Señor te doy las gracias por la familia que me sostiene y me brinda todos los medios necesarios para que pueda llegar al trabajo descansado, habiendo dormido, comido, contar con mi ropa limpia y en condiciones…
Te doy gracias por la comunidad de amor que formamos… y en la que me apoyo y ellos se apoyan en mí…
Te doy gracias por el amor mutuo que fluye entre nosotros… de cómo mi amor también los anima y ellos me sostienen y animan en mis momentos de desaliento y confusión…
Te agradezco también por los encuentros que vivimos… en el desayuno y la cena… cuando nos reunimos y compartimos los alimentos y la vida de cada día que despierta o se está yendo… por nuestras alegrías, preocupaciones, luchas, logros y frustraciones. Ellos me tienen presente y yo los tengo presente a ellos…
¿Tendría sentido mi vida sin ellos….?
Sin ellos ¿tendría fuerzas y alegrías para luchar…?
Repaso los momentos de alegría que he vivido
esta última semana…
este último mes…
el último año…
los momentos más significativos de la familia… incluyendo los dolorosos…
Me detengo ahora a meditar qué necesidades tienen ellos… en sus trabajos… en aspectos afectivos… en cuestiones materiales… en alguna situación puntual que estén atravesando…
Me pregunto qué necesitan ellos de mí…
Repaso si he estado atento y dispuesto a sus necesidades y deseos…
Analizo de qué forma podría ayudarlos…
Le agradezco en silencio a cada uno de los miembros de mi familia, vivos y los que ya partieron, todo lo que me han dado…