El kerigma de los cristianos de empresa – Ignacio Gorupicz
¿Cómo llegue a escribir la nota?
Llegue al tema del kerigma leyendo una encíclica del Papa Francisco acerca de la Evangelización en el mundo actual. El Papa plantea que debemos empezar por compartir una vivencia personal de la Fe. Nunca había escuchado la palabra y pensé que ahí podía haber un tema para escribir en la Revista Empresa.
A los pocos días mientras me confesaba un sacerdote me dio dos ideas más. La más importante: Dios es simple. Para mí es así: Dios es creador y crea todo el tiempo. Luego el mismo sacerdote me dijo que hablase más fácil, en “sujeto y predicado” dándome a entender afectuosamente que a veces hablaba medio complicado. De ese concepto de “sujeto y predicado” es que salió la tesis del kerigma de los cristianos de empresa: tenemos que expresar nuestra Fe en público en primera persona (sujeto) y “predicar” en el día a día en nuestro metro cuadrado con todo tipo de pequeñas acciones concretas.
El cierre de la nota me lo dio un socio de ACDE. Fue un viernes en la mañana que íbamos a ir al Penal de San Martin a rezar el rosario con los presos de un pabellón de los espartanos. Haciendo tiempo, me contó de su propio recuerdo de Enrique Shaw cuando era chico. Enrique los llevaba a él y su padre en el auto a Pinamar. Me dijo que Enrique escuchaba mucho y cuando hablaba siempre buscaba la forma de traer a Dios a la conversación.
Algo que me paso es que edite mucho la nota, el texto original tenía casi el doble de palabras con varias citas, referencias a Santos, frases que me gustan y otras intelectualizaciones. Cuanto más “podaba” el texto, más le gustaba a mi mujer quién es mi editora en jefe para muchas cosas.
¿Qué paso al escribirla?
Tenía la nota lista para mandar a la Revista Empresa, pero no la mande enseguida, sino que me tome unos 10 días para hacerlo. Me pareció más honesto conmigo mismo o mejor dicho más kerigmático empezar yo por hacer lo que la nota plantea. Así que durante esos 10 días empecé a postear en mis cuentas personales de Facebook, Instagram y LinkedIn lo que yo plantaba al final de la nota. Escribí una oración en el muro de cada una de estas redes que decía: “Yo creo que Cristo vive”. No apreté enter de inmediato, lo dejé así y me fui a dormir para discernirlo bien. Al otro día, rezando confirmé que tenía que avanzar por este camino. En LinkedIn fue donde más se disemino y me concentré ahí. Ocurre que LinkedIn “repostea” por muchos días la misma nota; también pasa que, dentro de los 120 millones de latinoamericanos con cuenta en LinkedIn, hay pocos que compartimos nuestra Fe en Cristo en primera persona.
Ese posteo (“Yo creo que Cristo vive”) tuvo miles de impresiones y hasta hoy cuatro meses después de haberlo posteado me llegan mails de distintos países. A partir de ahí fue posteando todo el artículo del kerigma en LinkedIn – salvo mi propio testimonio que no me pareció apropiado exponer ahí. Una vez posteado todo en LinkedIn en esos 10 días, mande a publicar la nota en la Revista Empresa. Terminó siendo mejor compartir mi vivencia que solo dar ideas de cosas que yo no me animaba a llevar adelante. Al fin de cuentas las palabras conmueven, pero el ejemplo arrastra.
Seguí publicando historias cortas en esa misma red: sobre mi cotidianeidad como cristiano. Siempre el mismo método: primero posteo en LinkedIn, luego lo mando a Revista Empresa.
Con el tiempo, fui refinando la técnica de postear: lo que mejor me funciona es un párrafo mediano seguido de otro párrafo muy corto de cierre y una foto original (ej.: una de ermita de la Virgen María del barrio). Aparentemente el texto y fotos originales hacen que el algoritmo de LinkedIn disemine mucho más. Cada uno de estos posteos tiene miles de impresiones y me contactaron muchas personas contándome como viven la Fe en el trabajo o como está su relación con Dios y como algunos de mis posteos les hicieron pensar en sus dudas al identificarse como cristianos. Cuanto más comparto mi Fe en público, más aumenta mi Fe y más me envalentono con hacerlo.
En resumen, se me abrió un camino por el que avanzo que tiene dos líneas entrelazadas:
- Fe y vida pública – Como compartir nuestra Fe en el día a día en todo tipo de ámbitos con naturalidad y audacia, pero sin temor ni vergüenza.
- Una pastoral para compartir la Fe dentro del trabajo – Como rezar juntos y formarnos espiritualmente en el lugar de trabajo con otros cristianos. No afuera, sino dentro del trabajo que es donde pasamos buena parte de la vida.
En mi experiencia, la única forma de poder compartir la Fe dentro de lugar de trabajo empieza por animarse a identificarse como cristiano en público y así poder reconocer a (y ser reconocido por) otros colegas cristianos. Esto fue lo que me paso a mí.
¿En qué ando hoy?
Por cuenta de todo esto de arriba, en los últimos cuatro meses se me empezaron a abrir varias puertas para seguir diseminando. Di un testimonio en el congreso de liderazgo pastoral “Un pelicano blanco” de Renova y me hicieron una entrevista en el podcast “Ni plata, ni oro”. También mande mi nota sobre el kerigma de los cristianos de empresa a los más de mil cristianos que tenemos en la Firma donde soy socio (tengo versión en inglés de lo publicado en la Revista Empresa). Hace poco me invitaron a hacer un vivo en IG y así cosas por el estilo.
En paralelo fui encontrando grupos de cristianos@empresa en distintas empresas: un banco en el Perú, algunas empresas globales. Más allá de intentar conectar estos grupos entre sí, estoy apoyando el incubar nuevos grupos de cristianos@empresa: desde un banco hasta una empresa de consumo masivo pasando por un aserradero en Uruguay.
Lo bueno es que no estoy solo. Desde hace varias semanas estamos trabajando con varios socios y socias de ACDE en iniciativas para estar cada vez más “en salida” construyendo sobre lo mucho realizado. Dios te pone en lugares para que hagas algo que no te imaginas ni entendés, pero que Él a su debido momento te revela. Lo que sí te pide es que confíes en Él y des un paso adelante sin saber lo que viene.
Es que Cristo vive.
Cada línea habla con claridad de lo que sos, de lo que soy y de cómo podemos compartir vida (en abundancia) con los demás. Una maravilla Nacho, gracias!
Muy buena Ignacio e inspiradora tu nota abrazo