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¿Por qué y cómo ser Orientado al Servicio?

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Escrito por Muel Kaptein
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Esta es la 2da. entrega de «Ser cristiano en el trabajo: 17 valores para implementar en su empresa». Para leer el primer artículo de esta serie, hacé clic acá.

Orientado al Servicio

Ser cristiano en el trabajo es servir. Seguir a Cristo en nuestro trabajo significa servir porque Jesús es el Servidor que vino al mundo para servir, pero no para ser servido, y quien demostró ser un perfecto servidor para nosotros.1 Remunerado o no, el trabajo es un servicio. Somos servidores en nuestro trabajo. Al estar al servicio de la humanidad, servimos a Dios.2 Trabajamos al servicio de Dios.3 El servicio es la forma activa del amor.4 El hecho de servir con amor es la consecuencia de la fe.5 Cuando estamos al servicio de las personas mediante nuestra fe en Cristo, lo servimos a Él.6 El Espíritu Santo nos da el corazón, la sabiduría y la fuerza para ser orientados al servicio.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que ponemos los intereses de los demás por encima de los nuestros. Dios nos dio todo, ¿entonces por qué deberíamos ser egocéntricos en nuestro trabajo? A lo largo de su vida sobre la tierra, Jesús estuvo completamente al servicio de los demás y nunca pensó en sí mismo, ¿así que por qué nosotros deberíamos hacerlo? Jesús vino a la tierra para servir; por lo tanto, vivimos en la tierra para servir. Cuando pusimos nuestros intereses individuales por encima de los de otras personas, convertimos nuestros intereses propios en nuestro dios. En nuestro trabajo, el oportunismo, el egoísmo, y el egocentrismo no se vinculan con el hecho de seguir a Jesús porque de esta forma, seguimos a nuestros intereses propios.7

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que veamos a cada persona como un ser humano único creado por Dios. Si vemos a otro ser humano como un obstáculo que superar, como un medio para conseguir lo que queremos, o simplemente como objetos neutros con los que tenemos que lidiar, entonces no podemos servir a los demás porque nos ponemos por encima de ellos y así mostramos a Dios que nos consideramos más importantes que los otros seres humanos que Él también creó.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo es dedicarnos a no ser mejores que otro sino a hacer el bien por otro. Servir es dar en vez de tomar, poner en vez de quitar, ofrecer en vez de ganar, compartir en vez de adquirir. Si somos servidores en nuestro trabajo, entonces nos centramos por completo en los intereses del otro, siendo verdaderamente dispuestos a servirlo.8

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa sacrificarnos.9 Todos somos sacerdotes que son llamados al sacrificio10 y por lo tanto a seguir a Jesús que se sacrificó completamente por nosotros. El sacrificio es el hecho de dedicar nuestro tiempo, talento y energía a Dios en nuestro trabajo, borrarnos, abandonar nuestra agenda, nuestras necesidades y nuestros intereses propios.11

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que tratemos al otro como un ser humano en su totalidad, como una creación de Dios, creado a su imagen. Esto excluye la ocultación,12 la extorsión,13 el chantaje, el desprestigio, el sabotaje, la injuria, la condena o hasta la erradicación. La intimidación y la manipulación tampoco son dignos de los hombres y por lo tanto de Dios. Quien deshonra a una persona, deshonra a su creador, es decir a Dios.14 Es por eso que Dios considera muy malo que la gente sea abusada, corrompida y violada en su trabajo.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que rechazamos el trabajo infantil. El hecho de que Dios como Padre nos permita trabajar como Sus hijos no significa que debamos permitir que niños trabajen para nosotros.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que hacemos productos y ofrecemos servicios que sirven a los demás. El valor del trabajo no proviene del tiempo dedicado, sino de la medida en que nuestros bienes o servicios sirven a los demás. Servir al prójimo no significa hacer lo que él desee sino hacer lo que él necesite; se trata de lo que es bueno para el otro y no de lo que él quiere. Por consiguiente, los productos y los servicios deben satisfacer las necesidades reales y legítimas de las personas. Los productos y servicios que responden a la codicia o incluso la estimulen no caben aquí;15 tampoco los productos y servicios que aumentan en vez de aliviar las cargas de la gente, que la pone en aflicción o la vuelve adicta.16 Ofrecer productos y servicios peligrosos y dañinos tampoco ayuda.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que hacemos productos y ofrecemos servicios que sirven a Dios. Nos parecemos a Dios, pero no debemos imaginarnos que somos Dios ni jugar a ser Dios en nuestro trabajo. No hay lugar para las tecnologías que buscan perfeccionar la vida o que permiten ser omnipresentes y omniscientes como Dios. Tampoco hay lugar para los productos y servicios que alientan o se benefician de un modo de vida diametralmente opuesto al modo de vida cristiano. Tenemos que cuidarnos del fomento del materialismo, del hedonismo y del consumismo.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo es resaltar lo mejor en los demás. Dios busca lo mejor en nosotros, entonces si somos Su instrumento, nosotros también debemos ver lo mejor en los demás. Al hacerlo, activamos y actualizamos la dignidad del otro.

