Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente. (Mateo 9, 14-17)
Entrar a LinkedIn por estos días es navegar en tiempos de introspección, balances y cambio de hábitos (principalmente aquellos de saldo negativo) con el objetivo de poner foco en lo que viene. La necesidad de modificar y romper con viejos patrones también tiene su correlato en nuestra vida laboral. Más aún en tiempos VUCA donde quedamos a merced de meter mano en lo que estábamos haciendo hasta ahora, hacer borrón y cuenta nueva para “no echar vino nuevo en odres viejos”.
La trilogía del 2024: San José, Simón de Sirene y Juan el Bautista, sienta precedente para continuar explorando la sinergia del Evangelio y el día a día profesional. En nuestro caso como asesores en temas de asuntos públicos el pasaje de Mateo se nos presenta como un maridaje perfecto. Frente al inicio del segundo mandato del gobierno, en un año de contienda electoral intermedia, el abordaje en materia de relacionamiento y gestión de intereses debería tener preparados odres nuevos. Esto no es exclusivo de las empresas sino de todos los actores que forman parte del ecosistema de vinculación y llegada a Balcarce 50 y demás dependencias administrativas.
Una de las frases comunes en bares y cafetines lindantes a la Plaza de Mayo es: “a estos tipos no se cómo entrarles”. Acá radica el primer issue a resolver. La lógica de abordaje es otra, por eso el “vino nuevo, siempre en odres nuevos”. No es sólo el cómo, el qué y el cuándo cobran relevancia y ahí es donde resulta clave entender la mirada y el pensamiento de un modelo que vino a cambiar patrones de comportamiento. La estrategia no es de aproximación indirecta desde el tono, ni con one page o Excel desde la forma, es a todo a nada. Porque la contraparte (leáse el gobierno) que escucha la propuesta parte de la premisa que las empresas tienen que hacer lo que tienen que hacer (más allá del juego de palabras): “Si no se ocupan ustedes de ustedes mismos, ¿quién lo va a hacer? Dijo el presidente en el cierre del Coloquio de IDEA del año pasado y cerró con: “Para nosotros, el que gana dinero no es un malvado. Para nosotros, el que gana dinero es un benefactor social. Es decir, es un héroe. Lejos de perseguirlo, lo vamos a festejar, los vamos a aplaudir”.
Uniendo conceptos con la trilogía:
- No es un tema de saber “qué timbres tocar” ya que todos llegan a tocarlo.
- Si es necesario saber cuándo estará en la casa (de gobierno) la persona indicada; sea actor, decisor o influenciador.
- La conversación en RRSS tiene mayor impacto que los clipping y alertas de noticias que llegan a las dependencias administrativas para la toma de decisiones. Hay que cambiar los canales para mandar señales.
- No olvidar los orígenes y la gestación de este modelo. Las raíces de comportamiento pueden verse más allá de la trilogía pretoriana.
Sin perder la identidad de lo que uno es los caminos para llegar al objetivo pueden tener variantes o mejor dicho ser distintas competencias. Prepararse para una Maratón 42K sabiendo que surgirán competencias 100 metros que necesitarán más explosión y menos fondo. En definitiva, un constante monitoreo de quién tenemos enfrente sabiendo que debemos llevarlo a jugar una pieza en el tablero que nos beneficie. Es necesario salir de la lógica local, es mirar a los Asuntos Públicos desde la Geopolítica sabiendo que las reglas han cambiado, pero no el juego. Seguiremos defendiendo y promoviendo intereses particulares en una agenda pública que pide dejar de lado los odres viejos, aunque veces uno perciba que siguen usando algunos cacharros baqueteados.
Felicitaciones Santiago por tu aporte haciendo letra viva, concreta y permanente el Evangelio. Tiempos difíciles que por recurrencia se hacen constantes, de allí la necesidad permanente de renovarse en el Espíritu para seguir dando frutos. Un fuerte abrazo Santiago y éxito en tu próspera carrera!
Excelente lectura del momento y cambio que estamos viviendo