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¿Por qué y cómo ser Optimista?

Escrito por Muel Kaptein
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Esta es la 15° entrega de «Ser cristiano en el trabajo: 17 valores para implementar en su empresa». Para leer el 14° artículo de esta serie, hacé clic acá.

Optimista

  1. Ser cristiano en el trabajo es ser optimista y lleno de esperanza. Seguir a Cristo en nuestro trabajo es ser optimista porque Jesús es esperanza, y da esperanza.1 El hecho de que Jesús haya resucitado y que estemos con Él llena de esperanza nuestra vida, y por lo tanto nuestro trabajo también. Seguir a Jesús significa que podemos ser optimistas en y con respecto a nuestro trabajo. El Espíritu Santo nos da el corazón, la sabiduría y la fuerza para trabajar con esperanza.2
  2. Trabajar con esperanza es saber que Dios está presente. Cuando hay oscuridad en el trabajo, entiendan que Dios es luz; cuando se cometen pecados, entiendan que Dios es bueno y perfecto; cuando tenemos miedo, entiendan que los hijos de Dios están a salvo con Él.3 Cuando corremos el peligro de caer en la tentación y ceder ante la presión podemos sacar fuerzas de la certeza de que Dios está vivo. Cuando anhelamos nuestro trabajo, debemos saber que Dios nos acompaña y trabaja con nosotros. Nunca trabajamos solos. Dios siempre trabaja con nosotros.
  3. Trabajar con esperanza es saber que Dios lo ve todo.4 Dios lo ve todo en nuestro trabajo, aun cuando nadie lo
  4. Nuestros dones desconocidos, nuestro trabajo poco valorado, y nuestros nombres olvidados importan. Importan a Dios. Forman parte de Su obra maestra.
  5. Trabajar con esperanza es saber que Dios lo provee todo. Donde el mundo está dominado por la incertidumbre, que Dios nos asegure. Donde el mundo está dominado por la desconfianza, que confiemos en Dios.5 Donde el mundo está dominado por el cambio, que sepamos que Dios es estable. Dios en su infinita sabiduría, elige obrar en este mundo a través de instrumentos, y estos son la gente, nosotros. Si somos un instrumento para Dios, entonces Él nos usará donde Él quiere usarnos, nos hará trabajar donde Él quiere que trabajemos, nos ayudará donde Él quiere ayudar.
  6. Trabajar con esperanza es saber que Dios da fuerza.6 No sacamos fuerzas de nosotros mismos o de las personas que nos rodean, sino de Dios, quien es la única fuente real de fuerza. Nuestro trabajo no es el resultado de nuestros propios esfuerzos, pero la obra de Dios en nosotros nos proporciona energía. Lo que hacemos en nuestro trabajo representa la expresión de la obra redentora a través de Cristo. Mediante la gracia de Dios tenemos el poder de lograr todo lo que Dios tiene reservado para nosotros en Cristo, quien declara que nada es imposible para nosotros.7 Cuando le concedemos poder a Dios sobre nuestro trabajo, eso nos da poder para trabajar.8
  7. Trabajar con esperanza es saber que Dios está obrando. Dios sigue obrando en nosotros y a través de nosotros hasta que Su obra sea completa, es decir hasta el día del regreso de Cristo. Sólo con el regreso de Cristo la obra de Dios será completa. Dios siempre está obrando al redimir a Su creación de los efectos de la Caída.9
  8. Trabajar con esperanza es saber que Dios se hará cargo de nuestro trabajo. Si damos lo mejor de nosotros para aprovechar al máximo lo que Dios nos da, entonces podemos entregarle nuestro trabajo. Si nuestro trabajo proviene de Dios, entonces Él se encargará de él. Dios no abandona Su obra. Cuando somos un instrumento en manos de Dios, estamos liberados y en paz porque las consecuencias de nuestro trabajo están en manos de Dios.10 No necesitamos angustiarnos en y con respecto a nuestro trabajo porque podemos meter en manos de Dios todas las cosas que nos preocupan.11 Trabajar no es esperar lo mejor; es saber que nuestro trabajo está bendecido.
  9. Trabajar con esperanza es saber que Dios hará que nuestro trabajo sea recompensado. La promesa de Dios de que nuestro trabajo dará frutos nos permite creer que nuestro trabajo vale la pena hasta en las situaciones más difíciles. En pocas ocasiones podemos ver con anticipación de qué manera Dios puede usar nuestro trabajo para cumplir sus promesas, pero Su poder va mucho más allá de lo que podamos ver.
  10. Trabajar con esperanza es saber  que Dios  puede cambiarlo todo para mejor. Dios puede reparar nuestras debilidades y forjar nuestros fracasos para llevar a cabo lo que Él mismo preparó para los que Lo amamos. No tenemos por qué desalentarnos aunque nuestro trabajo falle porque podemos atenernos a la promesa de Dios de que Él lo transforma todo para bien.12 Dios puede usar incluso una obra impía para Su gloria y la de nuestro prójimo. Puede volver valioso un trabajo sin valor. Dios no sólo es un protector o un guardián de la fe; Él puede brindar salvación y renacimiento cuando fallamos en nuestro trabajo.
