para quienes tuvimos el placer de escucharlos, en mi caso de poder moderar, el encuentro fue un regalo, como la semilla que Jesús puso en nuestro corazón al nacer. Está en nosotros quedarnos con la emotividad de las historias o hacerlas propias dando muestra que podemos ser tierra fértil para seguir sembrando valores en nuestra vida de todos los días.