Nuestra asociación tiene un nombre, Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). Por lo tanto, reconociendo y respetando otras religiones u otra formas de llegar a Dios, somos cristianos y como tales el 15 de abril lloramos el incendio de uno de los símbolos mas preciosos de la cristiandad: Notre Dame de París.
Esa catedral que muchos de nosotros pudimos visitar y admirar, y que nuestros hijos y nietos no podrán verla como fue. Seguramente será restaurada con pericia, como ocurrió en el Siglo XIX, pero determinadas partes, lugares y obras de arte que fueron realizadas y construidas en la Edad Media, se han perdido.
Para los cristianos, la Edad Media tiene su simbolismo. Mal llamada una única Edad, porque en los libros de historia abarca desde el Siglo VI al XV, largo período dentro del cual el hombre evolucionó en su forma de pensar y actuar, pues en nada se parece un Hombre del Siglo V a otro del XV.
No obstante, durante este largo período, entre actos de violencia, ignorancia e intolerancia, el Hombre supo evolucionar en su pensamiento y crear obras materiales y espirituales que fueron el sustento de toda nuestra civilización y aún hoy se perciben en nuestra forma de pensar y actuar.
Entre esas obras están las iglesias, primero románicas y luego góticas, construidas en su mayoría por artistas sin nombre y sencillos artesanos que veían su trabajo como una forma de honrar a Dios, al don de su encarnación y a su Madre. No se si en “Pilares de la Tierra”, de Ken Follet o en “La Catedral del Mar”, de Ildefonso Falcones, hay u episodio donde el protagonista le pregunta a un obrero que martilla una piedra sin forma: “¿Qué haces?” Y el aludido contesta: “Construyo una catedral”, dándonos una lección de cómo los trabajos sencillos sirven para grandes cosas. Notre Dame de Paris así fue construida y el 15 de abril la vimos arder seguramente por una casualidad o quizás por un descuido.
Lloraremos la pérdida de gran parte de ella; pero en esta Semana Santa que comienza tengamos la esperanza y la convicción que la Resurrección nos fue dada a todos los hombres. Y si eso es así ¿por qué no vendrá también a sus buenas obras materiales? Notre Dame de Paris será reconstruida, también por el trabajo de personas cuyo nombre no conoceremos, pero a quienes le estaremos eternamente agradecidos. Además, estará siempre en las pupilas de quienes la pudimos visitar, sentarnos a rezar en sus bancos, mirarla en todos sus ángulos desde los alrededores.
Pidámosle al Señor que nos devuelva Notre Dame, de alguna forma.