  11. Trabajar con esperanza es saber que la salvación se encuentra con Dios. No tenemos por qué desesperarnos cuando fallamos ante los ojos de las personas con las que trabajamos; somos quienes somos en calidad de hijos de Dios.13 Sin embargo, no deberíamos considerar nuestro fracaso como un fracaso de Dios. El autorreproche también está fuera de lugar. Hacerse reproches a sí mismo es ignorar a Dios porque deberíamos saber que Él obra en nosotros y a través de nosotros. Las adversidades y los fracasos todavía pueden arruinar nuestro trabajo, pero la respuesta de Dios no es la condena sino la redención. Aunque estemos atados a nuestro trabajo, en Jesús somos libres.
  12. Trabajar con esperanza es saber que Dios pondrá un fin a toda injusticia en nuestro trabajo. Las injusticias y las ofensas en nuestro trabajo son temporales. Saber eso es fuente tanto de consuelo como de desafío. Es una fuente de consuelo porque no tenemos la responsabilidad de corregir cada daño en nuestro lugar de trabajo y porque el daño que sufrimos en el trabajo no es la realidad definitiva de este. El mal es una fuente de desafío porque somos llamados a resistirlo dentro de nuestras esferas de influencia. Todo el mal será completamente destrozado; por lo tanto, no debemos desalentarnos ni desesperarnos por los pecados en nuestro trabajo, porque sólo son temporales.14 En el cielo no existe injusticia ni arbitrariedad, no existe truco ni engaño, no existe desperdicio ni contaminación, no existe lucha de poder ni competencia.15 Trabajar con esperanza es saber que algún día todo se va a recomponer. No tenemos por qué ser pesimistas sino optimistas. Porque un día Jesús volverá a esta tierra y arreglará todo. Además, si Dios hubiera sido pesimista, no les habría concedido a Adán y Eva una segunda oportunidad después de su caída. Cuanto más mal e injusticia haya en el trabajo, más podemos anhelar el nuevo cielo y la nueva tierra donde ya no habrá mal ni injusticia.16 El mal que vemos en nuestros lugares de trabajo apunta a la bondad de Dios y a Su gracia. Puede que estemos trabajando con los pies en el lodo, pero lo hacemos con la cabeza en el cielo. La condena de Dios al deterioro y al debilitamiento nos obliga a evitar de pensar que somos inmortales y que no necesitamos a Dios. Nuestra imperfección es buena porque revela nuestra maldad y nos hace dependientes de Dios quien es perfectamente bueno. En la medida que las cosas en el mundo están rotas y ayudamos a reponerlas, apuntan de nuevo a Dios. Algún día Dios renovará y mejorará Su creación entera, incluyendo el trabajo, en Cristo.17 A través de Cristo, todas las cosas se reconcilian.18 Esto significa que nuestro trabajo puede contribuir a la redención de todas las vidas. De hecho, el trabajo es un medio importante para la expresión de esta redención. Podemos vivir y trabajar en la conciencia del regreso de Jesús. La adversidad es relativa; las obstrucciones y limitaciones son relativas; incluso el pecado es relativo. Tenemos una fe progresiva: creemos que cada día es un día que nos acerca más al cielo.
  13. Trabajar con esperanza es saber que en el cielo todos tienen la libertad de obrar desde el centro de sus talentos liberados. En el cielo seremos llamados a realizar el servicio superior donde obraremos perfectamente ante Dios. Podemos anhelar el día en que obremos en perfecta armonía ante Dios.19
  14. Trabajar con esperanza es saber que el trabajo que realizamos en nombre de Dios encontrará su verdadero destino en el nuevo cielo y la nueva tierra. Dios usa nuestra obra ordinaria, cotidiana y terrenal para forjar la eternidad. Dios convierte al ser más olvidado, rechazado y despreciado en un heredero inmortal y un héroe en Su Reino.20
  15. Trabajar con esperanza es saber que en el cielo hay descanso eterno. Aunque nuestro trabajo nos canse, nos agote y nos consuma, en el cielo podemos descansar eternamente.
  16. Trabajar con esperanza es pensar a lo grande. Pensar sólo a lo pequeño no es cristiano. Dios es grande.21 Él nos ha confiado una tarea gigante,22 y es capaz de hacer profusamente más de lo que podamos incluso pedir o imaginar.23 Es por eso que somos ambiciosos desde un punto de vista espiritual: queremos hacer con gusto las cosas que Dios quiere que hagamos.

