Un perverso régimen recaudatorio
Este alucinante y perverso listado de impuestos y cargas fiscales, ha sido obtenido en julio de 2016, mediante una paciente tarea de investigación basada en 24 tomos de 1.260 a 1.650 páginas cada uno, publicados por la editorial La Ley y denominados “Impuestos, Revista de doctrina, jurisprudencia y legislación fiscal”.
Contienen la recopilación de todas las disposiciones legales y administrativas vinculadas con los impuestos establecidos y vigentes en los últimos 12 años. Se han podido contar 45 impuestos nacionales y cargas laborales, que no son otra cosa más que impuestos al trabajo disfrazados de política social. Además, existen 28 impuestos y obligaciones tributarias provinciales que implican costos tan altos como si fueran impuestos adicionales. También se encuentran 23 impuestos municipales camuflados bajo la forma de tasas, contribuciones o derechos de inspección y control. En total 96 tributos que se infiltran en todos los aspectos de nuestras vidas para arrebatar la renta que generan quienes trabajan en el sector privado.
Estos 96 impuestos están sustentados en una maraña legal. El régimen tributario argentino consta de 64.390 artículos sancionados en los últimos 12 años por leyes, decretos, decretos reglamentarios, decretos rectificativos, decretos interpretativos, resoluciones de la AFIP y la DGI, resoluciones del Ministerio de Economía, aplicativos informáticos, instructivos fiscales, regímenes de información obligatoria, sistemas de retención y percepción, normas de Aduana y disposiciones de las Direcciones de Rentas provinciales y municipales.
Se requerirían 3 meses de dificultosa lectura por cada tomo, para poder leer y comprender las obligaciones tributarias. Cuando una persona, con alto coeficiente intelectual y buena memoria terminase de leer y entender este mamotreto legal, las nuevas disposiciones que van apareciendo, vuelven a conformar otros tantos tomos. Porque cada día hábil que transcurre, se agregan entre 28 y 32 artículos de nuevas disposiciones que crean, corrigen, derogan, cambian, prorrogan, alteran, suplantan, rectifican, modifican, enmiendan, reforman, suspenden y sustituyen las reglas anteriores. Así día tras día, mes a mes y año tras año. Por eso el proceso de comprensión de los textos fiscales tiene que reiniciarse una y otra vez sin parar, como la condena de Sísifo, el legendario rey de Corinto.
Podemos señalar que la tarea intelectual de entender y cumplir con el laberinto de la ley fiscal, representa condenarnos a un esfuerzo estéril y sin sentido. Nos pasamos una parte valiosa del tiempo cumpliendo reglamentaciones fiscales sórdidas, ridículas y costosas. Y así se nos va la vida…. Nuestros legisladores, gobernantes y jueces nos han obligado a asumir uno de los mitos históricos de Grecia: Sísifo empujando, cuesta arriba de la montaña, una piedra que antes de llegar a la cima vuelve a rodar hacia abajo debiendo repetir miles de veces el frustrante y absurdo proceso, hasta su muerte.
Cuatro años después y posteriormente a nuestra investigación -el 11 de febrero de 2019- Nadín Argañaraz, Ariel Barraud y Andrés Mir, del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) realizaron similar trabajo. Encontraron una desconcertante lista de 163 impuestos, tributos, tasas y cargas públicas sancionados para arrebatar el 77% del valor económico creado por los ciudadanos argentinos. Este perverso sistema recaudatorio se compone de: 40 impuestos nacionales + 41 impuestos provinciales + 82 impuestos municipales o departamentales.
(ACÁ, LA LISTA COMPLETA DE TODOS LOS IMPUESTOS VIGENTES)
Es posible que algún lector lego, no alcance a comprender el alcance de estos datos, por eso le proponemos un desafío. Consulte con su asesor impositivo o cualquier inspector fiscal amigo, acerca de cuántos impuestos hay en Argentina. Le mencionarán una media docena y quedarán paralizados. Pero si usted le muestra este diabólico listado, no lo podrán creer. Piense que en EE.UU. la IRS (Internal Revenue Service) administra un sólo impuesto el “income-tax” de personas físicas y corporaciones; los Estados federados administran “sales-tax” entre 3% y 8% a la última venta y los municipios del país del Norte cobran “real state-tax” cuya alícuota sobre bienes inmuebles sirve para el mantenimiento de la infraestructura pública. La reforma impositiva de Donald Trump rebajó las alícuotas del “income-tax”.
CUATRO ETAPAS DEL IMPUESTO SOBRE PERSONAS FÍSICAS
En la famosa novela “La rebelión de Atlas” la escritora Ayn Rand relata la violencia contra la sociedad libre mediante el aplastamiento del espíritu de iniciativa a través de impuestos y reglamentaciones ridículas que paralizan el motor de la economía.
El verdadero milagro argentino radica en que, a pesar de esta jungla fiscal, sigan existiendo individuos emprendedores, que no bajan los brazos y que continúan creando empresas, brindando trabajo a sus compatriotas y organizando la producción de bienes.
Esos individuos emprendedores dan trabajo a 7.250.000 personas incluyendo servicio doméstico, autónomos y monotributistas. Deben sostener a 20.850.000 de jubilados con o sin aportes, pensionados de favor, inválidos truchos o auténticos, planeros militantes, piqueteros y empleados públicos que viven gracias a los otros. ¡Insostenible!
Algún día esos emprendedores se van a cansar y rebelarán declarándose en huelga, es decir abandonando todo esfuerzo y dejando las cosas como están.
Cada vez, en mayor medida, la mejor y más fiel imagen de los empresarios privados argentinos, no acomodados con el gobierno, es la de Gulliver en su viaje al país de Liliput. Los enanitos sorprendieron a Gulliver dormido y lo sujetaron con miles de cuerdas y estacas clavadas en tierra para impedirle cualquier movimiento. En esta situación, Gulliver era asaeteado si pretendía hacer algo.
Aquí también, en Argentina, agazapados en las sombras y amparados bajo el estandarte de “opción por los pobres”, hay una multitud de liliputenses mentales que ocupan cargos en todos los gobiernos, dominados por la burocracia.