Ser orientados al servicio en nuestro trabajo significa que cuando somos dirigentes, somos dirigentes servidores. Seguimos a Jesús al ser dirigentes en nuestro trabajo. Jesús es el dirigente servidor por excelencia.17 El hecho de que Jesús elija liderar a Sus discípulos significa que los cristianos también puedan elegir liderar en su trabajo. Seguir a Jesús como a un dirigente significa servir a los que lideramos. Jesús es un modelo para los dirigentes: Trabajó con sus discípulos, los inspiró, los enseñó y los cuidó, les dio sus propias responsabilidades, confió en ellos, los protegió y los corrigió, y soportó la responsabilidad final.

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que ponemos nuestro poder al servicio de Dios y de la humanidad. El poder no es un pase libre sino una responsabilidad. Dios es un ejemplo a seguir con respecto a la forma de manejar el poder en nuestro trabajo.18 Dios no se aprovecha de Su posición de monopolio. No es narcisista ni ávido de poder, pero sigue buscándonos y ofreciéndonos su gracia. Tenemos nuestro poder que aprovechar bajo la omnipotencia de Dios. Aun cuando tengamos tanto poder, todos somos servidores de Dios.19

Ser orientado al servicio en nuestro trabajo significa que estamos al servicio de las personas que empleamos. De la misma manera que Dios creó un mundo en el que las personas puedan alcanzar su pleno potencial, los empleadores también deben crear un entorno de trabajo en el que los empleados puedan alcanzar su pleno potencial. Esto significa que los empleados no sean alentados a cometer pecados, sino que se les ofrezcan buenas condiciones de trabajo20 como un buen salario,21 condiciones de trabajo seguras, grandes oportunidades de desarrollo y un trabajo significativo. Si la voluntad de Dios fue proteger Israel de la explotación, incluso de la esclavitud, ¿qué espera Él que hagan los seguidores de Cristo por los que hoy padecen la misma opresión, o peor?

Ser orientados al servicio en nuestro trabajo significa desempeñar un gran trabajo voluntario. Al hacer un trabajo voluntario, demostramos que Dios quiere trabajar a través de nosotros no sólo por el hecho de que sea un trabajo remunerado o necesario. Al ser voluntarios por los demás, nos referimos a todo el trabajo que Jesús hizo por nosotros de manera voluntaria. La comercialización y el ahorro del trabajo voluntario se opone a eso.

Ser orientados al servicio en nuestro trabajo significa que damos a los demás espacio para que nos sirvan. Tenemos que permitir el servicio para que los demás puedan servir. Servir y ser servido son las dos caras de la misma moneda.

Ser orientados al servicio en nuestro trabajo significa que no somos hechizados por el dinero, los bienes, las ganancias y las autoridades. La avaricia, la codicia, y el egoísmo obstaculizan el servicio a Dios22 y a la humanidad. A Dios no le gusta ser desanimado.23 Él mismo es la totalidad. Con razón Jesús dice que, cuando servimos a Mammón, no podemos servir a Dios. O es uno, o es El Otro. Cuando corremos el peligro de obsesionarnos con el dinero, podemos pensar en el dinero, la moneda con la que Jesús nos liberó.24 Cuando corremos el peligro de obsesionarnos con las posesiones, podemos pensar en Jesús quien abandonó todas sus posesiones por nosotros. Cuando corremos el peligro de obsesionarnos con nosotros mismos, podemos pensar en Jesús que nos liberó de nosotros mismos rindiéndose Él mismo.

Referencias
  1. Mateo 20:26-28, Romanos 15:3
  2. 1 Corintios 15:58, Efesios 6:7
  3. Romanos 6:13, Romanos 6:22
  4. Juan 15:17
  5. 2 Corintios 5:7-9
  6. Colosenses 3:24
  7. 7 Santiago 5:12
  8. 1 Corintios 10:24
  9. Romanos 12:1
  10. 1 Pedro 2:5, 1 Pedro 2:9
  11. Filipenses 2:7
  12. Proverbios 14:31
  13. Lucas 3:13-14
  14. Proverbios 14:31
  15. Éxodo 20:17, Deuteronomio 5:21
  16. Deuteronomio 15:1-11, Mateo 18:23-35
  17. 1 Pedro 4:1-2
  18. Salmos 8
  19. Efesios 6:5-9
  20. Deuteronomio 24:6-22, Colosenses 4:1
  21. Deuteronomio 24: 15, Lucas 10:7, Colosenses 4:1, Santiago 5:1
  22. Mateo 6:2, 1 Timoteo 6:9-10
  23. Colosenses 3:23
  24. Mateo 20:28

Sobre el autor

Muel Kaptein

Socio de KPMG Integridad & Compliance. Profesor de Ética empresarial y Gestión de la integridad en el Departamento de Business-Society Management de la School of Management de Róterdam, Universidad Erasmus (RSM)

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