Preguntas

  • ¿Cuál versículo bíblico sobre la esperanza me parece particularmente interesante y me orienta sobre lo que significa (para mí) trabajar con esperanza?
  • ¿Hasta qué punto estoy de acuerdo con el resumen anterior sobre lo que significa trabajar con esperanza?
  • ¿Faltan elementos en la lista anterior de lo que significa trabajar con esperanza? ¿De ser así, cuáles son?
  • ¿Cómo describiría personalmente lo que trabajar con esperanza significa para los cristianos?
  • ¿Cómo describiría en concreto lo que trabajar con esperanza significa para mí?
  • ¿Hasta qué punto estoy de acuerdo con la idea de que la esperanza es una característica/virtud importante para los cristianos en su trabajo?
  • ¿Hasta qué punto estoy de acuerdo con la idea de que la esperanza es una pauta/un principio importante con respecto al comportamiento de los cristianos en su trabajo?
  • ¿Hasta qué punto la esperanza es una virtud y un principio importantes para mí en mi trabajo?
  • ¿Cómo experimento la importancia de la esperanza en mi trabajo?
  • ¿Trabajo para dar lugar a la esperanza? ¿Lo hago sinceramente?
  • ¿Hasta qué punto puedo trabajar con esperanza?
  • ¿Cuántas veces he incorporado recientemente la esperanza en mi trabajo?
  • ¿Hasta qué grado trabajo con esperanza? ¿De qué manera se nota?
  • ¿Hasta qué punto empleo la esperanza como un principio para mi comportamiento en trabajo? ¿Podría ilustrar eso usando las decisiones que he tomado recientemente en mi trabajo?
  • ¿Cuando miro atrás en mi vida profesional, podría decir que me he vuelto sumamente más optimista con respecto a mi comportamiento?
  • ¿Hasta qué punto las personas con las que trabajo piensan que actúo con esperanza en mi trabajo? ¿Qué me dijeron con respecto a eso?
  • ¿Hasta qué punto supongo que Dios piensa que actúo con esperanza en mi trabajo?
  • ¿Cómo puedo llegar a ser más optimista y actuar más con esperanza en mi trabajo? ¿Cómo lo haría de forma concreta?
  • ¿Cuáles son las características de un trabajo optimista que más voy a implementar en mi siguiente día de trabajo?
  • ¿Qué le voy a decir a Dios en oración con respecto al trabajo optimista?

 

Referencias

1 1 Corintios 15:19, 1 Timoteo 1:1

2 Romanos 15:13

3 Salmos 27:1, 1 Pedro 3:13-14

4 Proverbios 15:3

5 Proverbios 3:5-6, Mateo 7:24-27

6 Salmos 46, Filipenses 4:13

7 Mateo 17:20, Lucas 18:27

8 Colosenses 1:29

9 Romanos 8:28

10 1 Juan 4:15-18

11 Mateo 6:34

12 Romanos 8:28

13 Romanos 8:14-17, Romanos 8:38-39

14 2 Corintios 4:16-18

15 Apocalipsis 21:1, Apocalipsis 21:4

16 Hechos 3:21, Romanos 8:19-21

17 Filipenses 1:6

18 Colosenses 1:20

19 Eclesiastés 2:4-11, Eclesiastés 4:4, Eclesiastés 5:19, Isaías 65:21-23,

Colosenses 1:5

20 1 Corintios 15:12-58

21 Jeremías 32:27

22 Mateo 28:18-20

23 Efesios 3:20

Sobre el autor

Muel Kaptein

Socio de KPMG Integridad & Compliance. Profesor de Ética empresarial y Gestión de la integridad en el Departamento de Business-Society Management de la School of Management de Róterdam, Universidad Erasmus (RSM)

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