Valores

Salon des Refusés

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La teología en base a que pocos son los elegidos -del puritanismo atlántico-, la identificación unívoca de la espiritualidad con la racionalidad, la transposición de la escatología al progreso lineal, la autoconciencia como La Civilización en un mundo de barbarie, de la ilustración; generaron un mundo brillante -y para pocos-, como los salones de baile victorianos.

Al comenzar el período de la reina Victoria, los europeos y sus antiguas colonias (en América) controlaban el 35% de la tierra firme del planeta, en 1914 el 84 %, antes de que Inglaterra, Francia e Italia se dividieran el imperio otomano (Samuel Huntington, El choque de las civilizaciones). El mundo en el que se llamó a la Reina de Inglaterra “la abuela de Europa”, ha cambiado y es hoy un mundo único, pero de civilizaciones diversas.

Esta crisis global, contiene a su vez la crisis de cambio epocal de la civilización euroamericana, acompañada por otras civilizaciones que no se encuentran en crisis.

Los sistemas políticos, son sistemas de refuerzo de las civilizaciones, por eso todo inteno de trasladar el sistema político de una civilización a otra, no solo está condenado al fracaso, sino que es vivido como una agresión por la civilización impactada.

Por su parte, la civilización euroamericana transita diversas crisis internas. Se dice que una de ellas es la crisis de la democracia republicana, que no es otra cosa que el sistema de refuerzo de su identidad. ¿Será así?

Sin tinta roja

El filósofo de izquierda Slavoj Zizek, hablando ante un acampe en Wall Street (Occupy Wall Street. 2011) refirió un chiste de la era soviética: un hombre de Alemania Oriental sabe que lo van a mandar a un campo de concentración en Siberia y acuerda con sus amigos un código: cuando les escriba, va a usar tinta azul para todo aquello con lo que se propone agradando a sus censores y tinta roja para todo aquello que es la verdad de su condición.

Luego de un mes, los amigos reciben una carta íntegramente escrita en tinta azul, donde dice que los negocios están llenos de comida, que se entretiene viendo películas del Este, los departamentos son amplios y lujosos y que lo único que falta es tinta roja. ¿Será una crisis de las democracias republicanas, o es que la izquierda se ha quedado sin tinta roja?

Uso la expresión “izquierda” que siempre ha sido equívoca (como la de “derecha”) -y lo será cada vez más en la medida del debilitamiento de la racionalidad ideológica-, para denominar a todos aquellos que se acercan al ideal de “todo dentro del Estado, nada en contra del Estado, nada fuera del Estado” (La revolución fascista, Benito Mussolini,)

El filoso diagnóstico de George Orwell (Erik Blair) en “1984” (1948), es que las democracias liberales en su lucha contra los totalitarismos (el nazismo fue nacional socialismo) han incorporado mecanismos totalitarios que lejos de ser desactivados al terminar la lucha, adquirieron su propia lógica en expansión.

En este instante histórico, el agotamiento de este proceso deja a las izquierdas sin palabras para ganar elecciones y las somete, en algunas latitudes, a llegar y permanecer en el poder vulnerando notas de lo republicano de las democracias euroamericanas (igualdad ante la ley, libertad de expresión, periodicidad de los mandatos, responsabilidad por los actos de gobierno)

Los rechazados

En París, el 15 de abril de 1874, sucedió algo verdaderamente luminoso para esa época, en que la civilización euroamericana estaba en su cénit y ya había comenzado su crisis. Un grupo de pintores, Monet, Renoir, Degas, Morisot, Pissarro, Sisley y Cézanne, decidieron organizar su propia exposición, al margen del Salón de Paris. Así surgió lo que, pasaría a la historia como el Impresionismo (por la crítica al cuadro Impression, Soleil Levant, de Monet).

Lo primero que este movimiento tuvo en común, es que eran los rechazados del salón oficial de ese año (Salon des Refusés). Amigos como Pissarro y Cézanne, pintaron muchas obras en paralelo y es más sencillo ver las diferencias entre ellos que las coincidencias, del uso del color y la luz.

Es muy válida la observación de Geraldin Schwartz (en la parte final de Los Amnésico) sobre el crecimiento de una derecha nostálgica, y que la desnazificación realizada en Alemania, no fue hecha en Austria, Italia y Francia (el estado francés de Vichi recordar colaboró activamente con las deportaciones). Pero, sigue faltando tinta para explicar el crecimiento de “la derecha”.

Al observar la artificiosa unificación de Le Pen, Meloni, Trump, Bukele y Milei, renace la impresión de cuando en 1974 visitaba la exposición que reunió nuevamente, los cuadros del Salon des Refusés ¿Son estos movimientos lo mismo, o en esta época del eclipse del racionalismo ilustrado (representación ideológica de la realidad, por una segunda realidad clara y distinta pero yuxtapuesta), son la expresión de los muy diversos rechazados desde 1968?

Hay múltiples experiencias, sirve recordar la rebelión de los chalecos amarillos en Francia, cuando Emmanuel Macron establece un pequeño impuesto a los combustibles para fortalecer lo que es “políticamente correcto”, la lucha contra “el calentamiento global”. Se tacha de irracional que alguien pueda oponerse a ello y es adecuado. Sin embargo, los que se oponen con virulencia son quienes no gozan del transporte público de calidad de las ciudades, deben moverse en sus vehículos y trabajar en sus tractores ¿Se oponen por el impuesto, o se cansaron de ser invisibles, como con la 125 argentina?

La política que ha ido creciendo en la civilización euroamericana, a partir de “la izquierda” cultural -con su agenda “políticamente correcta”-, incluye el crecimiento de los impuestos, regulaciones que implican la reducción de la esfera de lo privado y la expansión de lo estatal. Las fuerzas de centro que se asocian a esa agenda se alejan del electorado que las sostuvo, aunque hayan hecho valiosísimas contribuciones en el pasado, sin distinción de si son los demócratas norteamericanos, los cristiano demócratas alemanes, los populares españoles o el Pro argentino.

En la medida que las nuevas fuerzas generalizadas como “la derecha” sigan copiando la textura del terreno, expresarán a las muy diversas realidades que han estado negadas, y las veremos seguir creciendo por su adecuación al nuevo contexto axiológico de la civilización euroamericana actual; en la medida en que se vayan encerrando en una ortodoxia ideológica –sin importar cuál sea- irán retrocediendo junto a la Modernidad que se va.

Sobre el autor

Roberto Estévez

Profesor titular ordinario de filosofía política FCS – UCA. Presidente de la Asociación Santo Domingo, Tandil 

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